sábado, 31 de mayo de 2025

Fiesta de María Consolata - 20 de junio

 Novena a María Consolata: mujer consolada y consoladora


Escuela de Liderazgo Juvenil Misionero 2024 - Charalá 

Estructura:

·         Cita bíblica

·         Reflexión

·         Oración

·         Compromiso

 Oración

María, consuelo en la alegría y en el dolor
Mujer consolada y consoladora
Madre de la consolación encarnada.

Tú que cantaste las maravillas de Dios en los humildes
que suscitaste la alegría en la anciana Isabel y el niño en su vientre
enséñanos a cantar en la alegría y en el dolor.

Haznos generosos para compartir el gozo,
atentos para ver las necesidades y carencias,
 prontos para actuar, como tú, en la boda de Caná.

Junto a tu Hijo perseguido, escupido, condenado y crucificado,
ayúdanos a permanecer de pie en nuestros propios e injustos calvarios.

Enséñanos a estar, a mirar, a acompañar,
como tú: con silencio creativo y sensibilidad valiente
cuando nos falta el vino de la esperanza,
cuando en el corazón se apaga el gozo,
cuando la noche oscurece la luz.

Abraza nuestras alegrías con serena humildad
nuestros dolores con enérgica compasión.
con presencia, con fe, con amor.
 
Tú que experimentaste la espada del dolor en el corazón,
No permitas que huyamos del dolor ni que nos encerremos en él.
 
Sé nuestro consuelo, María,
Madre del consuelo,
Enséñanos a consolar como tú.
Amén.
 
Sugerencias para cada día

v  Si se quiere, se puede concluirse con el rezo del Rosario, contemplando los misterios dolorosos o gozosos, según el tema.

v  Preparar un símbolo que acompañe visualmente la reflexión.

v  El último día (Día 9) se puede concluirse con una celebración eucarística o vigilia de oración.

 Tema general: "Consolar, como María Consolata, en la alegría y en el dolor"

 Día 1 – María, Mujer consolada

Lectura: Lucas 1,26-38

Tema

María es consolada mediante la fe y la confianza

Reflexión
El consuelo verdadero comienza con la apertura o disposición para la escucha. María, al recibir la visita del ángel y escuchar su mensaje, aunque no comprende del todo lo que Dios le propone, abre mente, corazón, cuerpo, todo su ser, con fe en el Dios de la Alianza: “Hágase en mi”, responde. No en actitud pasiva o resignada sino en entrega activa y participativa, dispuesta a colaborar. La “Llena de gracia” es consolada, agraciada delante Dios que, mediante su Espíritu consolador, engendra en ella la vida nueva: “darás a luz un Hijo”, el Emmanuel prometido (“Dios - con – nosotros”), consolación divina encarnada.

Oración
Mujer que escuchas y acoges sin miedo, enséñanos a escuchar a Dios, a la creación y a los que sufren, sin prejuicios ni prevenciones. Inspíranos para abrirnos a los “signos de la presencia de Dios” en nuestro tiempo, dispuestos al compromiso con la vida.

Compromiso
Escuchar con atención a Dios en la oración, a los necesitados, sin interrumpirlos ni juzgarlos y a la madre tierra que gime.

 DÍA 2 – María, mujer consoladora

Lectura: Lucas 1,39-56

Tema: El consuelo se amplía con el compartir la alegría creyente

Reflexión
María, después de experimentar la presencia y la acción de Dios en ella, apresuradamente se pone en camino. No para contar su propia historia, sino para servir a la vida que crece allí en donde nadie cree, en la esterilidad. Su presencia joven en la casa de la anciana Isabel, llena el ambiente de alegría: “bendita tú que has creído”, canta la prima, mientras el “niño salta en de alegría en su vientre”. La joven virgen manifiesta su alegría y proclama las grandezas del Señor que hace obras grandes en los humildes y los pobres. Su canto no es personal o íntimo, es social: Dios consuela a los pobres, a los humildes, a los que esperan justicia. La alegría verdadera consuela porque se convierte en bendición compartida.

Oración
María, que corriste a socorrer a la anciana Isabel y llenar de alegría y consolación su ambiente, su vientre y al niño en gestación, danos tu prontitud generosa para salir de nuestro ambiente e ir a compartir nuestra consolación y multiplicar la esperanza.

Compromiso
Salir e ir al encuentro de los otros, especialmente los solos, necesitados o excluidos, para compartir con ellos la consolación y la alegría.

