domingo, 22 de junio de 2008

Asamblea Misionera

MISIONEROS DE LA CONSOLATA

60 años con Jesús por los caminos y en las mesas de Colombia - Ecuador

Asamblea: del 14 al 20 de junio de 2008 se encontraron, en la casa central (barrio Modelia - Bogotá) más de 60 Misioneros de la Consolata para orar, celebrar, compartir la vida y:

Elegir una nueva junta coordinadora o Consejo Regional que coordinará y animará a los miembros del Instituto en Colombia-Ecuador hasta el 20 de junio del 2011.

Revisar los pasos dados en estos últimos tres años.

Proyectar el futuro con realismo, sin olvidar el pasado ni dejar de soñar el futuro.


La Familia de la Consolata, fundada por el Beato José Allamano en Turín Italia (1901) se compone hoy de Obispos, Presbíteros, Hermanos, Hermanas Religiosas (MC) y Laicos/as (LMC).


Durante la Asamblea, los Misioneros de la Consolata (IMC), después de escuchar el informe de gestión de los últimos tres años (20 de junio de 2005 - 20 de julio de 2008), presentado por la Coordinación (P. Salvador Medina, superior; Padres José Cirer Grisales, vice-superior, Claudio Brualdi, Paul Maina y Benjamín Martínez), procedieron a las elecciones democráticas, por voto personal y privado, de un nuevo Superior Regional, como se llama el coordinador general, y un Consejo de cuatro misioneros que lo acompañan y ayudan durante su gestión.


Elecciones: para garantizar la continuidad y la ruptura o novedad, la Asamblea re-eligió (algo que parece moda) al P. Salvador Medina como Superior y eligió un Consejo totalmente nuevo: los Padres (en el orden de la foto) Joaquín Pinzón, Renzo Marcolongo (elegido Vice-superior), Armando Olaya y Peter Ssekajugo.


Comunión con el Papá: la Asamblea siguió su proceso en comunión con el Papa y toda la Iglesia Católica, confirmada con la presencia del Señor Nuncio Apostólico, Mons. Aldo Cavalli, quien, además de celebrar la Ecuaristia y cenar con toda la comunidad, compartió su vida en la Iglesia, desde antes del Concilio Vaticano II hasta los tiempos actuales.


En su compartir, desde su familia en Trento - Italia, pasando por las Facultades Académicas y las Embajadas en África y América, el Señor Nuncio narró, de forma coloquial, la manera como él ha venido viviendo este cambio de época, discerniendo entre lo fundamental, que permanece, y lo accidental, que pasa, en la vida y misión de la Iglesia, lo mismo que en la convivencia de los pueblos, entre los países y sus gobiernos.


El Carisma de la Consolata: las Misioneras de la Consolata y los Laicos Misioneros de la Consolata también hicieron parte de esta Asamblea porque, además de compartir el mismo CARISMA MISIONERO y beber de la misma fuente espiritual, construyen la misión en "unidad de intentos", como proponía el mismo Fundador, José Allamano.


Las Misioneras de la Consolata, representandas por la Superiora Regional, Sor Esther Giraldo, aguadeña como el P. Salvador Medina y Sor Judith, de Tanzania, compartieron la vida de su Instituto Misionero que camina hacia el CENTENARIO (2010) y la misión que realizan, junto con los Misioneros, en el Vicariato de San Vicente Puerto Leguízamo y en la Animación Misionera y Vocacional.


Laicos Misioneros de la Consolata: ellos vienen haciendo un interesante camino de identificación con el Carisma y la Misión de la Consolata y buscando su autonomia organizativa, jurídica y administrativa.




María Teresa y Juan Carlos, presentes en la Asamblea, compartieron la experiencia de los LMC en Marialabaja - Bolivar, con Julia y Margarita, en Remolino del Caguán con Beatriz, y en otros espacios de misión.
Al mismo tiempo que invitaban a su Asamblea Nacional, del 28 al 29 de junio de 2008 en el Centro Misionero de Bucarmanga, barrio Mutis, comunicaban la inclusión de María Elsia Chavarria Espinosa (65), de Medellín, en el primer grupo de Misioneros de la Consolata que abrirá, a partir de septiembre de este año, un nuevo camino misionero en Méjico.


