En tu vientre amada Amazonía
viaje de la vida
Hoy vuelve a mi memoria cordial el río, la selva y la
embarcación,
esa casa grande,
de tablas feamente pintadas, con mesas, bares, literas y bodegas
viaje de la vida, entre la aurora y el ocaso, tiempo
de rutinas y novedades juninas,
danzando con San Juan, la “querida Amazonia” y sus
habitantes multicolores.
Experiencia con sabor a miel de abeja, en proceso de
extinción,
¡Increíble que las abejitas ya no sirvan ni para la
polinización!
Quemadas sus colmenas y cocinadas sus vidas, en
fogatas divertidas,
asolado su territorio, con avaricia y explotación, por
una economía sin corazón.
la proa indica el Cirio de Belén, mientras mis ojos
enfocan las cataratas de Iguazú,
la popa despide
la hermana Leticia, mientras mi corazón suspira por la Indiana peruana.
A la izquierda, la broa dibuja el baño, entre proa y
popa, de la verde oscura madre terrana.
mezcla de bajos y tenores, entre pájaros, micos, bufeos
colorados y motores.
La humanidad atenta, de puerto en puerto, sale y
entra, sonriente y mal encarada,
la embarcación se llena de ilusiones y necesidades, se
vacía de frustraciones y realidades.
Las comunidades ribereñas celebran, con contenida espera,
la llegada,
mientras los pueblos nativos, permanecen desconocidos
y escondidos.
Los turistas, colonos y misioneros, avanzan en sus hamacas
colgadas del aire,
las aguas amarillentas se juntan con las negras y
caudalosas hacia la sal-van.
por el Solimões hacia depósito mundial o por el Madeira
hacia la energizada capital.
Otras etapas vendrán para colonos y nativos, antes de
la meta final,
todos navegantes inter-conectados y comprometidos con
la “ecología integral”.
Salvador Medina imc
Bogotá, septiembre 2020
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