 Día 3 – María, consuelo en la fiesta

 Lectura: Juan 2,1-11

Tema: la consolación siempre es necesaria, aunque andemos alegres y en fiesta

Reflexión
En Caná de Galilea, en medio de la boda – fiesta de la vida, María está, discreta y atenta. Ve lo que otros no ven: “les falta vino”. Ella misma no resuelve, pero sabe quién puede hacerlo e intercede ante su Hijo: “no tienen vino”. Su intercesión no hace ruido, no es un pedido ni mucho menos una orden, apenas una alerta exhortativa. Pero, en su espera de una respuesta, no permanece pasiva ni se agita activamente, alerta a los encargados de servir en la boda: “hagan lo que Él les diga”. Nos enseña que consolar también es “estar presente”, atentos a carencias o necesidades escondidas; a actuar con delicadeza, activar a los servidores públicos de la fiesta de la vida e interceder ante Jesús, confiando en Él.

Oración
Mujer presente y atenta, despierta nuestros sentidos para detectar las necesidades calladas y actuar oportuna y compasivamente, con la pedagogía de la orientación.

Compromiso
Identificar a alguien en la familia o en comunidad o en la sociedad que aparenta bien pero que está en riesgos o necesidades que no se atreve a revelar.

 Día 4 – María, consuelo en las pérdidas

Lectura: Lucas 2,41-50

Tema: la consolación ante las angustias causadas por las pérdidas

Reflexión
María y José buscan al hijo perdido o desaparecido: ¿Dónde buscarlo, dónde encontrarlo, cómo proceder?  Detenerse y tomar conciencia de que quien debería o se suponía que estaba, no está. No camina con nosotros. Preguntar a los caminantes, peregrinos, deshacer caminos, volver atrás. Estas fueron las estrategias de los padres de Jesús. Asumieron juntos, en pareja, la responsabilidad y, sin buscar culpables, se dieron a búsqueda, sin delegar. Allá lo encontraron, donde estaban los intereses y las motivaciones del hijo. ¡Menos mal! Ocupado en los asuntos de su Padre Dios. Habría podido ser peor. La madre no entiende y el padre tampoco, pero guardan todo en su corazón. Así consuelan María y José: buscando, esperando, confiando y creyendo. La confianza y la perseverancia superan la ansiedad y consuelan más con el silencio que con el ruido alarmante de la publicidad.

Oración
Esposos del silencio y la esperanza, mamá María y papá José, acompáñennos en tantas pérdidas que nos afectan cada día y que a veces causan tanto ruido. Enséñennos a buscar sin rendirnos y a esperar con fe, hasta encontrar.

Compromiso
Acompañarnos entre nosotros, como María acompañó a José y este acompañó a María, para que podamos acompañar a quien busca sin encontrar.  

 Día 5 – María, presenta la consolación a las naciones

Lectura: Lucas 2,25-35

Tema: María es preparada para consolar desde el dolor

Reflexión
María sube al templo de Jerusalén para su purificación y presentación del Hijo, como mandaba la ley de Moisés. Allí se encuentra con Simeón que esperaba la consolación y la anciana Ana que esperaba la liberación. Los dos hacían parte del resto fiel del pueblo de Israel y por eso servía en el templo. Al ver al Niño, Simeón reconoce la consolación o salvación esperada: luz para todos los pueblos y gloria de Israel. Ve la madre e intuye el dolor en ella, le profetiza que en el cumplimiento de su misión una espada le traspasará el alma.
Esto la prepara, desde temprano, a no huir del dolor sino asumirlo sin desesperación, a no endulzarlo con palabras vacías, a consolar a quienes enfrentan penas y dolores, desde una esperanza acrisolada y fortalecida por la experiencia.

Oración
María, Mujer valiente, acógenos y acompáñanos cuando la vida nos golpea, abraza nuestras heridas, cúbrenos con tu manto consolador. Que tu fe nos ayude a darle sentido al sufrimiento y a alimentar la valentía en los jóvenes de estas nuevas generaciones, distraídos en el presente, sin perspectivas de futuro. Qué no le tengamos miedo a la cruz.

Compromiso
Acompañar, visitar y orar por personas enfermas o heridas física o emocionalmente.

