lunes, 16 de julio de 2018

El Paráclito, animador de la Misión del Padre maternal

Animación Misionera Juvenil y Vocacional (AMJV)

Región IMC Colombia

Desaprendiendo en la escuela para seguir aprendiendo en la Escuela: “Cuando nos hablan de escuela, inmediatamente pensamos en la Escuela Madre Laura o en la Simón Bolívar y, entonces, en cursos, profesores y profesoras, salones y tableros, patios y corredores, clases y recreos, períodos académicos y vacaciones. Pero cuando nos hablan de Escuela de Discipulado Misionero, tenemos que ir cambiando un poco lo que tenemos en la cabeza y pensar que  en el Bautismo ya nos matriculamos o matricularon en la Escuela de Jesús y que el ser discípulos en esta Escuela dura toda la vida;  que todas las actividades que hacemos para los demás y para nosotros mismos, en el nombre del Señor Jesús, sea que anunciemos la Buena Nueva del Reino de Dios, sea que hagamos obras de
misericordia, de consolación-liberación, sea que oremos al Padre por el Reino, sea que trabajemos al servicio del mismo en los campos de la justicia y paz, del cuidado de la creación, de los Derechos Humanos y de la Tierra, hacen parte de la Escuela de discipulado y misión. Si después de actuar, detenemos un poco el tiempo y el cuerpo, nos recogemos, reflexionamos, oramos, sintetizamos y, ojalá, comunicamos con el testimonio personal y comunitaria y a través de los medios de comunicación, entonces toda la vida se vuelve discipulado misionero, incluida ésta ELJM.

Reconocí, claramente, que desde mi bautismo estoy en la Escuela de Jesús. Que cuando hice mi Profesión Religiosa en el IMC, dejando consagrar mi vida para la misión ad gentes, confirmé mi participación en la Escuela de Jesús. Que después con la Ordenación Presbiteral y el envío en misión a varios lugres de este mundo, continúo en la misma Escuela.
Le gradezco a la Escuela de Liderazgo Juvenil Misionero el haberme recordado que ya estoy en la Escuela de Jesús y que no necesito hacer otra escuela, sino vivir ésta, actuando, reflexionando, orando, sistematizando, celebrando y comunicando para mantenerme fiel al Maestro, Misionero enviado del Padre.

Al mismo tiempo, agrego aquí algo que me acompaña desde que soy y actúo como Misionero de la
Consolata: la escuela del Señor Jesús se hace junto con la Escuela de María de Nazaret, la Madre del Emmanuel y de la Iglesia. Ella, la primera discípula misionera, ha sido reconocida y propuesta por el Bienaventurado José Allamano como fundadora y madre, modelo y guía, en la vida y la misión. En el Continente americano ha sido reconocida y propuesta como “madre” y “pedagoga del Evangelio, perfectamente inculturado”.  

Codo a codo, en Equipo de pan partido, compartido y repartido: cada día, desde la clara aurora
hasta la oscura noche, un equipo de variados profesionales (inter-disciplinar), de hombres y mujeres (inter-genero), de varios lugares de Colombia (inter-regional) y otros países del mundo (inter-nacional: Paraguay, Brasil, Uganda, Congo, Tanzania), de varias Parroquias, Movimientos y Organizaciones religiosa (inter-carismático e inter-institucional), jóvenes en su mayoría, con algunos de otras edades (inter-generacional), lideraba la Escuela Juvenil, “ofreciendo herramientas – instrumentos de formación, espiritualidad, pastoral y diálogo, para la Animación Misionera de las parroquias, los colegios, las universidades,  grupos” y la sociedad en general.
Una tarea en equipo y “unidad de intenciones”, no simplemente porque eran varios los animadores, sino porque había un plan estructurado previamente, compartido y asumido por todos, animadores y participantes, con:
Ø  una espiritualidad, la de discípulos misioneros del Misionero del Reino del Dios Padre
maternal, “Abbá-Immá” (Padre-Madre en arameo, la lengua de Jesús);
Ø  una pedagogía del aprendizaje misionero, nacida de la praxis y formulada como “encuentro para conocer, asumir y animar”;
Ø  una metodología de tres P: Planear – Definir: leer la realidad; Proponer – Facilitar: generar alternativas de solución: proyectos y procesos; Personalizar – Asumir: desarrollar actitudes y asumir desafíos y compromisos;
Ø  una dinámica personal y colectiva, con una clara y respetada distribución de roles y servicios, con evidente y tolerante apertura a las aportaciones personales y grupales.

De una “Iglesia sosa” a una Iglesia con sabor y en salida: todo lo planeado, inter-conectado,
generó una sinfonía misionera, en la cual hasta las disonancias armonizaron y ayudaron a los Bienaventurados participantes juveniles a vivir y revelar el Reinado del Padre maternal, como fermento, sal y luz, de una “Iglesia en salida”, con sabor a bienaventuranza y “olor a oveja”. Lanzada a las calles, las plazas, la terminal de trasportes, las esquinas de los semáforos, los supermercados, los hospitales y ancianitos, a los transeúntes, los pobres y sin techo, los de otras denominaciones religiosas, etc. También celebrado, con los fieles cristianos, en el templo parroquial Nuestra Señora de la Consolata, en el Barrio Mutis.

