viernes, 27 de junio de 2025

La misión está en el corazón

 La misión está en el corazón

La misión en el corazón del Papa Francisco y de San José Allamano

Apoyado en la “Carta encíclica sobre el amor humano y divino del Corazón de Jesucristo”, Dilexit Nos (Él nos ha amado), publicada por el Papa Francisco el 24 de octubre de 2024, dedicada al Corazón de Jesús, quiero reflexionar sobre un grito recurrente entre los jóvenes de la Animación Misionera Juvenil y Vocacional de los Misioneros de la Consolata en Colombia: “La misión está, ¡en el corazón”!

Cuando el corazón arde incendia

 La Animación Misionera Juvenil busca, desde el corazón de los jóvenes, inyectar ánimo, dinamismo misionero, en cada joven, en las familia y comunidades, en los colegios y universidades, en la Iglesia y el mundo, convencidos, con el Papa Francisco que ese es: “el camino de la renovación eclesial; pero también decir algo significativo a un mundo que parece haber perdido el corazón”. Ellos lo gritan en las calles, lo celebran en las liturgias e intentan vivirlo en las convivencias, en las experiencias formativas, y misioneras, Tratando de contagiar el mundo de amor.

Para los jóvenes amar y servir, convivir y compartir, es vivir desde el corazón, es su pasión y poco a poco se convierte en su misión. Como para el Papa Francisco, en palabras de del subsecretario del Dicasterio para la Cultura y la Educación, Antonio Spadaro, “escribir una encíclica sobre el corazón significa que entrar en el corazón de Cristo nos permite sentirnos amados por un corazón humano lleno de afectos y sentimientos como los nuestros. La espiritualidad de Francisco, en este sentido, se aleja de las formas desencarnadas y rigoristas. Él cree que la espiritualidad implica profundamente el alma humana, los sentimientos y la dimensión física del ser humano».

“Hacia el final del documento, el papa Francisco establece una conexión entre la devoción al Sagrado Corazón y el compromiso misionero. Esta conexión está en continuidad con otros documentos de su magisterio. Por ejemplo, en Evangelii Gaudium advertía sobre “el riesgo de desfigurar el sentido auténtico e integral que tiene la misión evangelizadora” (n. 176) y, por ello, dedicaba parte del documento a reflexionar sobre la dimensión social de la evangelización. De manera similar, en Dilexit Nos, el obispo de Roma reserva una sección para reflexionar sobre “la dimensión comunitaria, social y misionera de toda auténtica devoción al Corazón de Cristo” (n. 163), precisando que “el Corazón de Cristo nos lleva al Padre y nos envía a los hermanos”. Estas dimensiones muestran una preocupación constante en su magisterio: “una mirada más integral e integradora” (Laudato si', n. 141) de la espiritualidad, la evangelización y la ecología”. (Marco Enrique Salas Laure, 10/02/2025, el portal de Religión Digital).

El amor transforma

Recuerdo aquí un breve de texto de Virginia Azcuy, teóloga argentina: “Las dimensiones comunitaria y social de la espiritualidad cristiana están implicadas mutuamente, porque la Iglesia-comunidad peregrina en medio de los pueblos para anunciar el reino de Dios, cuya realidad salvífica es inseparable de la promoción humana integral”. No se trata pues de una espiritualidad intimista que encierra e individualiza, sino activa, creativa y propositiva, en salida hacia “otro mundo posible”, que lo va construyendo a través de “los frutos de servicio, fraternidad y misión que el Corazón de Cristo produce a través de nosotros”, dice el Papa (n. 163). En consecuencia, escribe Francisco: “Lo expresado en este documento nos permite descubrir que lo escrito en las encíclicas sociales Laudato si’ y Fratelli tutti no es ajeno a nuestro encuentro con el amor de Jesucristo, ya que bebiendo de ese amor nos volvemos capaces de tejer lazos fraternos, de reconocer la dignidad de cada ser humano y de cuidar juntos nuestra casa común” (n. 217).

Es en esta línea que el Papa desarrolla “la dimensión misionera de nuestro amor” (n. 205), articulada en cuatro partes: el objetivo de la misión (n. 208); el sujeto de la misión (n. 209); el testimonio misionero (n. 210); y el anuncio misionero (n. 216).

La misión, cuestión de amor

“A la luz del Sagrado Corazón, la misión se convierte en una cuestión de amor”, leemos en el numeral 208 de Dilexit Nos. Así, si la salida misionera es el paradigma de toda la tarea de la Iglesia, esta se cualifica por el amor que busca “dilatar en este mundo sus oleadas de infinita ternura” (n. 197). Al beber del amor de Jesús evitamos el riesgo de que “se digan y se hagan muchas cosas, pero no se logre provocar el feliz encuentro con ese amor de Cristo que abraza y que salva» (n. 208). La misión es una cuestión de amor en cuanto provoca el encuentro con ese amor de Jesús, como lo enseñaba Benedicto XVI: “No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva” (Deus caritas est, n. 217). Al final, “sólo gracias a ese encuentro, o reencuentro, con el amor de Dios, que se convierte en feliz amistad, somos rescatados de nuestra conciencia aislada y de la autorreferencialidad” (Evangelii Gaudium, n. 8).

