viernes, 21 de julio de 2023

Caminos de santidad

 Para creSer

Humanos - misioneros = santos

De la evaluación a la autoevaluación

Nos evalúan los padres, los profesores, los jefes y muchos más, pero llega la hora de la autoevaluación, cuando nos sentimos, aunque no lo seamos, autónomos, mayores podríamos decir. Cada persona, en su soledad acompañada por sí misma, hace un alto en el camino y, honesta y objetivamente, revisa sus propios procesos de crecimiento humano, espiritual, académico, apostólico y profesional.

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 Se retoman, por escrito, los objetivos perseguidos, explícitos o implícitos; se revisan los procesos emprendidos para lograrlos; se evalúan las estructuras de apoyo; se examina el rendimiento; se determinan los puntos fuertes y los débiles durante el proceso; se identifican las áreas a mejorar; se registran los logros durante un tiempo determinado (semana, mes, año o semestre).

La autoevaluación implica: reflexionar personal sobre las diferentes áreas o dimensiones del ser humano (física, espiritual, ambiental, social, afectiva, emocional, académica, laboral, etc.), identificando fortalezas y debilidades descubiertas en el camino-proceso y tomando conciencia de su estado actual; recordar (re-cor, cordis) el recorrido transcurrido, los objetivos propuestos, las metas alcanzadas y las frustradas o abortadas; optimizar el rendimiento y el autoconocimiento o mayor toma de conciencia de las fortalezas, debilidades, preferencias, estilos y métodos o formas de proceder, mientras facilita la identificación de aciertos y áreas de mejoría, la elaboración de planes y estrategias de acción para abordarlas con acierto; desarrollar habilidades metacognitivas, aprendiendo a autorregularse, planificar  y tomar decisiones más informadas sobre sus procesos de madurez, aprendiendo de los errores y mejorando constantemente sus desempeños.

 Pasos para realizarla

 1.      Define el propósito de la autoevaluación

2.      Escoge las áreas o dimensiones que quieres evaluar

3.      Identifica tus objetivos

4.      Reconoce tus logros y fracasos en cada campo

5.      Describe tu identidad y rol actual, en tu vida y acción

6.      Comenta como piensas ajustar tu vida seguir buscando tus objetivos

Conclusión

Es vital hacer una autoevaluación con frecuencia. Seremos peores si no nos autoevaluamos. ¿Cómo puedes crecer si no tienes ni idea de cómo estás, cómo te gustaría ser, qué tendrías que hacer o dejar de hacer para lograrlo y cómo lo podrías hacer? Implica algo más que examinar tus acciones, pues te detienes más sobre ti mismo que sobre lo que haces. 

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