jueves, 21 de septiembre de 2023

Jesús y las fronteras

                                   Fraternidad universal: misión de Jesús


La identidad judía de Jesús, “definida por un cúmulo de características que incluía creencias (monoteísmo, teología histórica), prácticas (circuncisión, rituales de purificación, observancia del sábado, sacrificios expiatorios, matrimonios endogámicos, separación física) y etnicidad (nacer de padres judíos, ser ciudadano de la nación judía)” (Gil Arbiol, Carlos (2017). El Dios de Jesús y las fronteras culturales y religiosas. Revista Cuestiones Teológicas, 44 (102), 453-467), no lo atrapó en su cerrado etnocentrismo. Él, aún a costa de su propia vida terrena, culminada en la cruz, rompió fronteras humanas, sociales, políticas, culturales, religiosas, morales y muchas más. Tendió puentes en lugar de reforzar muros, propuso y buscó la inclusión y la fraternidad universal. Todos hijos del mismo Padre maternal y por lo mismo, hermanos.

Una propuesta para reflexión personal o comunitaria, iluminada por la Palabra de Dios:

 Jesús une la frontera divina con la humana

Jesús, el Emmanuel (Dios con nosotros), salió del seno de la Trinidad y, atravesando la frontera entre la divinidad y la humanidad, se encarnó en la mujer María, por obra del Espíritu Santo.

Viniendo del cielo a la tierra, reveló que su Dios era un Padre maternal, fuente de la vida; que él era el misionero, enviado del Padre, para salvar la vida, liberándola de todo mal; que el Espíritu, que se movía entre los dos, era el animador de la vida, el Otro Consolador.

Gracias Jesús por ese puente misionero que tendiste entre la divinidad y la humanidad: permitiste a Dios hacerse humano y a los humanos hacernos divinos. Gracias a ti María, mujer de la escucha y la disponibilidad para la acción de Dios.

Lectura bíblica: Juan 1,14; 3,16.

Pautas para dialogar

·         ¿Cómo entendemos el Dios que nos reveló Jesús: cercano o lejano?

·         ¿Conversemos sobre el nombre de Jesús (Dios salva), el Emmanuel?

·         Conversemos sobre la misión que une la frontera divina y la humana

 Jesús cruza la frontera entre Palestina y Egipto

 Esta época de la humanidad es de movilidad, en todas las direcciones. Podríamos decir que Palestina es aquí o que Egipto es aquí. Hay en el mundo, dicen las estadísticas (2022), cerca de 82.000.000 desplazados forzados por los cambios climáticos, la pobreza y el hambre, las diferentes violencias y guerras. El 42% son niños, la mayoría de los países pobre del mundo que, como el Niño Jesús, viven en peligro y tienen que huir, con o sin sus padres, para salvar la vida. 

Aunque en ninguna parte del Evangelio lo dicen, la Sagrada Familia encontró abiertas las fronteras de Egipto y fueron acogidos entre la población. ¡Qué consolación! Nada que ver con los días de hoy.

Gracias Egipto, el de ayer, por flexibilizar las fronteras y hacer más humana la crueldad de la migración forzada.

Lectura bíblica: Mateo 2, 13-18

 Pautas para dialogar

·         José y María, para proteger el niño de la violencia oficial (Herodes), huyen a Egipto

·         Egipto acoge la familia de Belén y le permite vivir en el país

·         Egipto se enriquece con la presencia de la Sagrada Familia en medio de su pueblo

 Jesús cruza la frontera entre Egipto y Galilea

¡Qué bueno e importante fue para el Niño Jesús ir a Egipto en la compañía de María y José! Le garantizaron cuidado, cariño y defensa. Algo a lo cual todos los niños tienen derecho, evitando así sucumbir ante las amenazas, los desarraigos y los abusos de poder. Al mismo tiempo los padres escucharon la voz de Dios, manifestada en sueños a José, discernieron en sus corazones, la oraron y reflexionaron juntos, fueron fieles a la voluntad de Dios. Todo, entendido desde la fe, estaba dentro de los designios de salvación, en la misma línea con la liberación del Pueblo de Israel, objeto y sujeto de la alianza, pacto de consolación – liberación.

Gracias José por tu capacidad de escuchar, dialogar, discernir, arriesgar y actuar con decisión y prudencia. Fuiste padre cabal, justo y fiel, ejemplo para dodos los papás.

