viernes, 27 de abril de 2018

La santidad es la vocación humana


GAUDETE ET EXSULTATE

una invitación a vivir la santidad
Texto escrito desde Cuba

Pintura: https://www.facebook.com/fvoluntastua

En Evangelii Gaudium, el Papa Francisco habló del llamado a todos los fieles a ser discípulos misioneros; Gaudeteet Exsultate trata sobre la misión en el corazón de ese llamado, a estar en relación con Jesucristo, quien no sólo nos invita a ser santos sino que nos capacita, a través de su gracias, para alcanzar la santidad. La santidad es para cada uno de nosotros, no para un grupo selecto. La santidad es nuestro destino, es lo que Dios ha planeado para cada uno de nosotros, y a la vez no hay nada intimidante o abrumador en ello sino que es más bien una liberación, un modo para convertirnos en lo que realmente somos.

Una de las tareas principales de la Iglesia, en todo periodo histórico, es ayudar a las personas a ser santas. Actualmente, ser santo puede ser distorsionado por ideas engañosas o mitos sobre la santidad. Por ello, el Papa Francisco “exhorta” a sus seguidores a comprometerse en un camino que tiene lugar en lo concreto del aquí y ahora de nuestras vidas cotidianas, a través de pequeños gestos y detalles, guiados cada vez más por la gracia de Dios.

Cuando comencé a leer detenidamente y a modo de reflexión la   Gaudete et Exsultate en seguidamente me di cuenta que   es diferente de otros documentos precedentes en el tono y en el énfasis. 
En primer lugar, la Exhortación está dirigida personalmente a cada uno de nosotros, cuales quiera que sea nuestro estado en la vida o nuestro nivel de educación o de desarrollo. En ella el Santo Padre utiliza la expresión singular informal (en las lenguas latinas), que es como nos dirigimos normalmente a nuestros amigos y familiares. Por tanto, francisco está ofreciendo una invitación personal a seguir a Cristo.
En segundo lugar, es deliberadamente laica en su lenguaje y en su invitación, dirigida a personas que viven en el mundo, que tienen trabajos y familias, y vidas atareadas con diversas ocupaciones. El Papa Francisco quiere que la gente sepa que no necesita una educación o un título especial, o hacer votos religiosos: tan solo un corazón abierto y un deseo de pasar tiempo con el Señor en oración y a través de la lectura del Evangelio. También quiere que la gente sepa que la Iglesia tiene todo lo que necesitan para ser santos, y que está a su disposición.
En tercer lugar, el Papa nos muestra, de forma muy práctica, cómo vivir el camino hacia la santidad, y cómo esto nos hace más vivos y humanos.

Mucho de lo que el Papa Francisco sugiere se conoce bien en la vida católica: hacer tiempo para la oración, frecuentar los sacramentos de la Eucaristía y la Confesión, hacer un examen de conciencia diario, y leer el Evangelio con frecuencia, para que la vida de Cristo y la nuestra se identifiquen cada vez más. Y hace una clara conexión entre estas actividades “espirituales” y las acciones enraizadas en la misericordia. De hecho, dice que no pueden separarse, pues la autenticidad de nuestra oración se mostrará en cómo de humildes y misericordiosos nos convertimos y actuamos. Esto está basado en el Evangelio de Mateo, cuando Jesús ofrece un camino claro hacia la santidad en las Bienaventuranzas del Capítulo 5.

Me pareció interesante a mí entender que se dedicara un capítulo entero sobre dos antiguas herejías. ¿Por qué el Papa Francisco parece tan preocupado por esto?
El Papa Francisco se ha referido con frecuencia al peligro de las versiones modernas del Gnosticismo y del Pelagianismo, y un documento del mes de febrero publicado por la Congregación para la Doctrina de la Fe llamado Placuit Deo lo explica en detalle. Son tentaciones muy reales para cualquiera que esté atraído por la fe cristiana. De hecho, son maneras de buscar la salvación no a través del poder de Cristo sino a través del poder de las ideas o del esfuerzo humano. El Papa Francisco explica esto en un lenguaje fácil para que todo el mundo, no sólo los teólogos, sino personas como tú y como yo puedan ser conscientes de estos peligros.

Nos explica, por ejemplo, que tenemos que estar alerta de ideas maravillosas que parecen explicar todo de una forma lógica compleja, o con un excesivo énfasis en las reglas y en los métodos. El punto importante es que alcanzamos la salvación – somos santos – no por nuestras ideas sofisticadas o nuestros enormes esfuerzos sino por estar constantemente abiertos a la asistencia que Dios nos ofrece en nuestra debilidad. Esta ayuda, que es la Gracia, no es una recompensa para los justos, sino que es un modo para asistir a los necesitados que se vuelven hacia Dios. Asimismo, el Papa Francisco dice que lo más importante es el modo en que respondemos a nuestros hermanos y hermanas más pequeños. No estamos justificados por nuestras obras y esfuerzos, sino por la gracia de Dios, quien siempre tiene la iniciativa. La gracia es el don gratuito que Dios nos da – incluido nuestro propio deseo de ser santos. Ser santo trata de una progresiva transformación como respuesta al don gratuito de Dios aceptado y recibido libremente por nosotros.
Quisiera terminar esta reflexión con unas palabras de Chiara Lubich fundadora del Movimiento de los Focolares al cual pertenezco.
Aguadas (José Orán G.)
…Debemos hacernos santos, porque Jesús es santo. Y seremos santos viviendo la Palabra. Es más, ya sabemos que quien vive la Palabra, al menos en el momento en que la vive, es ya santo…
Texto: Mario Eliecer
freymario@nauta.cu


1 comentario:

Unknown dijo...

Yo he ido entendiendo poco a poco que ser santo o santa no es ser alguien que no pertenece a este mundo. El santo o santa es el verdaderamente humano,autenticame aut humano. El hombre y la mujer abierto o abierta a los otros y otras y sobre todo al gran otro y a la otredad del universo.