martes, 16 de febrero de 2010

Cuando el testimonio de los SANTOS no está de moda

FIESTA DE UN SACERDOTE DIOCESANO
(En el contexto del año Sacerdotal)

Hoy 16 de febrero de 2010, en San Vicente del Caguán, acompañados de los agentes de pastoral de la Vicaria Norte y presididos por el Obispo Francisco Javier Munera Correa imc, hemos celebrado la fiesta del Beato José Allamano, Fundador de la Familia Misionera de la Consolata.

1. Humano - Santo
Mirando su vida descubrimos serenidad y harmonia. Estos valores de madurez humana le habilitaban para la acogida amable y respetuosa, sin invadir el mundo de los otros y sabiendo hacer respetar los espacios personales. Precisamente por eso era digno de confianza y confidencia. Escuchaba cariñosamente y orientaba con autoridad.

Desde muy joven trazó su proyecto de ser santo ya, hoy mismo y rápido. Porque humano, santo. Porque santo, humano.

2. Sacerdote Diocesano
Se cultivó a sí mismo con la oración, en la celebración de la liturgia, el cuidado de los espacios y objetos sagrados, el estudio, la reflexión, las clases que dictaba, los ejercicios que acompañaba, las conferencias que preparaba y competía con los diferentes grupos. Se mantenía informado y actualizado en los campos de su ministerio: pastoral, moral, comunición, teología, liturgia, misión, coyuntura, etc.

Tuvo su ejes básicos de espiritualidad en la Eucaristía, María, especialmente bajo al advocaciónn de Consolata, el tiempo litúrgico, los santos vivos y los ya canonizados, especialmente los vinculados con la misión y la misericordia, corriente heredada por la vía de su tío José Cafasso. Leía sus vidas, seguía sus huellas y los proponía para la edificación de otros.

Pastoralmente cuidó del Templo-Santuario y de la comunidad cristiana ofreciéndole información (periódicos), formación y vida sacramental, además de acogida y apertura para la coparticipación (damas misioneras, etc.). Su apoyo y colaboración con el P. Santiago lo muestran fiel, organizado y abierto al trabajo con otros sacerdotes, con laicos, con hombres y mujeres.

Constructor activo y creativo de la Iglesia Particular, José Allamano fue sacedote de confianza para los Obispos. Le confiaron el clero joven, la orientación espiritual de los seminaristas, el acompañamiento de varias Congregaciones Religiosas femeninas, la casa de Ejercicios San Ignacio, las clases de moral, el Santuario y hasta la Fundación de la Misioneras de la Consolata (Pio X). Claro que su proximidad a la Jerarquía no dejó de ser crítica y libre. Sin arribismos ni complicidades. Son varios los momentos de confrontación sincera y verdadera.

3. Sacerdote diocesano corresponsable con la animación y formación de la Iglesia Católica al servicio del Reino de Dios

A José Allamano le dolía, con movimientos internos de compasión, los pueblos africanos, especialmente los etíopes, y los pobres del mundo entero que no conocían a Jesucristo y vivían en bajos niveles de humanidad (inhumanamente) por diferentes causas. Si sua acción era bien aterrizada en la Parroquia-Santuario de la Consolata y en la Iglesia Local de Turín, su visión y preocupación siempre fue el mundo, la humanidad, a partir de los más pobres y distantes de la verdadera Consolación, Jesucristo. Por eso acogió el Carisma (don) de Fundador y le entregó lo mejor de sus energías físicas (aunque frágiles), intelectuales y espirituales a los Misioneros y Misioneras de la Consolata. Padre y formador de Misioneros y Misioneras para que saliendo por el mundo, más allá de las propias fronteras, Anunciaran la Gloria de Dios entre los Pueblos, presentando y testimoniando el Evangelio y haciéndolo creible mediante el cuidado y promoción de la vida.

Estas pequeñas piezas de un mosaico mayor pueden ser completadas con tu aporte. Participa con tus comentarios y enriquece el cuadro existencial de este hombre nacido el el 1851, muerto en 1926 y vigente en su ser, pensar y actuar.

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