AguaPaneLazo

Juan Camilo Herrera, joven pintor de Forencia - Caquetá, expone su obra artísica “Humanos TODOS”
En la Gaitána, Café Librería de Ibagué, pintados con óleo sobre cartón, el mismo cartón que reciclan los habitantes de la calle, nos mostró el rostro de muchos de estos hermanos y hermanas. Allí, a color, estaba la humanidad de los que tantas veces han sido ignorados, considerados desechables, presas de “falsos positivos” y desaparición, tenidos como gente de segunda.
10 saliendo al encuentro con los habitantes de calle
El
colectivo Aguapanelazo nacido en la capital musical de Colombia, arribó a su
décimo aniversario, cargado de muchas emociones y sentimientos encontrados
entre los participantes de su noveno congreso americano. La cita por supuesto
fue en la ciudad de Ibagué donde se atendieron más de trescientas personas en
situación de calle, que recibieron servicios de peluquería, donación de prendas
y disfrutaron de un buen almuerzo.
El
Aguapanelazo queda marcado en todas y cada una de las personas que han acogido
al colectivo en su corazón, en su pensamiento y en la misericordia para con el
prójimo, que desde sus inicios ha demostrado con las personas que más lo
necesitan. La caridad y el servicio con el que muchas personas trabajan en pro
de mejorar la vida de los habitantes de calle, refleja esa vocación de servicio
y ayuda que nos mandó nuestro señor Jesucristo reflejada en la parábola del
buen samaritano. Las experiencias encontradas, las historias de vida, las
esperanzas y los sueños de todos y cada uno de los que hicieron parte de este noveno
congreso, demuestran una excelente riqueza que une en un solo sentir los
corazones de diferentes partes del mundo, el servicio.
Allí, en el parque Galarza, mientras ejercía el ministerio de la escucha, como sacerdote misionero de la Consolata, se me aproximó Juan Pablo Romero, joven del Huila, actualmente en Ibagué. Entre charla y charla me comentó que era escritor y poeta. Le pedí que escribiera un breve artículo y, muy puntualmente, tal como su SI, me lo envió, con poesía incluida. Aquí lo comparto, integral y textualmente, para alegria de muchos, ante su estilo y,sobre todo, su respeto a la palabra dada.
Durante
este aniversario, se visualizó la felicidad que se reflejaba en los rostros de aquellos
habitantes que recibieron amor y comprensión durante la jornada en el Parque
Andrés López de Galarza, así mismo las actividades permitieron la cooperación,
y el encuentro fraternal de diversos hermanos que hacen parte del colectivo en
las diferentes regiones del país, e incluso de otras naciones, aprendiendo,
comentando anécdotas y experiencias vividas.
El
Papa Francisco, declaró que “es muy difícil ponerse en los zapatos de los demás
porque a menudo somos esclavos de nuestro egoísmo”, la capacidad para colocarse
en el lugar del otro es una gran capacidad de comprensión, y a diario es esa
cualidad que debemos poner en práctica, y las obras que se realizan para el más
necesitado reconstruyen el alma y sana las heridas, más del que da, que el que
recibe.
Sin
duda un décimo aniversario que demuestra cuán importante es ayudar al prójimo
por medio de algo tan esencial como el alimento, esto sin duda marca un hito
importante para que el colectivo siga expandiendo su labor social a más
municipios de nuestro país y que estoy seguro servirán de ejemplo fiel para las
demás naciones que se inspiren en su frase “ellos no son de la calle, son
nuestros”.
HABITANTE
DE CALLE
“Aguapanela, fiel compañera en las noches
frías y serenas,
endulzas el alma, calientas mi cuerpo, que
con un pan complemento.
Sin más compañía que mi perro leal
compañero,
paso mis noches sin cobijo ni sustento.
Sentirse a diario de nadie y solitario en
el camino,
con mis pies descalzos voy sin rumbo fijo.
Dios bendiga al que me da de comer,
porque sé que arriba alguien lo ve, y se
siga multiplicando su ayuda,
mientras
pasamos nuestra angustia.
La esperanza de una vida se haya a la
vuelta de la esquina,
con ayuda y disciplina puedo salir de esto
que parece una tumba fría.
Los misioneros son nuestro refuerzo para
continuar adelante con mayor esmero.
Gracias por acordarse de mí, buen
samaritano que has venido a servir,
con tu gentileza y amabilidad, un buen
vaso de Aguapanela con pan.
JUAN
PABLO ROMERO G.