II SEMINARIO FRANCISCANO AMAZONICO DE SOLIDARIDAD
Iquitos, octubre 13 al 15 del 2011
DECLARACION FINAL
¡Paz y Bien en el Señor de la Vida!
Reunidos en Iquitos, Amazonía Peruana, convocados por Franciscanos y Franciscanas 23 personas de Brasil, Colombia, Bolivia y Perú: Sacerdotes, religiosas-os, indígenas, líderes sociales, agentes de pastoral, después de dos años nos volvemos reunir para retomar el trabajo iniciado en setiembre del 2009 y así fortalecer nuestra mística de solidaridad y lucha por la defensa de la Amazonía desde la espiritualidad indígena y ecológica iluminados con la espiritualidad franciscana y usando el método VER –JUZGAR Y ACTUAR, nos propusimos: fortalecer la mística de la solidaridad y la lucha por la defensa de la Amazonía y comprender los grandes planes e intereses que se están jugando en la Amazonía y los grandes procesos de resistencia desde el campo popular fortaleciendo entre nosotros formas de trabajo coordinado.
Hemos reflexionado estos días la problemática que viven nuestros pueblos en la Amazonía, la cual nos interpela a cada uno y también interpela a todo el Pueblo de Dios, no solo a los agentes de Pastoral Social.
La defensa de la Amazonía forma parte de nuestra misión evangelizadora.
Somos conscientes que el cuidado y defensa de nuestra Amazonía, no solo es para este presente sino como legado para las generaciones venideras.
Somos conscientes que el cuidado y defensa de nuestra Amazonía, no solo es para este presente sino como legado para las generaciones venideras.
La madre tierra se manifiesta. Y su voz se oye desde las culturas indígenas, las cuales merecen nuestra escucha atenta y compromiso. Este aporte es un llamado a la conciencia para el cuidado y respeto a la divina madre que provee los recursos para nuestra subsistencia como raza humana.
En las decisiones sobre las riquezas de la biodiversidad y de la naturaleza, las poblaciones tradicionales han sido prácticamente excluidas. La naturaleza ha sido y continúa siendo agredida. La tierra fue y sigue siendo depredada. Las aguas están siendo tratadas como mercancía negociable por las empresas, además de haber sido transformadas en un bien disputado por las grandes potencias (DA 84).
La acción del gran capital en la amazonia tiene la capacidad de promover una completa reestructuración de los territorios para favorecer los intereses del mercado globalizado.
El conflicto está diseminado a lo largo y ancho del territorio haciendo de la violencia un componente constitutivo de este proceso de expansión del capital.
Una de las armas que se están utilizando contra los pueblos originarios son los preconceptos con relación a sus modos de vida, sus cosmovisiones y su forma de relacionarse con la naturaleza.
Los problemas encontrados en la Amazonia generan llamados que exigen ser atendidos por las/os seguidoras/es del Evangelio. Así damos signos concretos del Reino anunciado por Jesucristo. Y así somos convocados a creer que todo fue hecho para todas/os.
La Amazonía es hoy un lugar teológico privilegiado para nuestra acción misionera. El universo es el cuerpo de Dios presente en la historia de la creación. Dios se identifica con el sufrimiento de todos los seres vivos de este mundo y quiere el bienestar, el “buen vivir” de todas/os.
Por eso es imperioso recuperar una mirada del Planeta como casa y no como mera fuente de recursos a extraer y explotar.
En este camino es fundamental recuperar los conocimientos y valores ancestrales de nuestros pueblos originarios, en su relación con la naturaleza y el medio ambiente.
Como Pueblo de Dios convocado en Iglesia, nos sentimos interpelados a actuar acompañando, involucrándonos en acciones más concretas, de denuncia, movilización, elaboración de propuestas, renovando nuestra opción por los pobres y por la naturaleza.
Los pobres y excluidos viven una mayor vulnerabilidad en los tiempos presentes; sobre ellos se quiere poner el peso de esta crisis del capitalismo, que tiene como una de sus expresiones la crisis ambiental que por primera vez pone en riesgo la existencia de la especie y del planeta. Nos unimos a los actores que se oponen claramente a este modelo de mercantilización de la vida y nos oponemos a las industrias extractivas de minerales, hidrocarburos, maderas. A los gobiernos cómplices de esta barbarie socio-ambiental a los bancos y corporaciones internacionales grandes beneficiarios del modelo.
Urge un modelo distinto de vida sostenible y por lo tanto completamente distinto del modelo actual.
Necesitamos vivir nuestra vocación profética cuestionando el estilo de vida consumista y depredador que quiebra la solidaridad de la familia humana y que nos impide ver el planeta como casa común. Sabemos que la creación entera gime hasta el presente y sufre de dolores de parto” (Rom 8, 20-22). Por esto nos comprometemos a defender el territorio y el agua en la Amazonía desde el enfoque de la justicia ambiental.
Para ello hemos decidido:
1. Participar y apoyar decididamente la realización del Foro Social Pan-amazónico a realizarse en Cobija, Bolivia en octubre del 2012.
2. Impulsar una red de animación, formación, denuncia y movilización social.
3. Defensa de los derechos humanos.
4. Apoyar los equipos que trabajan en las zonas de frontera.
5. Convocarnos a un tercer seminario franciscano amazónico de solidaridad en el 2013
Por la tierra, por la vida, por nuestra existencia.
Casa Kanatari
Punchana, Iquitos, Loreto. Perú
15 de Octubre de 2011
Nota: Agradezco a Mons. Alberto Capos H. OFM el haber compartido con nosotros esta Declaración franciscana.
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