sábado, 16 de junio de 2007

EL EVANGELIO DEL CACAO EN EL REMOLINO DE LA COCA




La misión de la Iglesia es una actividad que tiene unos contenidos y busca unos objetivos. Cuando se habla de la actividad concreta se usan términos como evangelización, pastoral o misión ad gentes y en cada caso se vale de instrumentos apropiados.
Pero una cosa es la dinámica de ponerse en movimiento para comunicar una buena noticia y otra muy diferente es la buena noticia como tal que se debe comunicar a los destinatarios.
En Remolino del Caguán, sembrado de coca, la gente no llegaría a conocer la Buena Noticia si alguien no fuera enviado a compartirla con ellos, en dialogo intercultural y a través de procesos “glocalizados”.
Otra cosa es la comunicación de la Buena Nueva para un mudo “globalizado”, en el que la “ palabra se hace Web”, para anunciar la Buena Nueva hecha carne y cultura, encarnada e inculturada, en los “remolinos de la coca y del cacao”, a través de los medios virtuales. Aquí se requiere, igualmente, del diálogo intercultural, esta vez, con la nueva cultura digital.

Evangelización en Remolino del CaguánCaquetá

A este pueblo perdido en al selva amazónica fue enviado, hace 20 años, el P. Jacinto Franzoi, Misionero de la Consolata, para anunciar la Buena Nueva, el Evangelio de Jesucristo, a esa población de aguerridos colonos acosados por los grupos armados y olvidados del Estado.
¿Cómo anunciar el Evangelio en un contexto cultural atravesado por fuertes y engañosas corrientes de lo ilícito, lo inmoral, lo ilegal y lo violento?
Tres ejes de la evangelización descubrieron el P. Jacinto y la gente reunidos en el quiosco de la plaza:
  1. La catequesis y los sacramentos, junto con la construcción del templo y la formación de catequistas y animadores de las comunidades;
  2. La educación y capacitación, junto con la construcción del Centro Pastoral, la Aldea para la juventud y el acompañamiento a los profesores del pueblo y las veredas;
  3. La economía al servicio de la vida con cualidad y dignidad, respetando y cuidando el ecosistema amazónico.

A este eje de la economía alternativa y solidaria nos referiremos en seguida, dejando los otros dos para otra oportunidad

El Evangelio del cacao inculturado

Así como Jesús, viendo las multitudes hambrientas, multiplicó el pan a partir de los cinco panes y los dos peces de la población, la Iglesia, el P. Jacinto y varios miembros de la comunidad de Remolino, se propusieron multiplicar las entradas económicas lícitas a través del cultivo, producción y mercadeo legal y moral, lanzando el Proyecto Chocaguán, con el slogan “sí al cacao, no a la coca”.
Esta iniciativa se convirtió en fuente de recursos para la vida de la población, ayunado a responder a la finalidad central de la Evangelización: “que todos tengan vida y en abundancia”.
El Evangelio del cacao ha sido vivido a nivel local, leído y reconocido como Buena Nueva al servicio de la paz a nivel nacional, otorgándole el Premio Nacional de Paz año 2004, y como una de las tantas “buenas prácticas” que ayudan a superar el conflicto en Colombia.

El Evangelio del cacao globalizado

Esta Buena Nueva ha sido oída y vista, visitada, acogida y propuesta por las Naciones Unidas como referencial para todo el mundo, camino de solidaridad y salvación para los incluidos socio-económicos de buena voluntad y los buscadores, incansables y honestos, de la paz y el cuidado de la amazonia.

Llamado a la participación interactiva y evangélica

Tú también puedes participar en este Proyecto de evangelización integral a través de la Internet:

· Difundiendo este tipo de misión o evangelización
· Comprando los productos de Chocaguán., ayudando así a los colonos del Caguán a cultivar esperanzas de justicia, paz y convivencia responsable con la amazonia.

Nota: Este es el texto correspondiente a la producción de contenidos Web

1 comentario:

ronald dijo...

Es maravilloso, solo se pude admirar y mirar como es que, esto tan maravilloso se hace haber si me contagio de tan hermosura.
es como si fuera el mismo jesús el que estubiera en persona en el caguan cultivando chocolate.
Saber esto me inflama el corazón de, vida, alegria y entusiasmo, para ir corriendo y hacer lo mismo.
parece al acto deL MISMO DIOS.