La persona del misionero/a

Después de describir la misión como una cuestión de amor, Dilexit Nos, ofrece un breve perfil de la persona que lleva a cabo esa misión, que busca provocar el encuentro con el amor de Jesús. El numeral 209 expresa que la misión, realizada desde el corazón, “exige misioneros enamorados, que se dejan cautivar todavía por Cristo y que inevitablemente transmiten ese amor que les ha cambiado la vida”. Tal como lo anunciaba en Evangelii Gaudium: “la primera motivación para evangelizar es el amor de Jesús que hemos recibido” (n. 264).

El tiempo que tenemos los misioneros/as para amar no lo podemos “perder discutiendo cuestiones secundarias o imponiendo verdades y normas» (n. 209), dice el Papa, pues el ser humano de hoy “no se obsesiona por la transmisión desarticulada de una multitud de doctrinas que se intenta imponer a fuerza de insistencia» (Evangelii Gaudium, n. 35), sino con el testimonio de “lo esencial, que es lo más bello, lo más grande, lo más atractivo y, al mismo tiempo, lo más necesario”; ese Jesús que ama.

La principal preocupación del misionero y la misionera “es comunicar lo que ellos viven y, sobre todo, que los demás puedan percibir la bondad y la belleza del Amado a través de sus pobres intentos”, tomando en serio la advertencia de Francisco: “conviene ser realistas y no dar por supuesto que nuestros interlocutores conocen el trasfondo completo de lo que decimos o que pueden conectar nuestro discurso con el núcleo esencial del Evangelio que le otorga sentido, hermosura y atractivo» (Evangelii Gaudium, n. 34).

Testigos del amor

El primer deseo y compromiso de un misionero bebe de ser “hablar de Cristo, con el testimonio o la palabra, de tal manera que los demás no tengan que hacer un gran esfuerzo para quererlo» (n. 209). En la dinámica del amor, las palabras que articulan el anuncio «son las palabras del enamorado que no molestan, que no imponen, que no obligan, solo mueven a los otros a preguntarse cómo es posible tal amor» (n. 210). Así, se anuncia a Jesús y su amor, «no como quien impone una nueva obligación, sino como quien comparte una alegría, señala un horizonte bello, ofrece un banquete deseable» (Evangelii Gaudium, n. 14). Además, “con el máximo respeto ante la libertad y la dignidad del otro, el enamorado sencillamente espera que le permitan narrar esa amistad que le llena la vida” (n. 210).

El testimonio, si bien se ofrece con la palabra hablada o escrita, son: “los actos de amor a los hermanos de comunidad el mejor o, a veces, el único modo posible de expresar ante los demás el amor de Jesucristo» (n. 212). Claro está, no limitándonos a los cercanos, sino ampliando la tienda “a cada hermano y a cada hermana, especialmente a los más pobres, despreciados y abandonados de la sociedad” (n. 213). Al fin de cuentas “es su amor el que se manifiesta a través de nuestro servicio; él mismo le habla al mundo con ese lenguaje que a veces no puede tener palabras” (n. 214).

Conclusión

“De alguna manera tienes que ser misionero, como lo fueron los apóstoles de Jesús y los primeros discípulos, que salieron a anunciar el amor de Dios, salieron a contar que Cristo está vivo y que vale la pena conocerlo. Cada uno la cumple a su modo, y tú verás cómo podrás ser misionero. No importa si puedes ver algún resultado; eso déjaselo al Señor, que trabaja en lo secreto de los corazones. Pero no dejes de vivir la alegría de intentar comunicar el amor de Cristo a los demás» (n. 216).

El imperativo de la conversión misionera se impone como llamado a toda la Iglesia y cada uno de sus miembros: “La Iglesia también necesita corazón para no reemplazar el amor de Cristo con estructuras caducas, obsesiones de otros tiempos, adoración de la propia mentalidad, fanatismos de todo tipo que terminan ocupando el lugar de ese amor gratuito de Dios que libera, vivifica, alegra el corazón y alimenta las comunidades” (n. 219).

sábado, 31 de mayo de 2025

Fiesta de María Consolata - 20 de junio

 Novena a María Consolata: mujer consolada y consoladora


Escuela de Liderazgo Juvenil Misionero 2024 - Charalá 

Estructura:

·         Cita bíblica

·         Reflexión

·         Oración

·         Compromiso

 Oración

María, consuelo en la alegría y en el dolor
Mujer consolada y consoladora
Madre de la consolación encarnada.

Tú que cantaste las maravillas de Dios en los humildes
que suscitaste la alegría en la anciana Isabel y el niño en su vientre
enséñanos a cantar en la alegría y en el dolor.

Haznos generosos para compartir el gozo,
atentos para ver las necesidades y carencias,
 prontos para actuar, como tú, en la boda de Caná.