La misión de los Misioneros de la Consolata en Colombia-Ecuador, guiada por la espiritualidad de comunión con las Iglesias Locales o Particulares se desarrolla entre pueblos indígenas, afro-descendientes, campesinos-colonos, en la Animación Misionera, la Justicia y Paz y en diferentes situaciones o realidades urbanas. También las juventudes los preocupan y acupan en programas de educación no formal, en algunos colegios como el José Allamano, en Bogotá, el Gimnasio La Consolata, en Manizales, el Colombo Italiano en Bucaramanga, la Escuela Consolata en Guayaquil y la formación de los futuros Misioneros en los seminarios Teológico, Filosófico y Propedéutico.
De todos estos temas, además de la economia para la misión, se trató durante la Asamblea, acomañada toda por Mons. José Luis Serna Alzate imc, primer misionero de la Consolata Colombiano y actualmente viviendo en Manizales, llevando la cruz de la enfermedad.
Clausura de la Asamblea y Fiesta de la Consolata
Mons. Luis Augusto Castro Quiroga imc, Arzobispo de Tunja y Presidente de la Conferencia Episcopal colombiana, que está celebrando sus 100 años de existencia (1908 - 2008), Mons. Francisco Javier Múnera Correa imc y el P. Salvador Medina imc, Superior Regional, acompañados de los Misioneros y la Comunidad Parroquial de Modelia, reciben la Profesión Perpétua, por toda la vida, de Antony Murigi y Venanzio Mwangi, dos jóvenes del Kenia que han decidido consagrar toda su vida para la Misión Ad Gentes en el Instituto de los Misioneros de la Consolata y que actualmente estudian en la U. de San Buenaventura de Cali y acompañan la Pastoral Afro en esa Arquidiócesis, con un Equipo más amplio.
Así se concluye esta rica vivencia misionera el 20 de junio, fiesta de la Consolata, inspirada en la Asamblea de Jesrusalén (Hech. 15, 1-35), con la celebración de la Acción de Gracias, tal como había sido abierta, en otra Eucaristia presidida por Mons. Enrique Sarmiento Angulo de la Diócesis de Fontibón, en donde se localiza la casa Regional de los Misioneros de la Consolata.

viernes, 13 de junio de 2008

La vida: una bendición hecha misión


100 AÑOS en la tierra de los vivos:
  • Vigo Anaunia (Trento) Italia el 18 de Junio 1908
¡Feliz cumpleaños Sor Colomba!



La felicidad de los últimos años de vida es el privilegio que Dios concede a las personas santas.

Cronología de una Misionera de la Consolata
  • Nombre de bautismo: Elisa Giuseppina.
  • Entrada en el Instituto: Julio 1 de 1926
  • Primera profesión: Enero 6 de 1928.
  • Profesión perpetua: Enero 6 de 1934 en Maji (Etiopía)
  • Primera destinación misionera: Etiopía (12 de Abril 1931). Trabajó en la Misión de Maji (Prefectura del Kaffa). Durante el conflicto ItaloAbisino tuvo que abandonar el país junto con las demás misioneras y refugiarse en Somalia. Terminada la guerra regresó a Etiopía y permaneció hasta el éxodo definitivo de los Misioneros durante la Segunda guerra mundial (23 Junio 1942).
  • Segunda destinación misionera: Colombia, llegó el 19 de enero de 1950
Misionera en Colombia: en 1950 partió de Italia para Colombia. Ella, Sor Colomba, hace parte del primer grupo de Misioneras de la Consolata que pisaron tierra colombiana, entrando por el puerto de Buenaventura.

Puerto Salgar, a orillas del río de la Magdalena, fue el lugar de sus primeras acciones misioneras. Allí se dedicó a la educación de la juventud, dejando huellas de humanidad y Evangelio en muchas personas. Algunas de sus ex alumnas, aún hoy, la visitan para compartir sus experiencias, escuchar sus orientaciones y a expresarle gratitud por la formación recibida.

Administradora para la misión: más tarde se desempeñó como Administradora Regional, al servicio de la Institución Misionera, de las misioneras y sus actividades apostólicas. Se manifestó como mujer fuerte, decidida y con visión de futuro. Aún hoy sigue interesándose de todo y dando su opinión, cuando no es que, aunque n pequeñas cosas, toma decisiones.

Servidora del amor: actualmente se encuentra en casa de las Hermanas Mayores. Pequeña de estatura pero gigante de valores, se expresa con sus vivos ojos vivos y su lucidez mental. Nadie creería que carga a sus espaldas la dulce peso de 100 años, 80 de los cuales ofrecidos en la Vida Misionera, consagrada para la tarea del Reino del Dios vivo.

Sor Colomba no para. Hoy, en la cumbre de sus años, está siempre dispuesta y atenta para servir a sus hermanas enfermas o incapacitadas. Ella se ofrece para mover las sillas de ruedas, acompañar a quien está o se siente mal, atender a las visitas, etc. Su especialidad es la amabilidad y la acogida. Es común encontrarla con una bandeja y varios pocillos en la mano, lista para ofrecerle el café a quien llega a la casa.