 Día 6 – María, consuelo extraordinario en lo ordinario

 Lectura: Lucas 2,51-52

Tema: Consolar diariamente, sin prepotencia ni ruido

Reflexión

María vive la mayor parte de su vida en la sencillez de su hogar, Nazaret, imbuida y ocupada en lo ordinario de cada día. No se le conocen grandes milagros, pero sí mucho consuelo brindado en lo cotidiano, ofrecido de manera extraordinaria, mientras contempla a su esposo en la carpintería y a Jesús creciendo junto a ellos:  un gesto, una palabra, una mirada, una oración elevada a Dios. Nos enseña que la verdadera consolación está escondida en el amor que se repite, sin cansancio, cada día, en la casa, la oficina, la empresa, el colegio o la universidad.

Oración
María, mujer madre y esposa de Nazaret, ayúdanos a consolar en lo ordinario, con gestos pequeños pero realizados de manera extraordinaria. “Haciendo el bien, bien hecho y sin ruido” como nos lo sugería San José Allamano.

Compromiso
Reconocer y ofrecer sencillos gestos de cariño (mensaje, ayuda práctica, sonrisa) a alguien.

 Día 7 – María, consuelo en los calvarios de la historia

Lectura: Juan 19,25-27

Tema: Consolar permaneciendo en el dolor sin huir

Reflexión
María está, con esa amable pedagogía que conjuga el verbo estar y ratifica con el ser. Un “estar firme, de pie, junto – a” al Hijo injustamente juzgado, torturado y condenado a muerte en la ignominiosa cruz. Cuando la impotencia invade y no puedo cambiar lo que pasa, pero estoy presente, me sostengo con valentía y firmeza, para sostener las víctimas. María no ofrece discursos, palabras, da su corazón de madre. En ella se realiza la sabiduría popular: “Dios no te quita la cruz, pero te pone junto a alguien que la carga contigo”.

Oración
Madre del Calvario, enséñanos a consolar con la presencia serena y enérgica, sin temor a los verdugos, ni al dolor ajeno. Que lo hagamos con la alegría del canto y la danza, al ritmo del tambor afrodescendiente.

Compromiso
Acompañar, físicamente o con la oración, a alguien que se encuentra en algún calvario de la vida.

Día 8 – María, consuelo en la comunidad orante

Lectura: Hechos 1,14

Tema: María consuela como madre de la Iglesia

Reflexión

Fue precisamente en el calvario, al pie del crucificado que la Madre recibió la misión como mujer, por parte de su Hijo: “Ahí tienes a tu hijo”, indicándole a los discípulos que aman a Jesús. Ellos la reciben y la llevan con su comunidad, invadida todavía por el miedo. Ella permanece con ellos. Su presencia une, fortalece, consuela. No busca protagonismo, pero anima y aviva la esperanza. Como ellos, recibe la energía del Espíritu enviado desde el Padre, como les había sido prometido en la despedida. Así actúa en la Iglesia y todas sus comunidades urbanas y rurales: como mujer silenciosa que intercede, sostiene y une.

Oración
Madre de la Iglesia, que nunca nos falte tu presencia y comunión. Consuela a las comunidades heridas, divididas, cansadas o perseguidas.

Compromiso
Participar y orar con y por las comunidades de fe, las Parroquia, la Iglesia Local y la Universal.

Día 9 – María, esperanza del pueblo en camino

Lectura: Apocalipsis 12,1-6

Tema: María consuela desde el cielo, intercede en nuestras luchas

Reflexión

Una mujer vestida de sol aparece en el cielo, símbolo de la Iglesia, de la esperanza, María. La misma que un día, en 1531, aparece en el Tepeyac mejicano, para animar y consolar a los indígenas del continente americano. La morenita guadalupana, patrona de las Américas, con su saludo a San Juan Diego”, en su propia lengua náhuatl: ¿“Qué hay, hijo mío, el más pequeño?  ¿dónde vas?  ¿No estoy aquí, yo, que soy tu madre? ¿No estás bajo mi sombra y resguardo? ¿No soy yo la fuente de tu alegría …? (Nican Mopohua). Aunque el mal intenta vencer, ella protege y guía a los suyos. Es la señal luminosa que nos recuerda que Dios está con su pueblo y toda su creación. Mujer de la ecología integral y cultural, consuelo en la defensa y el cuidado de la vida, esperanza de felicidad.

Oración
María Consolata, morenita del Tepeyac que llevas en tu vientre el símbolo del sol cultural, que también aparece en el corazón de tu nombre, ConSOLata, pedagoga mensajera del “Evangelio plenamente inculrurado”, como te calificó San Juan Pablo II, consuela hoy a todos los pueblos indígenas que luchan por tierra, justicia, paz y dignidad. Quédate con nosotros.

Compromiso
Encender una vela por los todos los pueblos originarios (tribus) del mundo.

 

No hay comentarios: