Mensaje
final
Bendito
sea Dios, Padre amoroso y misericordioso, que ha salido
de sí mismo a comunicarse a los seres humanos y quiere que todos los
hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad(Cf. 1 Tm
2,4) y que ha creado al ser humano con un anhelo último de conocer
esta verdad y llegar a la plenitud de su vida(Cf. Ad Gentes 8).
Gracias,
Padre de todos los pueblos por reunir los diversos países
y culturas que componen nuestra América en este IV Congreso
Americano Misionero realizado en Maracaibo del 26 al 30 de noviembre
de 2013. El lema ha sido: “América Misionera comparte
tu fe” y el tema “Discípulos Misioneros de Jesucristo desde
América en un mundo secularizado y pluricultural”. Culturas
indígenas, campesinas, afroamericanas, urbanas, suburbanas, mestizas
y migrantes se congregaron para compartir experiencias y
diseñar caminos de evangelización inculturada e intercultural.
Alabado
sea Jesucristo, Hijo de Dios hecho hombre, enviado del Padre,
que anunció el Reino de Dios con palabras y gestos y que, una
vez resucitado, envió a sus discípulos a continuar su misión. Él
nos sigue enviando a todos –ordenados y laicos, consagrados y
familias, niños, jóvenes y adultos- a anunciar la Buena
Noticia de su Reino de hermandad y justicia y a hacer
discípulos de todos los pueblos.
Glorificado
sea el Espíritu Santo enviado por Jesús. Él, protagonista de la
Evangelización, nos impulsa a continuar con valentía y
creatividad la misión de Jesús en diversos tiempos, situaciones y
culturas.
Damos
gracias a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo por estos días de
convivencia, reflexión, oración y propuestas de acción para y
desde las iglesias particulares de nuestra América. Cinco Ponencias,
22 Foros, celebraciones litúrgicas y diversos testimonios
misioneros constituyeron un nuevo impulso para continuar avanzando en
nuestra tarea evangelizadora hacia dentro (Inter Gentes) y hacia
afuera (Ad gentes). Los foros se organizaron alrededor de cinco ejes
temáticos: Discipulado, Conversión, Secularización,
Pluriculturalidad y Misión Ad Gentes.
Bendito
seas por el Santo Padre Francisco, primer papa latinoamericano,
quien nos ha enviado un cálido mensaje en el que se
alegra por la trascendencia de un Congreso que contribuirá a dar un
nuevo impulso a la Misión Continental promovida por Aparecida.
Bendecimos al Señor por la Exhortación Apostólica Evangelii
Gaudium (La alegría del Evangelio) en la que el papa nos invita a
iniciar una nueva etapa evangelizadora marcada por la alegria que nace y renace del encuentro con Jesús.
Gracias Señor por la presencia del Cardenal Fernando Filoni,
Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los pueblos y
Delegado extraordinario del Santo Padre. Él hizo presente
entre nosotros la persona del papa Francisco y su nuevo estilo de
Iglesia recordándonos que la Misión Ad Gentes es tarea
de toda la Iglesia.
Enséñanos
Señor a mirar este mundo cambiante, plural y complejo con
esperanza y amor, con profundidad y profetismo. Ayúdanos a encontrar
en la Palabra de Dios, centro de la vida y de la misión de la
Iglesia, respuesta a un mundo individualista que parece vivir sin
sentido. Jesús es Palabra de Dios encarnada. La Palabra de
Dios es una Palabra informativa y performativa que comunica un
proyecto de valores revelado en Jesús y de manera eficaz y poderosa
nos hace ver con los ojos de Jesús y nos capacita para transformar
el mundo.
Haz
Señor que nos percatemos que la misión hace la Iglesia, que ella es
un desafío teológico-espiritual y que ella se origina en las
entrañas de la comunidad trinitaria que, por amor, sale de sí
misma a relacionarse con la humanidad. La fe en la encarnación
implica entrar en las culturas. La fe en la resurrección lleva a
evangelizar desde adentro a las culturas. Pentecostés hace posible
el encuentro igualitario y enriquecedor de diversas culturas. Haz que
nuestras iglesias vivan una comunión al servicio de la
misión y sean misioneras, proféticas y liberadoras. Que la Iglesia
que peregrina en América sea una Iglesia que se ponga en
camino, una Iglesia dialogal, que opte por los pobres, testimonial y
en permanente conversión de personas y estructuras.
En esta Iglesia misionera la vida religiosa consagrada se concibe
como una misión mística, simbólica y profética. Ella es misionera
Ad Gentes por naturaleza (Ad Gentes 2) .
Espíritu
de Jesús danos valentía y creatividad para realizar en nuestras
comunidades las orientaciones pastorales asumidas en este Congreso
Americano Misionero:
A
nivel de discipulado misionero: nos proponemos agradecer y expresar
lo mejor que nos pudo acontecer en la vida, el haber encontrado a
Jesucristo haciéndonos discípulos misioneros y renovando el
compromiso y el gozo de hacerlo conocer.
A
nivel de Conversión: Conversión eclesial a todos los niveles, desde
la escucha de la Palabra que nos lleve a una comunión eclesial que
promueva una pastoral profética que denuncie la injusticia;
A
nivel de Secularización: desarrollar un cambio de actitud y
mentalidad en todas las estructuras humanas; una nueva mirada de las
relaciones: evangelización con rostro humano, incluyendo diálogo y
respeto con los gobernantes y sociedades para abogar e incidir por el
desarrollo humano, por el campo y la ciudad en todo el ámbito de la
vida política, económica, social, cultural y ecológica.
Priorizando la formación en todas las estructuras eclesiales y
sociales para emprender ese espíritu del nuevo misionar.
A
nivel de Pluriculturalidad: Promover la interculturalidad a través
de un acercamiento respetuoso a la diversidad, que iluminada con el
evangelio nos lleve a promover acciones pastorales liberadoras,
descolonizadoras, con enfoque de derecho y pertinencia cultural,
revitalizando mediante la liturgia inculturada la formación de
agentes pastorales y el compromiso apostólico con la realidad
social, política, económica y cultural el anuncio del evangelio en
comunidades excluidas, empobrecidas y marginadas. Para que nuestros
pueblos indígenas, afros y culturalmente emergentes tengan vida y
vida en abundancia.
A
nivel de Misión Ad Gentes: las Conferencias Episcopales en el
trascurso de 5 años asuman un lugar de Misión y envíen religiosas,
religiosos, sacerdotes y laicos. Para ello deben promover la
formación sobre la Misión universal para todos los corresponsables
pastorales, a través de itinerarios de formación. Esto también
requerirá la creación de estructuras económicas que permitan
enviar y recibir misioneros.
Que
la Virgen de Guadalupe, San Juan Diego, Santa Teresita del Niño
Jesús, San Francisco Javier iluminen la nueva etapa evangelizadora a
la que nos invita el Papa Francisco:
AMÉRICA MISIONERA,
COMPARTE TU FE!
Maracaibo, Venezuela, 29/11/2013
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