Comunicadora virtual: su mente lucida y abierta al mundo la mantiene sintonizada con la Radio María. Así se entera de lo que pasa en Colombia y el mundo, en la Iglesia y las misiones. Le encanta mantenerse actualizada, lee todos los días el periódico y maneja su dirección de correo electrónico: elisagiuseppinabanal@yahoo.es

Animadora Vocacional: lleva la misión y el Instituto en la sangre y en el corazón. Cuando va ser llevada a la clínica, por motivos de enfermedad, lo primero que hace es echar en su bolso imágenes de la Consolata y del Beato José Allamano para hablar de ellos y repartirlos entre las jóvenes enfermeras y personas que encuentra en los consultorios, por los pasillos o en otros ambientes de la clínica. Siempre está dispuesta a dar testimonio de su vida y de la misión en encuentros, liturgias, convivencias o diálogos personales.

Mujer realizada: Sus hermanas de comunidad ven el Sor Colomba a la mujer realizada plenamente a nivel humano, espiritual y profesional misionero. Su sonrisa permanente lo demuestra y su posición enérgica en ciertos casos confirma su fortaleza femenina. Sin escudarse en los achaques propios de la edad o en otras limitaciones, sigue ofreciéndose con entusiasmo por la Misión. Para ella la misión sigue siendo “Ad vitam”, por toda la vida. ¡Y así es!

Texto testimonial de las Misioneras de la Consolata

domingo, 8 de junio de 2008

Fraternidad misionera

Un misionero de Corea del Sur
haciéndose hermano de los indígenas colombianos


"Me llamo Kim MoonJung (José Kim) y soy coreano.

Entré en el Instituto de los Misioneros de la Consolata el 29 enero 1996.
Después hice la experiencia militar, en mi país, durante 2 años y 2 meses, ya que es obligatoria.

Estudié la filosofía en mi tierra y luego salí para hacer el Noviciado en Italia, en el año 2002.
Después del Noviciado fui a Roma para estudiar la teología básica, durante tres años.
Una vez terminada la Teología pedí una experiencia misionera de dos años, en algún lugar de habla hispana.

Quería experimentar algo nuevo y, después de cinco años en Italia, percibí que eso no era no era posible allí. Fue así como me destinaron para Colombia y ahora me encuentro en este nuevo país.
Además, quería estar con los indígenas de América Latina y pedí que me lo permitieran, entonces me enviaron a Toribío - Cauca, a donde llegué después de un pequeño curso introductorio de lengua española, en Medellín.

¡Toribío es un lugar maravilloso!
Los indígenas tienen sus pensamientos sobre la naturaleza y saben respetarla.


Tienen muchos símbolos sobre la naturaleza.
Caminan mucho y lo hacen sin prisa.
Conocen su medicina natural y tienen médicos tradicionales.
Tristemente existe también la violencia. Cada día se escucha que alguien murió violentamente. Existe una pelea entre la guerrilla y los militares, mezclada con el problema de la "coca" y muchas veces se enfrentan en medio de la población civil. Tres ya me ha tocado estar debajo de estos combates.

Tal vez a causa de tantas violencias es que los toribianos miran a la gente nueva con desconfianza y sospecha.

Me ha dolido ver, también, tanta violencia en la familia, lo mismo que algunos conflictos relacionados con la salud: apenas llegué en Toribío, yo mismo tuve que celebrar el entierro (liturgia de la palabra) de una niña. Ella, un día ante de morir, tenía gripe y no estaba muy bien, pero no la llevaron al hospital y, entonces, murió.

Aunque llevo solo siete meses viviendo en Toribío y entonces mi experiencia sea muy limitada, pienso que el pueblo Indígena está perdiendo mucho su cultura y sus valores. Ellos no tienen prisa, pero la economía que los invade velozmente sí va causando mucho daño. Pienso que ellos no son preparado por eso tipo di economía rápida y agresiva. Los jóvenes no quieren ya vivir la vida de sus padres y antepasados.

Aún así, pienso que toda vía tenemos algunas esperanza. Por que el pueblo Nasa tiene sus proyectos, aunque, debido a sus costumbres, encuentren dificultades para manejar bien todos proyectos y, sobre todo, sean muy lentos para el cambio.


¡Algo está cambiando!
Esto se nota en sus ojos maravillosos y brillantes. Ojos que, pienso, solo pueden tener las personas que tienen la esperanza.
Bueno, he compartido un poco de mi experiencia y puede decirles que me siento muy contento de ella. Para mi todo es nuevo. Siento que tengo más elementos para pensar en la misión que viviré en el futuro, además del español que estoy aprendiendo.

Pero siento compasión del pueblo Nasa que está padeciendo mucho el cambio que se le impone desde afuera y lo lleva a perder mucho su cultura.

Finalmente quiero decirles a todos que no perdamos la esperanza. Ella es la vía que Jesucristo que nos enseñó: sufrir por los pobres y por los débiles.