Junto a tu Hijo perseguido, escupido, condenado y crucificado,
ayúdanos a permanecer de pie en nuestros propios e injustos calvarios.

Enséñanos a estar, a mirar, a acompañar,
como tú: con silencio creativo y sensibilidad valiente
cuando nos falta el vino de la esperanza,
cuando en el corazón se apaga el gozo,
cuando la noche oscurece la luz.

Abraza nuestras alegrías con serena humildad
nuestros dolores con enérgica compasión.
con presencia, con fe, con amor.
 
Tú que experimentaste la espada del dolor en el corazón,
No permitas que huyamos del dolor ni que nos encerremos en él.
 
Sé nuestro consuelo, María,
Madre del consuelo,
Enséñanos a consolar como tú.
Amén.
 
Sugerencias para cada día

v  Si se quiere, se puede concluirse con el rezo del Rosario, contemplando los misterios dolorosos o gozosos, según el tema.

v  Preparar un símbolo que acompañe visualmente la reflexión.

v  El último día (Día 9) se puede concluirse con una celebración eucarística o vigilia de oración.

 Tema general: "Consolar, como María Consolata, en la alegría y en el dolor"

 Día 1 – María, Mujer consolada

Lectura: Lucas 1,26-38

Tema

María es consolada mediante la fe y la confianza

Reflexión
El consuelo verdadero comienza con la apertura o disposición para la escucha. María, al recibir la visita del ángel y escuchar su mensaje, aunque no comprende del todo lo que Dios le propone, abre mente, corazón, cuerpo, todo su ser, con fe en el Dios de la Alianza: “Hágase en mi”, responde. No en actitud pasiva o resignada sino en entrega activa y participativa, dispuesta a colaborar. La “Llena de gracia” es consolada, agraciada delante Dios que, mediante su Espíritu consolador, engendra en ella la vida nueva: “darás a luz un Hijo”, el Emmanuel prometido (“Dios - con – nosotros”), consolación divina encarnada.

Oración
Mujer que escuchas y acoges sin miedo, enséñanos a escuchar a Dios, a la creación y a los que sufren, sin prejuicios ni prevenciones. Inspíranos para abrirnos a los “signos de la presencia de Dios” en nuestro tiempo, dispuestos al compromiso con la vida.

Compromiso
Escuchar con atención a Dios en la oración, a los necesitados, sin interrumpirlos ni juzgarlos y a la madre tierra que gime.

 DÍA 2 – María, mujer consoladora

Lectura: Lucas 1,39-56

Tema: El consuelo se amplía con el compartir la alegría creyente

Reflexión
María, después de experimentar la presencia y la acción de Dios en ella, apresuradamente se pone en camino. No para contar su propia historia, sino para servir a la vida que crece allí en donde nadie cree, en la esterilidad. Su presencia joven en la casa de la anciana Isabel, llena el ambiente de alegría: “bendita tú que has creído”, canta la prima, mientras el “niño salta en de alegría en su vientre”. La joven virgen manifiesta su alegría y proclama las grandezas del Señor que hace obras grandes en los humildes y los pobres. Su canto no es personal o íntimo, es social: Dios consuela a los pobres, a los humildes, a los que esperan justicia. La alegría verdadera consuela porque se convierte en bendición compartida.

Oración
María, que corriste a socorrer a la anciana Isabel y llenar de alegría y consolación su ambiente, su vientre y al niño en gestación, danos tu prontitud generosa para salir de nuestro ambiente e ir a compartir nuestra consolación y multiplicar la esperanza.

Compromiso
Salir e ir al encuentro de los otros, especialmente los solos, necesitados o excluidos, para compartir con ellos la consolación y la alegría.

 Día 3 – María, consuelo en la fiesta

 Lectura: Juan 2,1-11

Tema: la consolación siempre es necesaria, aunque andemos alegres y en fiesta

Reflexión
En Caná de Galilea, en medio de la boda – fiesta de la vida, María está, discreta y atenta. Ve lo que otros no ven: “les falta vino”. Ella misma no resuelve, pero sabe quién puede hacerlo e intercede ante su Hijo: “no tienen vino”. Su intercesión no hace ruido, no es un pedido ni mucho menos una orden, apenas una alerta exhortativa. Pero, en su espera de una respuesta, no permanece pasiva ni se agita activamente, alerta a los encargados de servir en la boda: “hagan lo que Él les diga”. Nos enseña que consolar también es “estar presente”, atentos a carencias o necesidades escondidas; a actuar con delicadeza, activar a los servidores públicos de la fiesta de la vida e interceder ante Jesús, confiando en Él.

Oración
Mujer presente y atenta, despierta nuestros sentidos para detectar las necesidades calladas y actuar oportuna y compasivamente, con la pedagogía de la orientación.

Compromiso
Identificar a alguien en la familia o en comunidad o en la sociedad que aparenta bien pero que está en riesgos o necesidades que no se atreve a revelar.

 Día 4 – María, consuelo en las pérdidas

Lectura: Lucas 2,41-50

Tema: la consolación ante las angustias causadas por las pérdidas

Reflexión
María y José buscan al hijo perdido o desaparecido: ¿Dónde buscarlo, dónde encontrarlo, cómo proceder?  Detenerse y tomar conciencia de que quien debería o se suponía que estaba, no está. No camina con nosotros. Preguntar a los caminantes, peregrinos, deshacer caminos, volver atrás. Estas fueron las estrategias de los padres de Jesús. Asumieron juntos, en pareja, la responsabilidad y, sin buscar culpables, se dieron a búsqueda, sin delegar. Allá lo encontraron, donde estaban los intereses y las motivaciones del hijo. ¡Menos mal! Ocupado en los asuntos de su Padre Dios. Habría podido ser peor. La madre no entiende y el padre tampoco, pero guardan todo en su corazón. Así consuelan María y José: buscando, esperando, confiando y creyendo. La confianza y la perseverancia superan la ansiedad y consuelan más con el silencio que con el ruido alarmante de la publicidad.

Oración
Esposos del silencio y la esperanza, mamá María y papá José, acompáñennos en tantas pérdidas que nos afectan cada día y que a veces causan tanto ruido. Enséñennos a buscar sin rendirnos y a esperar con fe, hasta encontrar.

Compromiso
Acompañarnos entre nosotros, como María acompañó a José y este acompañó a María, para que podamos acompañar a quien busca sin encontrar.  

 Día 5 – María, presenta la consolación a las naciones

Lectura: Lucas 2,25-35

Tema: María es preparada para consolar desde el dolor

Reflexión
María sube al templo de Jerusalén para su purificación y presentación del Hijo, como mandaba la ley de Moisés. Allí se encuentra con Simeón que esperaba la consolación y la anciana Ana que esperaba la liberación. Los dos hacían parte del resto fiel del pueblo de Israel y por eso servía en el templo. Al ver al Niño, Simeón reconoce la consolación o salvación esperada: luz para todos los pueblos y gloria de Israel. Ve la madre e intuye el dolor en ella, le profetiza que en el cumplimiento de su misión una espada le traspasará el alma.
Esto la prepara, desde temprano, a no huir del dolor sino asumirlo sin desesperación, a no endulzarlo con palabras vacías, a consolar a quienes enfrentan penas y dolores, desde una esperanza acrisolada y fortalecida por la experiencia.

Oración
María, Mujer valiente, acógenos y acompáñanos cuando la vida nos golpea, abraza nuestras heridas, cúbrenos con tu manto consolador. Que tu fe nos ayude a darle sentido al sufrimiento y a alimentar la valentía en los jóvenes de estas nuevas generaciones, distraídos en el presente, sin perspectivas de futuro. Qué no le tengamos miedo a la cruz.

Compromiso
Acompañar, visitar y orar por personas enfermas o heridas física o emocionalmente.

 Día 6 – María, consuelo extraordinario en lo ordinario

 Lectura: Lucas 2,51-52

Tema: Consolar diariamente, sin prepotencia ni ruido

Reflexión

María vive la mayor parte de su vida en la sencillez de su hogar, Nazaret, imbuida y ocupada en lo ordinario de cada día. No se le conocen grandes milagros, pero sí mucho consuelo brindado en lo cotidiano, ofrecido de manera extraordinaria, mientras contempla a su esposo en la carpintería y a Jesús creciendo junto a ellos:  un gesto, una palabra, una mirada, una oración elevada a Dios. Nos enseña que la verdadera consolación está escondida en el amor que se repite, sin cansancio, cada día, en la casa, la oficina, la empresa, el colegio o la universidad.

Oración
María, mujer madre y esposa de Nazaret, ayúdanos a consolar en lo ordinario, con gestos pequeños pero realizados de manera extraordinaria. “Haciendo el bien, bien hecho y sin ruido” como nos lo sugería San José Allamano.

Compromiso
Reconocer y ofrecer sencillos gestos de cariño (mensaje, ayuda práctica, sonrisa) a alguien.

 Día 7 – María, consuelo en los calvarios de la historia

Lectura: Juan 19,25-27

Tema: Consolar permaneciendo en el dolor sin huir

Reflexión
María está, con esa amable pedagogía que conjuga el verbo estar y ratifica con el ser. Un “estar firme, de pie, junto – a” al Hijo injustamente juzgado, torturado y condenado a muerte en la ignominiosa cruz. Cuando la impotencia invade y no puedo cambiar lo que pasa, pero estoy presente, me sostengo con valentía y firmeza, para sostener las víctimas. María no ofrece discursos, palabras, da su corazón de madre. En ella se realiza la sabiduría popular: “Dios no te quita la cruz, pero te pone junto a alguien que la carga contigo”.

Oración
Madre del Calvario, enséñanos a consolar con la presencia serena y enérgica, sin temor a los verdugos, ni al dolor ajeno. Que lo hagamos con la alegría del canto y la danza, al ritmo del tambor afrodescendiente.

