MENSAJE DE SU SANTIDADBENEDICTO XVI
PARA LA CELEBRACIÓN DE LA
XLVI JORNADA MUNDIAL DE LA PAZ
1 DE ENERO DE 2013
BIENAVENTURADOS LOS QUE TRABAJAN POR LA PAZ
Cada nuevo año trae consigo la esperanza de un mundo mejor. En esta perspectiva, pido a Dios, Padre de la humanidad, que nos conceda la concordia y la paz, para que se puedan cumplir las aspiraciones de una vida próspera y feliz para todos.
En efecto, este tiempo nuestro, caracterizado por la globalización, con sus aspectos positivos y negativos, así como por sangrientos conflictos aún en curso, y por amenazas de guerra, reclama un compromiso renovado y concertado en la búsqueda del bien común, del desarrollo de todos los hombres y de todo el hombre.
Causan alarma los focos de tensión y contraposición provocados por la creciente desigualdad entre ricos y pobres, por el predominio de una mentalidad egoísta e individualista, que se expresa también en un capitalismo financiero no regulado. Aparte de las diversas formas de terrorismo y delincuencia internacional, representan un peligro para la paz los fundamentalismos y fanatismos que distorsionan la verdadera naturaleza de la religión, llamada a favorecer la comunión y la reconciliación entre los hombres.
Puedes continuar leyendo todo el mensaje del Papa aqui.
El P. Luis Fernando Patiño Gaviria, Misionero de la Consolata, hace algunos comentarios al mensaje del Papa, desde su experiencia misionera en Colombia, España, la República Democrática del Congo y ahora en Italia:
"A mi modo de ver, es un texto amplio que quiere tocar la mayor parte de los aspectos de la vida humana y social. Sin ser exhaustivo, describe la situación actual y propone ideas para intentar cambiarla. Empieza haciendo sonar la alarma en diferentes aspectos que no permiten que hoy la humanidad viva en paz:
Focos detensión: “Causan
alarma los focos de tensión y
contraposición provocados por la
creciente desigualdad entre ricos y
pobres, por el predominio de una
mentalidad egoísta e individualista,
que se expresa también en un capitalismo
financiero no regulado. Aparte de las
diversas formas de terrorismo y
delincuencia internacional, representan
un peligro para la paz los fundamentalismos
y fanatismos que distorsionan la verdadera naturaleza de la religión,
llamada a favorecer la comunión y la reconciliación entre los
Después hombres.”(N° 1).
Bienaventuranza: Después de presentar una definición de Bienaventuranza como “el
cumplimiento de una promesa dirigida a todos los que se dejan guiar
por las exigencias de la verdad, la justicia y el amor”, pasa
directamente a describir la paz con sus diferentes elementos: interna
y externa.
Citando
la encíclica Pacem in Terris la define como “un orden vivificado e
integrado por el amor, capaz de hacer sentir como propias las
necesidades y las exigencias del prójimo, de hacer partícipes a los
demás de los propios bienes, y de tender a que sea cada vez más
difundida en el mundo la comunión de los valores espirituales. Es un
orden llevado a cabo en la libertad, es decir, en el modo que
corresponde a la dignidad de las personas, que por su propia
naturaleza racional asumen la responsabilidad de sus propias obras”
(N° 3).
Trabajo por la Paz: Así, el trabajo por la paz concierne a toda persona y a todas las
instituciones, cada quien según sus posibilidades y su identidad o
función en la sociedad. “Toda persona y toda comunidad
–religiosa, civil, educativa y cultural– está llamada a trabajar
por la paz. La paz es principalmente la realización del bien común
de las diversas sociedades, primarias e intermedias, nacionales,
internacionales y de alcance mundial. Precisamente por esta razón se
puede afirmar que las vías para construir el bien común son también
las vías a seguir para obtener la paz” (N° 3).
Defensa de la vida: El Papa hace hincapié en la defensa de la vida en sus dimensiones
personal, comunitaria y trascendente, como elemento fundamental de la
misión de quienes trabajan por la paz. Me parece muy interesante
que el Papa recuerde en este punto no solo los compromisos personales
y confesionales de los cristianos para respetar la vida, sino que
tambien tenga un pensamiento para el Estado y sus instituciones.
“El
que trabaja por la paz debe tener presente que, en sectores cada vez
mayores de la opinión pública, la ideología del liberalismo
radical y de la tecnocracia insinúan la convicción de que el
crecimiento económico se ha de conseguir incluso a costa de
erosionar la función social del Estado y de las redes de solidaridad
de la sociedad civil, así como de los derechos y deberes sociales.
Estos derechos y deberes han de ser considerados fundamentales para
la plena realización de otros, empezando por los civiles y
políticos” (N° 4). Uno de los
derechos y deberes sociales más amenazados actualmente es el derecho
al trabajo.
Tal vez el punto en el cual el Papa ha expresado con mayor claridad
sus propuestas para aprovechar este momento de crisis mundial y
buscar un nuevo modelo económico y de desarrollo. Tiene palabras de
ánimo para las personas y para las instituciones.