 Lectura bíblica: Mateo 2, 19-23

 Pautas para dialogar

·         Emigrar al extranjero, vivir y convivir allí, pudiendo regresar. Todos ganan

·         Cuando las fronteras físicas y políticas no tienen muros, ni alambradas, ni barreras

·         Cuando quien viene enriquece a los que están y se enriquece con lo que le ofrecen

 Jesús traspasa la frontera entre Nazaret y Cafarnaúm

 Jesús deja Nazaret, “la flor de Galilea”, en donde había crecido en estatura, sabiduría y gracia, delante de Dios, de sus padres y sus paisanos y traspasa la frontera hacia la ciudad de Cafarnaúm, el pueblo de Nahum (el consuelo de Dios, en hebreo). Este desplazamiento estratégico es para Jesús el inicio de su actividad como misionero del “reinado de su Padre”, el reinado del amor, al servicio del cual dedicó todas sus energías. No haciéndolo solo sino llamando discípulos misioneros para que estuvieran con Él (santos) y enviarlos a continuar su misión (misioneros), entre el pueblo de Israel.

Gracias Jesús por seguir formando discípulos/as y compartir con nosotros tu misión, enviándonos más allá de nuestras propias fronteras geográficas, sociales y culturales.

 Lectura bíblica: Mateo 4,12-17

Pautas para dialogar

·         ¿Quiénes hemos emigrado del campo a la ciudad o viceversa?

·         ¿Cómo vemos la frontera entre el campo – pueblo y la ciudad – puerto?

·         ¿Qué valores culturales conservamos, cuáles perdimos y cuáles adquirimos?

Jesús camina en la frontera entre Samaria y Jerusalén

Jesús, en su último viaje desde Galilea hasta Jerusalén, tomó el camino más breve pero más difícil, el de la frontera con Samaria. Corto, por directo, pero difícil por la geografía montañosa y, por lo mismo, fácil refugio para muchos de los excluidos o excomulgados de la sociedad, la política y la religión. Propicia para asaltos y contaminaciones. De hecho, los primeros que salieron al encuentro de Jesús, implorando compasión, fueron 10 leprosos, casi como representantes de los tantos impuros, excluidos de la sociedad judía.

Jesús mismo era de Galilea, de donde, según el típico pensar de sus contemporáneos, nada bueno puede venir, peor entonces de Samaría, tierra de enemigos de los judíos y de Dios, pecadores e impuros. Se trata de un área fronteriza, marginada y hasta odiada por los judíos. Además, lejana del centro del poder religioso y político de Jerusalén.

En nuestra patria, el continente y el mundo conocemos o hemos oído hablar de este tipo de fronteras, apartadas de las capitales e identificadas como atrasadas e ilegales o hasta dentro de las mismas urbes.

Gracias Jesús por recorrer las fronteras de los excluidos y arriesgar al servicio de ellos.

 Lectura bíblica: Lucas 17,11-19

 Pautas para dialogar

·         ¿Quiénes son los más despreciados y marginados en tu comunidad, en tu vecindario?

·         ¿Quiénes son marginados por ser algo extraños, o por tener un acento diferente?

·         ¿Quiénes son los enfermos solitarios?

 Jesús recorre la frontera del Pretorio al Calvario

 Esta frontera del dolor psicológico, moral y físico es superada por Jesús con la muerte, “la hermana muerte” del Hermano Francisco de Asís. Muerte para la y por la vida.

Este es el camino que hay entre el Pretorio, lugar del juicio amañado, verdadera humillación para el Justo e Inocente, quien soportó, valiente y humildemente, la tortura de la falsedad del Sanedrín y sus falsos testigos; las burlas en el palacio de Caifás; la negación por parte de su discípulo más comprometido; el juicio ante Pilato, juez injusto; la declaración de la sentencia de muerte y la terrible experiencia de los azotes y el calvario, lugar de la crucifixión y la muerte.

Terrible frontera la del dolor, medianamente consolada en el camino por la mirada de las mujeres piadosas, invitadas por el compasivo Jesús a llorar por ellas mismas; del Cirineo, obligado a ayudar a cargar la cruz, ante la fragilidad física del condenado; la presencia de su Madre, de pie, junto a la cruz y del Discípulo amado, dispuestos a recibir el testigo y continuar con la misión.

Gracias Jesús por tu valentía amorosa y silenciosa para recorrer estas fronteras del dolor, el sufrimiento y la muerte.