Compromiso
Acompañar, físicamente o con la oración, a alguien que se encuentra en algún calvario de la vida.

Día 8 – María, consuelo en la comunidad orante

Lectura: Hechos 1,14

Tema: María consuela como madre de la Iglesia

Reflexión

Fue precisamente en el calvario, al pie del crucificado que la Madre recibió la misión como mujer, por parte de su Hijo: “Ahí tienes a tu hijo”, indicándole a los discípulos que aman a Jesús. Ellos la reciben y la llevan con su comunidad, invadida todavía por el miedo. Ella permanece con ellos. Su presencia une, fortalece, consuela. No busca protagonismo, pero anima y aviva la esperanza. Como ellos, recibe la energía del Espíritu enviado desde el Padre, como les había sido prometido en la despedida. Así actúa en la Iglesia y todas sus comunidades urbanas y rurales: como mujer silenciosa que intercede, sostiene y une.

Oración
Madre de la Iglesia, que nunca nos falte tu presencia y comunión. Consuela a las comunidades heridas, divididas, cansadas o perseguidas.

Compromiso
Participar y orar con y por las comunidades de fe, las Parroquia, la Iglesia Local y la Universal.

Día 9 – María, esperanza del pueblo en camino

Lectura: Apocalipsis 12,1-6

Tema: María consuela desde el cielo, intercede en nuestras luchas

Reflexión

Una mujer vestida de sol aparece en el cielo, símbolo de la Iglesia, de la esperanza, María. La misma que un día, en 1531, aparece en el Tepeyac mejicano, para animar y consolar a los indígenas del continente americano. La morenita guadalupana, patrona de las Américas, con su saludo a San Juan Diego”, en su propia lengua náhuatl: ¿“Qué hay, hijo mío, el más pequeño?  ¿dónde vas?  ¿No estoy aquí, yo, que soy tu madre? ¿No estás bajo mi sombra y resguardo? ¿No soy yo la fuente de tu alegría …? (Nican Mopohua). Aunque el mal intenta vencer, ella protege y guía a los suyos. Es la señal luminosa que nos recuerda que Dios está con su pueblo y toda su creación. Mujer de la ecología integral y cultural, consuelo en la defensa y el cuidado de la vida, esperanza de felicidad.

Oración
María Consolata, morenita del Tepeyac que llevas en tu vientre el símbolo del sol cultural, que también aparece en el corazón de tu nombre, ConSOLata, pedagoga mensajera del “Evangelio plenamente inculrurado”, como te calificó San Juan Pablo II, consuela hoy a todos los pueblos indígenas que luchan por tierra, justicia, paz y dignidad. Quédate con nosotros.

Compromiso
Encender una vela por los todos los pueblos originarios (tribus) del mundo.

 

lunes, 19 de mayo de 2025

Legado de Francisco ligado "A la mano"

 El legado del papa Francisco ligado con el de San José Allamano

Grupo de reflexión en el Centro Misionero José Allamano 17/05/2025

Reflexión sobre la común herencia cultural del Papa Francisco y San José Allamano. Tratamos de adentrar en su rico legado espiritual, largamente cultivado en el tiempo y acrisolado en los diversos y complementares ministerios que los dos ejercieron, al servicio de la Iglesia y la humanidad, a lo largo de sus riquísimas existencias.  

Raíces comunes

La Región del Piamonte del norte italiano, cuna de santos generadores de nuevas instituciones al servicio de la vida, la iglesia y la sociedad; tierra de colinas y apacibles valles, de viñedos, frutales y buenos vinos, de trabajo duro y fe profunda, que vio nacer a José Allamano, fue también el lugar de origen de los abuelos paternos del papa Francisco. Se convirtió en matriz existencial, tanto de José Allamano quien la habitó a lo largo de toda su vida, desde el 21 de enero de 1851 hasta el 16 de febrero de 1926, como de Jorge Bergoglio, hijo - nieto de una familia emigrante de Portacomaro, cerca de Asti, a Argentina, a principios del siglo XX. Aunque separados por el tiempo y el espacio, ambos comparten la misma herencia cultural y espiritual que los vincula y les confiere un perfil común.

Ese humus cultural recio y fecundo, esa fe sencilla, arraigada en los temperamentos rocosos y los quehaceres cotidianos, no los encerraba en su terruño, sino que les habría largos y amplios horizontes, cargados de realismo y esperanza. Horizontes misioneros más allá de cualquier frontera, para ir y compartir la experiencia de fe; horizontes laborales en búsqueda de nuevas tierras y oportunidades económicas para la vida con dignidad.

