Entre hombres y mujeres de la India (Asia), de Italia (Europa), del Ecuador y de Colombia (América) he participado, con el Papa Benedicto XVI, a la canonizaciòn de cuatro personas, humanas como yo, que han vivido, en diferentes contextos de esta madre tierra, inspiradas en el Evangelio de Jesucristo con radicalidad y heroismo hasta el punto de merecer el reconocimiento de la santidad:
- Un sacerdote napolitano, Gaetano Errico, que dedicò su vida (1791 - 1860) a la oraciòn, el anuncio de la Palabra, al ministerio de la Reconciliaciòn, a la asistencia material y espiritual de los enfermos y al servicio de la caridad. Hoy, con sus Misioneros de los Sagrados Corazones de Jesùs y Maria, anda por el mundo compartiendo los valores del Reino de Dios y testimoniando a Jesucristo.
- Una Religiosa Misionera suiza, Maria Bernarda Butler, que saliò de su patria para servir al Evangelio en el Ecuador y de alli fue a vivir y amar, hasta la muerte, en Cartagena de Indias - Colombia (1848 - 1924). De ella sabemos muy bien los que conocemos Pasacaballos, Maria la Baja y otros territorios alejados y necesitados de la Costa Atlàntica colombiana. Es una misionera nuestra, que se aproximò a la Costa Atlàntica colombiana, se quedò alli con la poblaciòn afrodescendiente y, hoy, con sus Hermanas Franciscanas Misioneras de Maria Auxiliadora va màs allà de aquellas limitantes fronteras.
- Una linda mujer Religiosa de la India, Alfonsa de la Inmaculada Concepciòn, quien asumiò a "Jesùs como su ùnico esposo" y viviò gran parte de su vida en la cruz de las enfermedades, ofreciéndose con serenidad y alegria a Jesùs, por la humanidad, en el convento de las Franciscanas Clarisas de Bharananganam (1910 - 1946). Es presentada hoy al mundo como la primera Santa de la India.
- Una joven Laica de la costa ecuatoriana, Narcisa de Jesùs Martillo Moràn, llamada a la santidad, como Santa Marianita de Jesùs, desde temprana edad. Realizò su vocaciòn en poco tiempo (1832 - 1869), dediàndose a la oraciòn, la penitencia, la caridad y la catequesis. Podriamos decir, con Mons. Antonio Arregui, Arzobispo de Guayaquil, que es una santa de la Religiosidad Popular vivida en la costa ecuatorina. Hoy es la Patrona de los catequistas de la Arquidiòcesis de Guayaquil y cuenta con una sencilla Parroquia, ademàs de su Santuario, en el Fortin, periferiferia de la ciudad. Allà inspira y anima las comunidades iniciadas y acompanadas por el P. Félix Prinelli y otros Misioneros de la Consolata.
Experimenté la catolicidad sintiéndome parte del esa humanidad azulada de la India, blanquecina de Italia e indigena-afro-latina de Ecuador y Colombia. Concelebré en el mismo banquete, comparti liturgicamenente en Latin, Griego, Inglés, Castellano, Italiano o otras lenguas màs. Partipé, anticipadamente, en el Banquete de la humanidad y me alimenté con el pan de la Palabra y de la Eucaristia, partido y repartido gratuitamente.
Desde este rincòn del planeta, un abrazo catòlico de este hermano universal, sin acentos nacionales por culpa de la internet y del cambio de lengua en mi computador. Asi quiero justificar los errores en el Espanol, quedando todos en la virtualidad y sin dejar de ser colombiano.
Saludos del P. José Jair Monje Jimenez, sacedote diocesano de Florencia - Caquetà, estudiante de Teologia Dogmàtica en la U. Gregoriana de Roma, quien participò de esta fiesta catòlica con las Misioneras Franciscanas de Maria Auxiliadora de Florencia.
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