viernes, 28 de noviembre de 2008

La Consolación: don y necesidad



ORACIÓN CON NUESTRA SEÑORA DEL ADVIENTO

MARIA CONSOLADA
Mujer de Nazaret, tu nombre es María:
¡Bendita tú eres entre todas las mujeres!
El Espíritu de Dios habita y obra en ti,
mujer amada, joven amable: María Consolada.

Aprendemos de ti el don de la armonía y la integridad personal

Hija de Sión, integrante activa del resto fiel
Virgen preparada para la nueva creación:
¡Hágase en mí tu divina acción!
El Dios de la vida asumió tu carne: María Consolada.

Aprendemos de ti la obediencia libre para la obra de Dios

MARIA CONSOLADORA
Esposa del Dios bueno y del justo José:
vuestro Hijo es el Emmanuel.
Madre del discípulo amado al pie de la cruz,
animadora del diaconado en la boda de Caná.

Aprendemos de ti la presencia en la vía de la cruz y en la fiesta de la humanidad

Discípula orante en el cenáculo de Jerusalén:
animada por el fuego y llevada por el viento.
Fuiste al mundo y viniste a América
¡Gracias por el SOL de Consolación-Liberación!

Aprendemos de ti, oh Consolata, la santidad y la misión.
Amén

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