Visto todo desde este contexto sincrónico, no resultan indiferentes las deferencias dadivosas del Papa Francisco con la Familia misionera de la Consolata y por medio de ella con la humanidad, como lo reconoce el Superior General de los Misioneros, James Lengarin: el papa nos ha regalado dos misioneras beatas, Sor Irene Stefani (2015) y Sor Leonella Sgorbati, mártir (2018); entre varios obispos, el nombramiento de Mons. Giorgio Marengo, prefecto apostólico de Ulán Bator - Mongolia (2020) y creado cardenal (2022); la canonización del Fundador, San José Allamano, el 20 de octubre de 2024, domingo día de las misiones católicas y, como si fuera poco, el nombramiento de Sor Simona Brambilla, misionera de la Consolata, la primera mujer prefecta de un Dicasterio en el Vaticano (2025). 

Espiritualidad encarnada y misionera

Si entendemos por espiritualidad, no tanto las prácticas religiosas que la expresan y alimentan cuanto una manera de ser, de pensar y de actuar, podemos percibir otra convergencia entre San José Allamano, fundador de los Misioneros y Misioneras de la Consolata, quien encarnó una espiritualidad práctica y misionera, insistiendo en la santidad unida al compromiso evangelizador y el papa Francisco quien promovió una "Iglesia en salida" misionera, cercana a los pobres, abierta a las periferias geográficas y existenciales, a donde han llegado, preferencialmente, los misioneros y misioneras de la Consolata, con su ideal “primero santos y luego misioneros”.

Ambos comparten la convicción de que la fe no puede quedarse encerrada en los templos, sino que debe ir al encuentro del otro diferente cultural, social, religiosa y geográficamente. Esta sensibilidad misionera tiene su origen en el testimonio piamontés de figuras como el Cardenal capuchino Guillermo Massaia, obispo en Caffa – Etiopia, tierra del café, el tío San José Cafasso, San Juan Bosco, paisano y formador salesiano, que fundamentaron esa tradición que influyó en Allamano y llega hasta Bergoglio.

Una espiritualidad contextual y existencial diseminada en la vida y la doctrina de los dos que, partiendo de una visión compasiva de la realidad, mueve a la misericordia activa y liberadora, genera la consolación en los beneficiados y los beneficiarios y suscita la fiesta colectiva. Anticipo del banquete celestial, para todos los que han pasado por la gran tribulación, lavando sus vestidos en la sangre del Cordero y viviendo en la esperanza de la consolación plena. Cuando el mismo Dios “enjugará las lágrimas de los ojos, y ya no habrá más muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas han pasado". (Ap. 21, 4).

Movimiento activo, creativo, pedagógico y procesual de espiritualidad cristiana misionera que inicia en la compasión, pasa por la misericordia, impregna de consolación y suscita la alegría.

Estilo misionero

Un estilo construido por el Fundador José Allamano, desde la práctica, con la participación de sus misioneros desde el territorio Kikuyu, en el Kenia - África, que deriva en una “metodología concorde, iluminada y perseverante”, al servicio del anuncio del Evangelio, la promoción humana y la formación o educación de las personas. Centrado en la sencillez, la cercanía, el estar y trabajar con los nativos, la bondad, el respeto, la elevación de los ambientes. Estilo que se corresponde con el propuesto por el papa Francisco a toda la Iglesia: cercano, tierno, preocupado por la formación integral y la autenticidad evangélica. En ambos hay una sensibilidad y un respeto profundo hacia todas las personas y sus culturas, acogiendo y valorando a cada una en sus diferencias.

La opción por los pobres, la insistencia en la misericordia y el rechazo de la auto referencialidad son también puentes entre estos dos herederos del Piamonte. Allamano exigía que sus misioneros fueran hacia los últimos, vivieran con humildad, sin pretensiones de superioridad cultural. Francisco insiste en una Iglesia con “olor a oveja”, que no impone, sino que propone y acompaña.

Tierna presencia mariana

La devoción mariana, es otro nexo entre ambos. San José Allamano, arropado en el manto del Santuario de la Consolata, realiza toda su obra en alianza familiar con ella. A ella le atribuye la fundación de sus instituciones misioneras, constituidas con su nombre. Al cuidado de su Santuario le dedica todo su ministerio sacerdotal. Sus restos reposan en su seno.

Francisco también manifiesta un fuerte amor mariano, recurriendo constantemente a María como madre de la ternura, del consuelo y del pueblo.  “Mi vida y mi ministerio sacerdotal y episcopal los he confiado siempre a la Madre de Nuestro Señor, María Santísima. Por tanto, pido que mis restos mortales descansen esperando el día de la resurrección en la Basílica Papal de Santa María la Mayor.

Deseo que mi último viaje terrenal termine en este antiquísimo santuario mariano, al que acudía en oración al inicio y al final de cada Viaje Apostólico, para encomendar confiadamente mis intenciones a la Madre Inmaculada y agradecerle sus dóciles y maternales cuidados”. (Testamento)

Para ambos, María no es solo una figura teológica espiritual, sino una madre cercana que consuela, guía y fortalece.


Oración 



Señor te damos por la vida, 

por la vida de cada uno de nosotros quienes estamos aquí reunidos hoy. 

Gracias por llamarnos a este encuentro. 

Gracias Señor por el Papá Francisco, por su legado, por sus enseñanzas 

porque a través de él pudimos acercarnos más al amor de María, 

gracias por Nuestra Madre santísima. 

