Encuentro
intercontinental (Consulta)
MENSAJE
FINAL
Queridos
hermanos, al final de la consulta, que se
celebró del 20 de octubre hasta el 8 de Noviembre en Fátima,
queremos enviarles a todos un cordial saludo y un resumen de nuestro
trabajo.
En
primer lugar, gracias a todos por los recuerdos, las oraciones y el
interés demostrado, signos de un espíritu de familia, que en
nuestro Instituto está vivo y nos hace hermanos.
El
mensaje que queremos enviarles es de confianza y esperanza para poder
vivir plenamente el período de la historia que nos espera en un
futuro próximo.
No
es sencillo ni fácil discernir la revelación del plan que Dios
tiene para nosotros y que todavía tiene en sus manos.
Juntos
tratamos de comprenderlo en el horizonte luminoso de nuestra vocación
misionera ad gentes: "Nosotros somos para la conversión de los
infieles" (G. Allamano 1919; Const 4).
Estamos
convencidos de que la misión es obra de Dios, pero ahora más que
nunca requiere nuestra cooperación con el don de la vida, para que
su Reino se extienda sobre toda la tierra.
Cantamos
muchas veces, tratando de interiorizarlas, las palabras del profeta
Jeremías (cf. Jer 1,20): "¿Cómo escapar de ti, como não
falar, se tua voz arde em meu peito? Tenho que andar, tenho que
lutar, ao de mim não o faço! "
Nos
parece que la evangelización hoy pasa inevitablemente por la
contextualización en las diversas culturas y exige como actitudes
fundamentales inalienables la interculturalidad y el diálogo.
Hemos
vislumbrado un proyecto misionero para el Instituto que se manifiesta
en tener un espíritu de continentalidad y se expresa en la
organización misionera concreta de cada uno de los continentes en
los que trabajamos.
La
continentalidad se refiere al espíritu global que nos debe guiar y
que nos ayuda a contextualizar la misión, a cualificarla en unidad
de intentos y espíritu de cuerpo, dando lugar en cada uno de
nosotros a un "sentir común" con respecto a la misión en
un territorio determinado, siempre en comunión con la Iglesia local.
La
organización práctica de los continentes se refiere, sin embargo, a
dar un estatuto jurídico y a la organización, para hacer la obra
misionera más eficiente y eficaz.
No
hemos desarrollado un proyecto preciso y detallado, pero hemos dado
sugerencias para que el proyecto sea tomado en cuenta por todos los
misioneros, se desarrolle gradualmente y pueda ser compartido por
todos.
Lo
vemos como un proyecto que responde a las preguntas reales del
Instituto y de los misioneros, a sus necesidades e inquietudes, a los
temas de importancia en el contexto de la formación y la economía,
capaz de simplificar el actual sistema centralizado y pesado, y
disminuir la excesiva movilidad del personal que a menudo impide la
continuidad de la evangelización.
Basado
en estructuras simples y flexibles, puede ser una herramienta
adecuada para cualificar la vida de los misioneros y de la misión.
Hemos estudiado cuidadosamente, y con la ayuda de un experto, las
estadísticas relativas a la composición del Instituto, la edad y el
origen de los miembros, tratando de proyectar los resultados en el
futuro.
Parece
obvio que el futuro del Instituto, a corto plazo, será diferente de
la situación actual en cuanto a la composición de los miembros, que
será predominantemente africana.
El
Espíritu que escruta los secretos de Dios recompensa así el trabajo
misionero de tantos hermanos que dieron su vida por la evangelización
del África, y ahora abre horizontes nuevos y desconocidos, pero
llenos de esperanza para nuestro Instituto.
Después
de un dialogo con Matisse acerca de la teoría del color, Pablo
Picasso cambió completamente su manera de pintar, convencido ahora
que un tubo de color amarillo mal utilizado puede producir sólo una
mancha informe, pero bien utilizado sirve para pintar el sol.
El
corazón de este proyecto es la renovación de todos los misioneros.
Todos, de hecho, sabemos que una reforma tiene sentido en la medida
en que nos ayuda a ser mejores misioneros, contentos y felices de
evangelizar a los que no conocen a Cristo, con una sonrisa en los
labios y testimoniando con la santidad de la vida la Palabra que
anunciamos.
Nos
hemos repetido muchas veces que revitalizar el Instituto significa
recuperar la fidelidad al carisma, la cualificación de la misión ad
gentes y la valorización de cada uno de los misioneros , verdaderos
dones de Dios para la difusión de su Reino.
Significa
hacer florecer lo que se ha secado, introducir un nuevo espíritu en
los huesos a veces secos, en el dar nuevas energías espirituales a
los que han sufrido traumas o laceraciones profundas.
En
una palabra para acoger la novedad con confianza, en el espíritu de
la Evangelii Gaudium del Papa Francisco que hemos meditado todos los
días, es necesario una conversión profunda, que nos hace misioneros
en la cabeza, en la boca, en el corazón.
No
debemos tener miedo y no ser dominados por el miedo, que siempre
surge como la mala hierba cuando se presentan las dificultades. "Si
Dios está por nosotros, ¿quién estará contra nosotros?" (Rom
8,31).
Queridos
hermanos, queremos concluir con una historia que resume bien nuestra
experiencia de la Consulta.
Cuando
San Juan XXIII fue elegido Papa, el Padre Riccardo Lombardi aprovechó
la oportunidad para decirle lo que tenía que cambiar con el fin de
reformar la Iglesia. El Papa lo escuchó con atención y luego dijo:
"Pero, Padre, yo no estoy aquí para dirigir la Iglesia, yo
estoy aquí para ver lo que el Espíritu hace en la Iglesia."
Así
ha sido para nosotros. No nos hemos reunido en la Consulta para
reformar, sino para sugerir, para indicar un camino vislumbrado,
basado en el diálogo y en la gradualidad, para llevar al Instituto a
una auténtica renovación.
Compete
a vosotros evaluarlo, perfeccionarlo, y aceptarlo con generosidad.
La
Consolata y el Beato Allamano seguramente nos bendecirán, nos
acompañaran en el viaje, confirmándonos en los caminos que el
Espíritu parece habernos indicado.
Dejando
Fátima después de esta hermosa experiencia de fraternidad,
saludamos a todos con afecto, y en particular, a las Misioneras de la
Consolata, a los Laicos Misioneros de la Consolata y a todos aquellos
que se reconocen en este nombre, les deseamos todo lo mejor para la
misión de la cual somos "Simplemente Siervos" y damos
gracias al Señor con las palabras de un fado, canción popular
portuguesa: "Fátima tem mais encanto na hora de despedida".
Fátima
– Portugal
8 de
Noviembre de 2014
Firmado:
Los participantes a la Consulta
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