miércoles, 13 de marzo de 2024

Misión en la ciudad

 AguaPaneLazo

 

 Juan Camilo Herrera, joven pintor de Forencia - Caquetá, expone su obra artísica “Humanos TODOS”

En la Gaitána, Café Librería de Ibagué, pintados con óleo sobre cartón, el mismo cartón que reciclan los habitantes de la calle, nos mostró el rostro de muchos de estos hermanos y hermanas. Allí, a color, estaba la humanidad de los que tantas veces han sido ignorados, considerados desechables, presas de “falsos positivos” y desaparición, tenidos como gente de segunda.

10 saliendo al encuentro con los habitantes de calle

El colectivo Aguapanelazo nacido en la capital musical de Colombia, arribó a su décimo aniversario, cargado de muchas emociones y sentimientos encontrados entre los participantes de su noveno congreso americano. La cita por supuesto fue en la ciudad de Ibagué donde se atendieron más de trescientas personas en situación de calle, que recibieron servicios de peluquería, donación de prendas y disfrutaron de un buen almuerzo.

El Aguapanelazo queda marcado en todas y cada una de las personas que han acogido al colectivo en su corazón, en su pensamiento y en la misericordia para con el prójimo, que desde sus inicios ha demostrado con las personas que más lo necesitan. La caridad y el servicio con el que muchas personas trabajan en pro de mejorar la vida de los habitantes de calle, refleja esa vocación de servicio y ayuda que nos mandó nuestro señor Jesucristo reflejada en la parábola del buen samaritano. Las experiencias encontradas, las historias de vida, las esperanzas y los sueños de todos y cada uno de los que hicieron parte de este noveno congreso, demuestran una excelente riqueza que une en un solo sentir los corazones de diferentes partes del mundo, el servicio.

Allí, en el parque Galarza, mientras ejercía el ministerio de la escucha, como sacerdote misionero de la Consolata, se me aproximó Juan Pablo Romero, joven del Huila, actualmente en Ibagué. Entre charla y charla me comentó que era escritor y poeta. Le pedí que escribiera un breve artículo y, muy puntualmente, tal como su SI, me lo envió, con poesía incluida. Aquí lo comparto, integral y textualmente, para alegria de muchos, ante su estilo y,sobre todo, su respeto a la palabra dada. 

Durante este aniversario, se visualizó la felicidad que se reflejaba en los rostros de aquellos habitantes que recibieron amor y comprensión durante la jornada en el Parque Andrés López de Galarza, así mismo las actividades permitieron la cooperación, y el encuentro fraternal de diversos hermanos que hacen parte del colectivo en las diferentes regiones del país, e incluso de otras naciones, aprendiendo, comentando anécdotas y experiencias vividas.

El Papa Francisco, declaró que “es muy difícil ponerse en los zapatos de los demás porque a menudo somos esclavos de nuestro egoísmo”, la capacidad para colocarse en el lugar del otro es una gran capacidad de comprensión, y a diario es esa cualidad que debemos poner en práctica, y las obras que se realizan para el más necesitado reconstruyen el alma y sana las heridas, más del que da, que el que recibe.

Sin duda un décimo aniversario que demuestra cuán importante es ayudar al prójimo por medio de algo tan esencial como el alimento, esto sin duda marca un hito importante para que el colectivo siga expandiendo su labor social a más municipios de nuestro país y que estoy seguro servirán de ejemplo fiel para las demás naciones que se inspiren en su frase “ellos no son de la calle, son nuestros”.  


HABITANTE DE CALLE

“Aguapanela, fiel compañera en las noches frías y serenas,
endulzas el alma, calientas mi cuerpo, que con un pan complemento.
Sin más compañía que mi perro leal compañero,
paso mis noches sin cobijo ni sustento.
Sentirse a diario de nadie y solitario en el camino,
con mis pies descalzos voy sin rumbo fijo.
 
Dios bendiga al que me da de comer,
porque sé que arriba alguien lo ve, y se siga multiplicando su ayuda,
 mientras pasamos nuestra angustia.
La esperanza de una vida se haya a la vuelta de la esquina,
con ayuda y disciplina puedo salir de esto que parece una tumba fría.

Los misioneros son nuestro refuerzo para
continuar adelante con mayor esmero.
Gracias por acordarse de mí, buen samaritano que has venido a servir,
con tu gentileza y amabilidad, un buen vaso de Aguapanela con pan.

JUAN PABLO ROMERO G.

4 comentarios:

A. Kinsey dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Caminantes con el sol dijo...

Muchas gracias por esas palabras padre, gran amistad hicimos ����que el señor lo bendiga
(Juan Pablo Romero, por WhatsApp)

Anónimo dijo...

Dos poetas en la calle se encuentran para pasar por el corazón la vida y hacerlas poesía. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Es el encuentro de las voluntades y el compartir nuestras experiencias lo que fortalece el sentido de amor por la humanidad.