Te pedimos que, como hijos tuyos, nos ayudes a no sentirnos nunca huérfanos 

por que ella está con nosotros.  

Ayúdanos a encontrar ese amor que encontró el papá Francisco en María, 

ese amor de madre que no desampara, que proteje que cuida.

Te damos gracias por nuestras madres, 

que en este mes de mayo podamos reconocer su valía, 

su acompañamiento y sacrificio diario, su amor incondicional.  

Por las que ya no están con nosotros, para que descansen en paz,

sabiendo que hicieron su mejor labor como madres.

Una madre no se cansa de esperar,

así está la Virgen María, esperando a que volvamos a ella 

 que nos acerquemos a Jesús por medio de ella.

(Nataly López)




jueves, 8 de mayo de 2025

Papa León XIV

 ¿Qué pienso del nuevo papa?, me preguntan

Me gusta, respondo como Misionero de la Consolata, por varias razones:

1.  Es del continente americano, ciudadano norteamericano de origen, por obligación y peruano por opción misionera, “porque uno no es de donde nace … sino de donde entrega el alma”, decía el Papa peruano: puente entre el sur y el norte. Nos inspira en la construcción existencial y legal de la continentalidad institucional que buscamos.

 

2.  Su nombre, Robert Francis Prevost Martínez, nos habla de un hombre planetario, hijo de Louis Marius Prevost, de ascendencia francesa e italiana, y Mildred Martínez de ascendencia española, raíces culturales y afectivas del nuevo Papa, nacido en Chicago el 14 de septiembre de 1955: puente entre la vieja Europa y la nueva América. Nos inspira en nuestra identidad misionera ad gentes, compartida con los pueblos del mundo al servicio de la fraternidad universal.


3.  Miembro de la Orden de San Agustín, una milenaria institución religiosa construida con los pilares de la vida comunitaria, el estudio cuidadoso, la interiorización contemplativa y la caridad operante que conduce humildemente a la justicia: síntesis armoniosa entre la contemplación y la acción, entre la oración y el trabajo. Nos inspira en la construcción de nuestra identidad religiosa - misionera alimentada con la piedad espiritual, el estudio iluminador, el trabajo humilde y perseverante, en compañía de La Consolata, modelo y guía, “Madre de Consolación” o “Madre de la Correa”, título principal con el que la Orden agustiniana honra a María.


4.      Misionero más allá de sus fronteras: graduado en matemáticas y filosofía en la Universidad de Villanova, Pensilvania y habiendo emitido los Votos Religiosos y estudiado teología en Chicago, fue Ordenado Sacerdote, en el año 1982. Viajó a Roma para estudiar Derecho Canónico. Destinado al Perú, inició su servicio misionero en Chulucanas, en el departamento de Piura, en 1985, al año siguiente fue llamado a servir a su Orden en Trujillo, como formador, desempeñando también otros servicios a la Iglesia local.  De allí fue llamado a su Chicago natal, como Prior Provincial y luego a Roma como Prior General de la Orden.

En el 2014 el papa Francisco lo nombró obispo de Chiclayo, cargo que asumió en 2015, después de haber solicitado y recibido la nacionalidad peruana, exigida por el gobierno peruano para poder desempeñar dicho cargo: disponibilidad y desempeño profesional, al servicio de la misión. Nos inspira en nuestro desempeño misionero cordial, perseverante e iluminado, digno de ser reconocido y valorado.


5.    Nombrado Cardenal por el Papa Francisco, entró al conclave con la experiencia de haber acompañado a su maestro y pastor, desde el 30 de enero del 2023, como prefecto del Dicasterio para los Obispos y la Comisión Pontificia para América Latina y salió Papa León XIV. Nos saludó, con los largos brazos de la Plaza San Pedro, este 8 de mayo del 2025, ofreciéndonos la paz e invitándonos a todos a dejarnos amar de Cristo y caminar juntos, como misioneros sin miedo, sirviendo a la vida en paz y justicia, de la mano de María.

 

6.     Oramos por ti, “hermano León”, compañero del hermano Francisco, en comunión y memoria de tus predecesores Francisco y León XIII, el Papa padre de la Doctrina Social de la Iglesia, autor de la Encíclica Rerum Novarum, sobre la situación de los obreros, que ejerció como puente (pontífice) entre la Iglesia y la sociedad civil, desde el 20 de febrero de 1878, tiempo de gestación de nuestro Instituto Misionero de la Consolata, fundado por Sa José Allamano el 29 de enero de 1901, poco antes de su muerte el 20 de julio de 1903. Honraremos la voluntad de nuestro Fundador que nos quería “papalinos”, obedientes al Papa.


miércoles, 23 de abril de 2025

Pascua con Jesús y con el Papa Francisco

 Misión de Semana Santa: Un caminar con el Siervo Sufriente


Durante la Semana Santa de 2025, treinta jóvenes universitarios y profesionales, acompañados por cuatro sacerdotes misioneros de la Consolata, emprendimos una experiencia profundamente transformadora en la parroquia El Señor de la Victoria, en Lebrija, Santander.