 Lectura Bíblica: Lucas 23, 1-46

 Pautas para dialogar

·         Compartamos experiencias de dolor físico, psicológico o espiritual

·         Compartamos algunas experiencias de sufrimiento

·         Compartamos experiencias de muerte

 Jesús recorre la frontera entre la Cruz y el Sepulcro

Cuando los soldados hubieron crucificado a Jesús, tomaron sus vestidos e hicieron cuatro partes, una para cada soldado. Tomaron también su túnica, sin costura, tejida de una pieza de arriba abajo, diciéndose entre sí: No la partamos, sino echemos suertes sobre ella, a ver de quién será. Así quedó Jesús desnudo, como había llegado al mundo, cuando su madre lo envolvió en pañales, preparado para el nuevo nacimiento, la resurrección.

Entre la cuna y la cruz se ilumina el camino de la humanidad de Jesús y la nuestra, que termina encerrada en sepultura, como gesto misericordioso de José, uno de los varios seguidores clandestinos de Jesús, denominado de Arimatea, en la biblia.

Esta frontera atravesada por “Jesús de Nazaret, el Rey de los Judíos”, hizo al Centurión romano reconocer: “Verdaderamente éste era Hijo de Dios”. Con la puesta del sol, la humanidad entera entró en la sombra de la noche, antes del alba del nuevo día, tiempo de la humanidad recreada, salvada, liberada de la muerte, tiempo de plena consolación.

Gracias Jesús por iluminar esta oscura frontera de la muerte y del sepulcro.

 Lectura Bíblica: Juan 19,23-24

 Pautas para dialogar

·         ¿Cómo enfrentamos el instante de la muerte?

·         ¿Con qué sentimientos colocamos los difuntos en la tumba?

·         ¿Por qué muchas veces seguimos llorando desconsolados?

 Jesús vence la frontera del sepulcro saliendo al jardín de la resurrección

Con Jesús la frontera entre la muerte y la vida se rompió, como se rasgó el velo del templo, inmediatamente después de su último suspiro. El velo que separaba el lugar santísimo del resto del espacio, morada de los humanos, lo sagrado de lo profano, se rasgó de arriba abajo. La última frontera queda superada. La grande piedra que sellaba el sepulcro, testigo mudo del triunfo de la muerte, se corre, dejando ver la tumba vacía. ¡Ha resucitado! Resuena en el jardín del alba, al amanecer del nuevo tiempo, inicio de la nueva creación.

No podemos entender la verdad del Emmanuel (Dios con nosotros), su nacimiento en el pesebre de Belén, su vida y muerte, para nuestra salvación, sin adentrarnos en la Pascua de la Resurrección.  La Navidad sí, pero no sin la Resurrección.

Gracias Jesús por tu encarnación, vida, pasión, muerte y resurrección.  Gracias María por tu participación y José por tu discreta y activa fidelidad.

 Lectura Bíblica: Mateo 27, 51-65

Pautas para dialogar

·         ¿Qué relación tenemos con el cementerio o los cenizarios?

·         ¿Cuál es nuestra actitud, después de la sepultura de un ser querido?

·         ¿Qué va surgiendo de nuevo, bueno y bello, después de la muerte de alguien?

 Jesús rompe la frontera entre Galilea y el mundo entero

 Hoy, como ayer, Jesús nos pregunta: ¿Quién dice la gente que es el Hijo del Hombre?, y ustedes, ¿quién dicen que soy yo? Nosotros también le preguntamos a Él: ¿Dónde vives?, ¿Dónde vas?

Hoy, como ayer, nos dice la voz de Dios: “No se asusten. ¿Buscan a Jesús de Nazaret, el crucificado? Ha resucitado; no está aquí… Ahora vayan a decir a sus discípulos y a Pedro: “Él va delante de ustedes a Galilea; allí lo verán, tal como les había dicho”. 

Como dijo Pedro en casa de Cornelio, la cosa empezó en Galilea, con el bautismo de Jesús. Allí, a orilla del lago, llamó y formó a los apóstoles y discípulos. Después de la resurrección los envió por el mundo entero: “como el Padre me ha enviado, también así los envío yo”. Nace la misión católica, universal, que llegó hasta nosotros y se amplía con nuestra participación. ¡Vamos más allá!

 Lectura bíblica: Mateo 16,13-20; Juan 1,38; 13,36; 16,1-7; 20,21; Hechos 10,37

 Pautas para dialogar

·         Hablemos de Jesús: ¿quién es el para nosotros?

·         Hablemos de la misión de Dios y del misionero Jesús

·         Hablemos de la misión de la Iglesia y de nuestra misión