“Para
salir de la actual crisis financiera y económica, se necesitan
personas, grupos e instituciones que promuevan la vida, favoreciendo
la creatividad humana para aprovechar incluso la crisis como una
ocasión de discernimiento y un nuevo modelo económico.
“En
el ámbito económico, se necesitan, especialmente por parte de los
estados, políticas de desarrollo industrial y agrícola que se
preocupen del progreso social y la universalización de un estado de
derecho y democrático. Es fundamental e imprescindible, además, la
estructuración ética de los mercados monetarios, financieros y
comerciales; éstos han de ser estabilizados y mejor coordinados y
controlados, de modo que no se cause daño a los más pobres” (N°
5).
La Familia: Sin repetir lo dicho en el númeoro tres del mensaje, el Papa
recuerda que la familia y las instituciones educativas y culturales
tienen un rol fundamental, no sólo en la formación de nuevos
líderes, sino “en la renovación de las instituciones públicas,
nacionales e internacionales. También pueden contribuir a una
reflexión científica que asiente las actividades económicas y
financieras en un sólido fundamento antropológico y ético” (N°
6).
Pedagogia de la paz: Concluye
en Papa indicando la necesidad de proponer y promover una pedagogía
de la paz, “Es fundamental que se cree el convencimiento de que «
hay que decir no a la venganza, hay que reconocer las propias culpas,
aceptar las disculpas sin exigirlas y, en fi n, perdonar »[7],de
modo que los errores y las ofensas puedan ser en verdad reconocidos
para avanzar juntos hacia la reconciliación. Esto supone la difusión
de una pedagogía del perdón” (N° 7).
Conclusiones
Leyendo el mensaje se deduce que la gran contribución de la Iglesia
en esta construcción de la paz, consiste en la promoción de la
pedagogía de la paz. Sin embargo, yo creo que desde hace mucho
tiempo y en diferentes lugares del mundo, tantos hombres y mujeres
que han dedicado su vida a Dios y a los hermanos, están trabajando
en cada uno de estos puntos, para construir la paz. Tantas
estructuras educativas, sanitarias, de producción (cooperativas,
microempresas, etc), educació cívica, etc., muestran este
compromiso por la paz.
Tantos
de estos y estas misioneras que han comenzado estas iniciativas, son
originarios del continente europeo y en su niñez han vivido los
horrores de la guerra. Su deseo es que no haya más guerras y que la
tranquilidad, la calma, sea acompañada del respeto de la dignidad de
cada persona y mejores condiciones de vida para superar la situación
de miseria y abandono en la que se encuentran tantas personas en el
mundo.
He mencionado a quienes son originarios de Europa, no porque sean los
únicos, sino porque en el 2012 la Unión Europea ha sido premiada
con el nobel de la paz porque entre otras cosas, ha logrado que desde
hace sesenta años no haya más guerras entre los diferentes estados
miembros. El cese al fuego ha sido acompañado del reconocimiento de
otros derechos. En estos momentos en que hablamos de crisis, que
estos derechos se ven limitados y en algunos casos, negados, este
mensaje se convierte en un llamado a los responsables de las naciones
a no abandonar las ganancias en humanidad y dignidad. Es tambien un
llamado a todos los ciudadanos a compartir y a no cerrar las puertas
a quienes siguen llegando porque en sus países de origen, la
situación no les permite pensar en un futuro digno y humano.
La Carta de los derechos fundamentales de la Unión Europea, suscrita
en Niza el 7 de diciembre de 2000 está apoyada en seis valores
fundamentales: Dignidad, libertad, Igualdad, solidaridad, ciudadanía
y justicia. Estos valores sintetizan los principios ideológicos de
los diferentes Estados que comparten la Unión. Entre ellos, la
dignidad, es una contribución cristiana. Este documento, creo yo, es
una herramienta complementaria muy buena para reflexionar y trabajar
por la paz, no sólo en Europa.
Es también, creo yo, un llamado a la misma Unión Europea, a que
comparta con otros pueblos, su secreto para obtener la paz, a través
de una cooperación sincera y sin dobles intenciones. Esto implica
que por ejemplo la industrial armamentista, cese de llenar los
mercados de tantos paíes pobres. La gente está cansada de las
guerras. Son algunos líderes que buscando beneficios particulares,
siguen incitando a la violencia y lo que es peor, al no respeto de la
dignidad de las personas.
A los esfuerzos personales y de las organizaciones civiles y
religiosas, debe corresponder un esfuerzo de los Estados, por la
consecución de la paz. El hecho de no mencionar otros pueblos además
del europeo, no quiere decir que estén al margen de esta necesidad
de buscar la paz. Este es un trabajo de todos y cada quien está
llamado a dar su contribución.
Creo
que una buena forma de trabajar este mensaje consiste en compartir
los esfuerzos de cada grupo humano por contribuir a la paz y
concretamente en nuestro Istituto. Esta sería una buena forma de
enriquecernos y valorar a nuestros misioneros y comunidades.
Para dialogar con el P. Luis Fernando: fer700206@yahoo.es
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