Toda salida, en embargo, conlleva una entrada al corazón personal y a la casa comunidad: la alegría y la sonrisa, el saludo y el abrazo, el canto y la danza, la simbolización y representación, la celebración orante, contemplativa y festiva, las lágrimas de tristeza mezcladas con las de gozo y paz, la vestidura nueva del hombre viejo despojado, la convivencia de grupo y la comunicación con las familias, los amigos/as, el abrazo y la colaboración en cada acción, se revelaron como la vivencia de “otro mundo posible”, infinitamente mejor, más económico y placentero, que el actual. Ese vínculo de amor, más allá de cualquier frontera, se ha prolongado, después de la escuela, como una onda espacial, a través de las Redes Sociales y los corazones entrelazados con Agua – Pan y Lazo”: agua, fuente vital; pan, alimento compartido y lazo, vínculo misionero. ¡Venga tu Reno, Señor! 
 
Con cinco panes y dos peces, se le dio de comer, bueno y saludable, a más de 150 personas, en pleno crecimiento, durante diez días, gracias a la solidaridad de muchos ciudadanos que, admirados con el testimonio, la alegría y el valor de tantos jóvenes, se sumaron a la ELJM con oraciones, dinero, víveres, servicios y acogida. Una experiencia pura de misión, al estilo del Evangelio, ligeros de equipaje y austeros: misioneros de sandalias y bastón, pobres entre los pobres, para y con los pobres. Parábola del Reinado de Dios, revelándose a través de los jóvenes, entre los sencillos de corazón. ¡Bendito sea el Señor!

Parábola de identidad: pues cada participante, cada uno a su medida, expresó su “sentido de pertenecía” a la Escuela de Jesús y de compromiso con la ELJM y con la misión ad gentes. Entre
todos, manifestamos lo que somos y soñamos con lo que queremos y debemos ser como Familia Misionera de la ConSOLata: Sol naciente (joven), que nos visita cada día, “por la entrañable misericordia de nuestro Dios”, generando luz para alumbrar e iluminar, calor para purificar y animar, energía para dinamizar e impulsar. Sol que nos ofrece identidad y formación (llamados para estar con El: consolados, santos), y misión (enviados a compartir la verdadera ConSOLación, con y como María ConSOLata). Así estamos ya siendo, aquí y ahora, lo que estamos llamados a ser: Misioneros/as de la Consolata.


Nota: Experiencia vivida, reflexionada y testimoniada por Salvador Medina imc, a partir de la Escuela de Liderazgo Juvenil (ELJM), Bucaramaga, 25 a 29 de junio de 2018.
















4 comentarios:

A. Kinsey dijo...


Cordial saludo P. Salvador aun en el viaje de mi regreso del V CAM en Bolivia. Definitivamente, has hecho una muy buena reseña, análisis y significación del ELJM tal como lo hemos vivido y experimentado. Gracias por la participación, aportes y esta lectura compartida. De pronto sólo un detallito en cuanto a la significación léxica del concepto Aguapanelazo... En vez de agua, PANELA y lazo como indicaste... el concepto es, en cambio, Agua, PAN y Lazo con la connotación de fuente vital del agua, alimento compartido el pan y el vínculo misionero amistoso que se construye con el lazo, respectivamente.

Gracias.
P. Estanislao

Caminantes con el sol dijo...

Gracias hermano por compartir lo que ha sido la Escuela de Jesus en su vida, testimonio de inspiracion para muchos joves que como yo ya estamos viviendo en esa misma escuela tambien.
Una escuela que se aprende desde la escucha y contemplacion del otro.Una escuela donde se aprende que el projimo no es solo la família de sangre, sino todas las personas que nos topamos a diário desde nustros puesto de accion.Una escuela donde nos sensibilizamos con la causa del Reino de Dios en las periferias existenciais, enfermos, refugiados, perseguidos, etc.Una escuela donde nos hasemos uno a su imagen y semejansa.
A pocas horas de comenzar el encuentro regional, que será verdadera escuela de caridad y hermandad, me dispongo estos dias para un tiempo de oracion y reflexion, para acompanarlos desde la oracion.
Que Nuestra Madre,Maria Consolata, modelo de pedagoga ejemplar nos guies por los mismos camino que su Hijo.
Un abraso, Mario Eliecer.
Enviado do meu Telefone

Caminantes con el sol dijo...

Gracias hermano por compartir lo que ha sido la Escuela de Jesus en su vida, testimonio de inspiracion para muchos joves que como yo ya estamos viviendo en esa misma escuela tambien.
Una escuela que se aprende desde la escucha y contemplacion del otro.Una escuela donde se aprende que el projimo no es solo la família de sangre, sino todas las personas que nos topamos a diário desde nustros puesto de accion.Una escuela donde nos sensibilizamos con la causa del Reino de Dios en las periferias existenciais, enfermos, refugiados, perseguidos, etc.Una escuela donde nos hasemos uno a su imagen y semejansa.
A pocas horas de comenzar el encuentro regional, que será verdadera escuela de caridad y hermandad, me dispongo estos dias para un tiempo de oracion y reflexion, para acompanarlos desde la oracion.
Que Nuestra Madre,Maria Consolata, modelo de pedagoga ejemplar nos guies por los mismos camino que su Hijo.
Un abraso, Mario Eliecer.
Enviado do meu Telefone

A. Kinsey dijo...

http://www.consolata.org/new/index.php/mission/nostridicono/item/2180-el-paraclito-animador-de-la-mision-del-padre-maternal