Nuestra misión nos llevó a sumergirnos en una reflexión profunda sobre el sufrimiento y la esperanza, dos realidades palpables tanto en los relatos de la Pasión del Señor como en la vida cotidiana de las personas, en la madre tierra y en la humanidad entera.

La misión del Siervo Sufriente

El Siervo aparece en diversos pasajes del profeta Isaías (42,1-7; 49,1-9; 50,4-11; 52,13-53,12) como un elegido de Dios, llamado y enviado con una misión que, paradójicamente, es fuente de dolor y esperanza:

  • v      Guiar a quienes han perdido el rumbo y buscan el camino recto.
  • v      Consolar y animar a los fatigados, abatidos y sin esperanza.
  • ❖ Liberar a los cautivos y prisioneros, Iluminar el sendero de quienes caminan entre tinieblas y sombras de muerte.

  • El Profeta de Dios presenta su vocación y misión, en el corazón de su libro sobre la Consolación: “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque el Señor me ha ungido. Me ha enviado a dar la buena nueva a los pobres, a sanar a los de corazón destrozado, a proclamar la liberación a los cautivos y a los prisioneros la libertad. Me ha enviado a proclamar el año de gracia del Señor y un día de venganza de nuestro Dios; para consolar a todos los afligidos, para cambiar por una corona la ceniza de los afligidos de Sion, su ropa de luto por perfumes de fiesta, y su ánimo triste por cantos de alabanza” (Is 61, 1-3).

Desde esta perspectiva profética, Jesús de Nazaret es comprendido por los escritores del Nuevo Testamento, especialmente Lucas, como el Siervo Sufriente. El enviado por Dios Padre con la misión de llevar a plenitud las profecias gritadas a todo el pueblo y susurradas a cada corazón. Los dolores del Siervo antiguo se actualizan y reviven crudamente en la Pasión y muerte de Jesús: la detención injusta, la humillación, las bofetadas, los salivazos, el juicio arbitrario, la flagelación, la coronación de espinas, el camino del Calvario, la crucifixión, la agonía y, finalmente, la muerte.

El mismo Jesús, releyendo al Profeta Isaías (Lc 4, 18-19), presenta su vocación y programa misionero en la Sinagoga de su pueblo: “El espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar la buena noticia los pobres; me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos; a dar vista a los ciegos, a liberar a los oprimidos y a proclamar un año de gracia del Señor.” 

Con Jesús, por el camino y en la mesa

Acompañar a Jesús en su travesía desde Galilea hasta Jerusalén, siguiendo el relato del Evangelio de Lucas, es adentrarse en una experiencia de confrontación, desencuentro y dolor, que culmina en la entrega total de su vida. Pero también es un aprendizaje sobre la fidelidad apasionada a la misión confiada, sobre el amor llevado al extremo, hasta el sacrificio.

Este recorrido no es únicamente físico o histórico, sino profundamente espiritual, tejido con encuentros humanos y divinos que marcan el alma y renuevan el espíritu. No se trata solo de los lugares que Jesús visitó, donde dejó signos, milagros y enseñanzas, sino de los momentos cruciales en que se sentó a la mesa, compartió el pan y abrió los corazones.

Es un camino hacia la vida resucitada: una existencia sembrada, no enterrada; una presencia viva, no sepultada ni extinguida. De ahí que resaltamos los encuentros en la mesa, espacios de fraternidad y solidaridad, donde el pan recibido se transforma en alimento compartido, en vínculo entre los que se reúnen para celebrar la vida. Las mesas no fueron solo lugares físicos, sino ámbitos de reconciliación, donde se tejieron lazos entre personas, animales, plantas, lluvia y sol; entre el entorno y el Creador. Así, nuestro caminar con Jesús no solo fue geográfico, sino espiritual y comunitario, transitando los senderos de la fe y la esperanza.

Pascua de Consolación y Esperanza

Al concluir nuestra misión, en el retorno a nuestros hogares, recibimos la noticia del fallecimiento del Papa Francisco. La entendimos como su Pascua esperada, un tránsito a la eternidad en plena sintonía con su vida entregada.

Jorge Mario Bergoglio, Papa Francisco, vivió en sincronía con:

     v La "Comunidad de la vida" (sincronía ecológica).

  • v  El Señor Jesús (sincronía discipular).
  • v  María, madre-discípula (sincronía eclesial).
  • v  Los discípulos y discípulas (sincronía sinodal).
  • v  Los pobres y excluidos (sincronía humana de justicia y paz).
  • v  El tiempo litúrgico (sincronía entre la cotidianidad, la Cuaresma y la Pascua).

El Padre maternal, al igual que hizo con su Hijo, transformará su sepulcro en un vientre nuevo para la vida resucitada. A nosotros nos queda la gratitud, y a él, la gloria de la fidelidad.

¡Feliz Pascua 2025!

¡Aleluya!