sábado, 8 de noviembre de 2014

MISIONEROS DE LA CONSOLATA


Encuentro intercontinental (Consulta)
 
MENSAJE FINAL

Queridos hermanos, al final de la consulta, que se celebró del 20 de octubre hasta el 8 de Noviembre en Fátima, queremos enviarles a todos un cordial saludo y un resumen de nuestro trabajo.

En primer lugar, gracias a todos por los recuerdos, las oraciones y el interés demostrado, signos de un espíritu de familia, que en nuestro Instituto está vivo y nos hace hermanos.

El mensaje que queremos enviarles es de confianza y esperanza para poder vivir plenamente el período de la historia que nos espera en un futuro próximo.

No es sencillo ni fácil discernir la revelación del plan que Dios tiene para nosotros y que todavía tiene en sus manos.

Juntos tratamos de comprenderlo en el horizonte luminoso de nuestra vocación misionera ad gentes: "Nosotros somos para la conversión de los infieles" (G. Allamano 1919; Const 4).

Estamos convencidos de que la misión es obra de Dios, pero ahora más que nunca requiere nuestra cooperación con el don de la vida, para que su Reino se extienda sobre toda la tierra.

Cantamos muchas veces, tratando de interiorizarlas, las palabras del profeta Jeremías (cf. Jer 1,20): "¿Cómo escapar de ti, como não falar, se tua voz arde em meu peito? Tenho que andar, tenho que lutar, ao de mim não o faço! "

Nos parece que la evangelización hoy pasa inevitablemente por la contextualización en las diversas culturas y exige como actitudes fundamentales inalienables la interculturalidad y el diálogo.

Hemos vislumbrado un proyecto misionero para el Instituto que se manifiesta en tener un espíritu de continentalidad y se expresa en la organización misionera concreta de cada uno de los continentes en los que trabajamos.

La continentalidad se refiere al espíritu global que nos debe guiar y que nos ayuda a contextualizar la misión, a cualificarla en unidad de intentos y espíritu de cuerpo, dando lugar en cada uno de nosotros a un "sentir común" con respecto a la misión en un territorio determinado, siempre en comunión con la Iglesia local.

La organización práctica de los continentes se refiere, sin embargo, a dar un estatuto jurídico y a la organización, para hacer la obra misionera más eficiente y eficaz.

No hemos desarrollado un proyecto preciso y detallado, pero hemos dado sugerencias para que el proyecto sea tomado en cuenta por todos los misioneros, se desarrolle gradualmente y pueda ser compartido por todos.

Lo vemos como un proyecto que responde a las preguntas reales del Instituto y de los misioneros, a sus necesidades e inquietudes, a los temas de importancia en el contexto de la formación y la economía, capaz de simplificar el actual sistema centralizado y pesado, y disminuir la excesiva movilidad del personal que a menudo impide la continuidad de la evangelización.

Basado en estructuras simples y flexibles, puede ser una herramienta adecuada para cualificar la vida de los misioneros y de la misión. Hemos estudiado cuidadosamente, y con la ayuda de un experto, las estadísticas relativas a la composición del Instituto, la edad y el origen de los miembros, tratando de proyectar los resultados en el futuro.

Parece obvio que el futuro del Instituto, a corto plazo, será diferente de la situación actual en cuanto a la composición de los miembros, que será predominantemente africana.

El Espíritu que escruta los secretos de Dios recompensa así el trabajo misionero de tantos hermanos que dieron su vida por la evangelización del África, y ahora abre horizontes nuevos y desconocidos, pero llenos de esperanza para nuestro Instituto.

Después de un dialogo con Matisse acerca de la teoría del color, Pablo Picasso cambió completamente su manera de pintar, convencido ahora que un tubo de color amarillo mal utilizado puede producir sólo una mancha informe, pero bien utilizado sirve para pintar el sol.

El corazón de este proyecto es la renovación de todos los misioneros. Todos, de hecho, sabemos que una reforma tiene sentido en la medida en que nos ayuda a ser mejores misioneros, contentos y felices de evangelizar a los que no conocen a Cristo, con una sonrisa en los labios y testimoniando con la santidad de la vida la Palabra que anunciamos.

Nos hemos repetido muchas veces que revitalizar el Instituto significa recuperar la fidelidad al carisma, la cualificación de la misión ad gentes y la valorización de cada uno de los misioneros , verdaderos dones de Dios para la difusión de su Reino.

Significa hacer florecer lo que se ha secado, introducir un nuevo espíritu en los huesos a veces secos, en el dar nuevas energías espirituales a los que han sufrido traumas o laceraciones profundas.

En una palabra para acoger la novedad con confianza, en el espíritu de la Evangelii Gaudium del Papa Francisco que hemos meditado todos los días, es necesario una conversión profunda, que nos hace misioneros en la cabeza, en la boca, en el corazón.

No debemos tener miedo y no ser dominados por el miedo, que siempre surge como la mala hierba cuando se presentan las dificultades. "Si Dios está por nosotros, ¿quién estará contra nosotros?" (Rom 8,31).

Queridos hermanos, queremos concluir con una historia que resume bien nuestra experiencia de la Consulta.

Cuando San Juan XXIII fue elegido Papa, el Padre Riccardo Lombardi aprovechó la oportunidad para decirle lo que tenía que cambiar con el fin de reformar la Iglesia. El Papa lo escuchó con atención y luego dijo: "Pero, Padre, yo no estoy aquí para dirigir la Iglesia, yo estoy aquí para ver lo que el Espíritu hace en la Iglesia."

Así ha sido para nosotros. No nos hemos reunido en la Consulta para reformar, sino para sugerir, para indicar un camino vislumbrado, basado en el diálogo y en la gradualidad, para llevar al Instituto a una auténtica renovación.

Compete a vosotros evaluarlo, perfeccionarlo, y aceptarlo con generosidad.

La Consolata y el Beato Allamano seguramente nos bendecirán, nos acompañaran en el viaje, confirmándonos en los caminos que el Espíritu parece habernos indicado.

Dejando Fátima después de esta hermosa experiencia de fraternidad, saludamos a todos con afecto, y en particular, a las Misioneras de la Consolata, a los Laicos Misioneros de la Consolata y a todos aquellos que se reconocen en este nombre, les deseamos todo lo mejor para la misión de la cual somos "Simplemente Siervos" y damos gracias al Señor con las palabras de un fado, canción popular portuguesa: "Fátima tem mais encanto na hora de despedida".

Fátima – Portugal
 
8 de Noviembre de 2014

Firmado: Los participantes a la Consulta

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