Retiro espiritual de Cuaresma
“Junto al mar de Galilea”
"Solo un corazón ardiente puede escuchar el
llamado de Dios"
Para servidores de la Emisora Minuto de Dios, familiares
y amigos
En el Centro de Misión y Culturas “José Allamano”
22 de marzo de 2025
Retiro
Salir de … y alejarse o alejar, retirar o retirarse (dejar una
actividad; conseguir que un individuo se aleje; apartar a alguien o algo).
Espiritual
Dedicado al espíritu, al
alma, al interior, al corazón, para vivir una experiencia espiritual.
Cuaresma
Tiempo litúrgico propuesto
por la Iglesia de Jesucristo para hacer camino consciente de conversión y
purificación, con oración, penitencia y caridad para el crecimiento en
humanidad y santidad, en beneficio de sí mismos, de la sociedad y de toda la “comunidad
de la vida” (Carta de la tierra).
Junto al mar de Galilea
Un lago de agua dulce, llamado mar por su extensión,
alimentado por el rio Jordán, frecuentado por Jesús de Nazaret. Lugar en donde se
encontró con sus primeros discípulos, denominados Apóstoles.
"Solo un corazón ardiente puede escuchar el llamado de Dios"
“A la luz del Sagrado Corazón, la
misión se convierte en una cuestión de amor”, leemos en la Encíclica Dilexit
Nos (n. 208), del Papa Francisco, publicada el 24 de octubre 2024. La
sintonía con el corazón de Jesús, evita el riesgo de que “se digan y se hagan
muchas cosas, pero no se logre provocar el feliz encuentro con ese amor de
Cristo que abraza y que salva” (n. 208). La misión es, entonces, una cuestión
de amor en cuanto provoca el encuentro con ese amor de Jesús. De ahí el tema de
este Retiro: “Solo un corazón ardiente puede escuchar el llamado de Dios”.
El mismo San José Allamano,
titular de este Centro de Misión y Culturas que nos hospeda, solía repetir a
los misioneros (1901) y misioneras (1910) por él fundados, formados y enviados:
”El verdadero apóstol es encendido por la caridad, es decir, por la pasión
de hacer conocer y amar al Señor; buscar el bien de las personas y no de sí
mismo”. La pasión misionera es sinónimo de ardor misionero celo
apostólico. Es el espíritu propio de un evangelizador y la característica
propia de la evangelización. La cuarta Conferencia General del episcopado
latinoamericano, en Santo Domingo, reitera esta característica: “El ardor
apostólico de la nueva evangelización brota de una radical conformación con
Jesucristo, el primer evangelizador. Así, el mejor evangelizador es el santo” (n°
28). Cuando el fuego arde, incendia, quema y se expande. Igual sucede con el
corazón.
La misión, entendida desde la
perspectiva del amor, “exige misioneros enamorados, que se dejan cautivar (formar
– conformar) por Cristo y que inevitablemente transmiten ese amor” (DN 209).
Vocacionados, llamados por Jesús para estar con Él (ser santos) y enviados
(misioneros), según el Evangelio de Marcos 3,13-19.
Servidores
de la Emisora Minuto de Dios
Todos, incluidos los familiares y
amigos, “de alguna manera misionero(s), como lo fueron los apóstoles de Jesús y
los primeros discípulos, que salieron a anunciar el amor de Dios, salieron a
contar que Cristo está vivo y que vale la pena conocerlo. Cada uno la cumple a
su modo, y tú verás cómo podrás ser misionero. No importa si puedes ver algún
resultado; eso déjaselo al Señor, que trabaja en lo secreto de los corazones.
Pero no dejes de vivir la alegría de intentar comunicar el amor de Cristo a los
demás» (DN, n. 216). Claro está, en y con la Iglesia impelida también a salir e
ir: ella “también [necesita corazón] para no reemplazar el amor de Cristo con
estructuras caducas, obsesiones de otros tiempos, adoración de la propia
mentalidad, fanatismos de todo tipo que terminan ocupando el lugar de ese amor
gratuito de Dios que libera, vivifica, alegra el corazón y alimenta las
comunidades” (n. 219).