La esperanza es la última que muere. Si muere la esperanza verdaderamente non tenemos nada que hacer".
José Kim: con.moon@gmail.com

miércoles, 4 de junio de 2008

Fiesta de la Consolata: 20 de junio

Maria madre de la Consolación: consolada y consoladora


"Consolad, consolad a mi pueblo"


La consolación es un tema de gran importancia teológica y pastoral en el desarrollo contemporáneo de de la misión de Jesucristo.
Vivimos tiempos de aflicción causada por los conflictos nacionales e internacionales, las amenazas terroristas y los ataques a personas inocentes, las guerras tradicionales y las no tradicionales, las pandillas delincuenciales o justicieras. El tráfico de drogas y sus consecuencias. La gama, tan variada, de violencias y violaciones. Las incertidumbres relacionadas con la inseguridad social y política. La pobreza económica, el desempleo y el hambre. Las migraciones y desplazamientos. Las nuevas y viejas enfermedades, agravadas por la exclusión del sistema de salud. Las catástrofes naturales y las causadas por el desequilibrio ecológico. Los lutos históricos nunca procesados y las viejas deudas sociales jamás resarcidas.

Todas estas situaciones y otras, ponen claramente en evidencia la necesidad de llevar a efecto programas que incentiven la esperanza de los pueblos, apoyen la seguridad de las comunidades, reconstruyan las relaciones y afirmen la renovación en los individuos.

Un poema bíblico de esperanza y restauración (Isaías 40.1-11) puede ayudar en el desarrollo de esos programas de renovación. Comienza con la afirmación del tema de la consolación (V.1) y finaliza con la imagen del pastor que apacienta el rebaño con ternura (V.11). El propósito del pasaje es transmitir y subrayar las ideas de restauración, salvación y esperanza, que son fundamentales para las personas y los pueblos en necesidad o aflicción.

Este texto, que resume un tema presentado el varios capítulos (Is. 40-48), tiene como destinatarios inmediatos a los judíos deportados en Babilonia, que experimentaron las penurias de la traumática experiencia del destierro, y que el profeta quería consolar y edificar.

La finalidad era presentar la promesa de redención y liberación que ofrecía el Señor a su pueblo. Ante el clamor de los deportados, que articulaban en lamentos, llantos y congojas sus dolores más profundos (véase Lamentaciones 1.9,16,21; Ezequiel 37.11), el Señor responde con un extraordinario oráculo de salvación y liberación.

Y, aunque ese acto liberador se relaciona históricamente con un edicto de Ciro -el monarca persa- el profeta anuncia con autoridad que el fin del cautiverio es el resultado inmediato de la intervención de Dios. La frase «hablad al corazón» (v. 2), en este contexto, más que intimidad interpersonal significa «convencer» o «persuadir». Con estos anuncios de consolación comienza un nuevo período de perdón, misericordia, amor y restauración.

"Anunciarán mi gloria a las naciones": «La gloria del Señor» en la Biblia es la frase que describe la manifestación extraordinaria del poder y la gracia de Dios. Alude a la grandeza divina; subraya la santidad del Señor, que constituye uno de sus atributos más importantes.

La «gloria», además, se relaciona con el anhelo de salvación que manifiesta el Señor por su pueblo (véase particularmente Éxodo 33.18-23; Salmos 19.1; Ezequiel 1.28; 10.4); y esa salvación se manifiesta de forma concreta e histórica en actos reales que propician el retorno del pueblo deportado, a Judá y Jerusalén, a la vista de todas las naciones paganas. Ante el dolor y la agonía de la experiencia del exilio en Babilonia, el profeta no añadió desesperanza ni angustias a la comunidad, respondió, en el nombre del Señor, con sabiduría y pertinencia. Afirmó con seguridad que se iniciaba una época nueva de restauración y de esperanza.

Significado del exilio: aunque Israel había sufrido como consecuencia de su propio pecado, el mensaje presenta una nueva oportunidad de demostrar que habían superado las dificultades que los habían llevado al exilio. En este sentido, el exilio fue para el pueblo una especie de experiencia educativa que le permitió comprender el origen y desarrollo de sus actitudes pecaminosas. El dolor de la deportación les permitió hacer un auto examen para identificar las causas reales de los problemas.

La palabra divina, fundamentada en el antiguo mensaje del profeta, es de consolación, que no significa la resignación pasiva a los dolores y conflictos que nos agobian; representa, por el contrario, el apoyo divino que nos mueve a la construcción del futuro con seguridad, y valentía. (Texto guia de Samuel Pagán).
Nota: quien desee adquirir uno o varios librito con la Novena a la Consolata, puede dirigirse al P. Eduardo Reyes: imceduardoreyes17@yahoo.es; Tel. (1)3735082