“Hacer el bien, bien hecho y sin ruido”
Escuchando y leyendo tantas veces en el Instituto Misionero de la Consolata la frase “hacer el bien, bien hecho y sin ruido”, usada y propuesta por el Fundador, San José Allamano, a sus misioneros y misioneras, algún día vi en ella como la posible vía para una certificación de calidad: ¿Si nos visitará un auditor externo y neutral, especialista en Vida Religiosa, Misión Ad Gentes e Interculturalidad, podría emitir un certificado de calidad?, para exhibirlo ante autoridades, fieles y benefactores que permita generar mayor credibilidad y confianza para los de afuera, consolación, seguridadad y esperanza para los de adentro.
Principio ético - moral
Aunque en el lenguaje
cotidiano los dos principios se usan como sinónimos, desde la filosofía los
podemos entender, aunque levemente, como diferentes y complementarios.
El principio ético como una regla general o
fundamento que orienta los comportamientos y los actos humanos hacia lo que es esencialmente
considerado correcto, justo o valioso, desde la razón, el diálogo y el consenso.
Aplicable para todos y por todos, con objetividad. La ética, al fin y al cabo, busca principios
universales para actuar bien, independientemente de los contextos. Válidos para
todos los seres humanos.
Un principio moral, en cambio, se entiende como norma interiorizada por personas o colectivos, que guían su conducta según lo que consideran "bueno" o "malo", basados en creencias, tradiciones, doctrinas o educación. Contiene fuertes componentes culturales, religiosos, personales, contextuales e históricos. Se asocia más con la conciencia - creencia que con la ciencia - razón.
Integrados los dos principios ayudan a armonizar la humanidad con la santidad: cuanto más humanos, más santos; cuanto más santos, más misioneros; cuantos más misioneros, más humanos. Así optimizan continuamente la vida de las personas y las comunidades, al mismo tiempo que la misión. Sería el mejor certificado, garantía de fidelidad a un carisma recibido y donado.
En la práctica, ambos interactúan: uno puede actuar moralmente por fe o costumbre, auxiliado por la religión y las creencias, pero revisar las acciones éticamente, con la ayuda de las ciencias, para verificar su validez, la insidencia y coherencia.
El principio "hacer el bien, bien hecho y sin ruido" encierra una espiritualidad comportamental y una ética profesional que pueden tener un impacto transformador tanto en la forma de ser de cada persona como en el funcionamiento de una institución y el ejercicio de una misión. Es como una brújula que promueve la autenticidad, la humildad, la excelencia, el compromiso y la perseverancia, a partir de lo pequeño y cotidiano, en la línea del Evangelio y el Carisma misionero de la Consolata. En una sociedad saturada de ruido, ávida de novedad y víctima de la superficialidad y la apariencia, este principio se puede convertir en una forma poderosa, aunque discreta, de liderazgo ético - moral.

8 comentarios:
Fernando Duque Me parece muy ingeniosa e imaginativa la idea del certificado de calidad Salva, me gustó y me hace pensar las infinitas posibilidades que de estos principios se puede pensar y escribir, creo que valdría la pena ampliar y desarrollar aún más este interesante planteamiento.
Javier Cardona
Así debemos actuar los de la Diáspora Consolata como decía nuestro querido Padre Mario Bianco....
Álvaro Vecino
Estás reflexiones sin duda a alguien les llegarás como un regalo inesperado. Cuando cumplí 40, hicimos una misa que celebró un Padre de la Consolata y ese fue mi lema en la celebración..
Marino Gallego
Una muy buena reflexión. Es, en efecto, una espiritualidad que debe "certificar" nuestro día a día. Solo deberíamos existir para hacer siempre el bien a toda la humanidad y para todo ser que canta y existe.
Lástima que en educación el bien, bien hecho, que se haga, debe hacerse con ruido, porque hay que hacer marketing para sobrevivir en este mundo tan competitivo.
José Luis Andrade
Un desafío muy grande en la sociedad del entretenimiento....dónde todo debe demostrarse...
Fabio Sabogal
Gracias por ésta reflexión tan oportuna, cierta y aplicable a nuestra conducta y actuar. Dios nos bendiga y nos ayude a aplicarla. Un abrazo fraternal.
Natalia Rojas
Creo según entiendo,
Que la Ética:
Edifica, identifica, construye
Es más visible y entendible
"Etiqueta"
Se puede aprender, más con reglas y teorías. Ejemplos
"Ciencia que estudia acciones"
La moral, refleja esa conducta, esa acción, ese proceder, "califica"
Se dice que " Una persona se viste de forma inmoral "
O sea que la moral en mi concepto "estudia esas acciones "pero no desde la palabra ,sino la forma en que se presenta , en "la imagen"
que está dejando "la acción "
en "la mente de quien observa".
Se forma un criterio...
Esperanza Bazzani
El Espíritu Santo ilumine a todos los misioneros de la Consolata para aplicar este “principio” de San José Allamano
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