Encuentro en la frontera: Convocados por el Espíritu Santo en un lugar inspirador de fraternidad: Puerto Asís, a orillas del rio Putumayo que permite tejer intercambios de vida y articular esfuerzos para hacer de esta amazonia, la casa común, las Iglesias locales de Sucumbíos (Ecuador), Mocoa-Sibundoy y San Vicente –Puerto Leguizamo, han celebrado su V Encuentro de Iglesia Hermanas los días 23 y 24 de Abril concluyendo con la Tercera Fiesta por la Paz.
Todas las personas allí convocadas: indígenas, campesinos, personas consagradas de lleno al proyecto de Jesús -Obispos, sacerdotes, diáconos permanentes, religiosos y religiosas - han expresado de muchas manera el Espíritu de Comunión que se ha venido creando, fortaleciendo y abriendose a nuevos horizontes en este cordón Amazónico, facilitado especialmente por el rio Putumayo.
Comunión que se ve:
- En la presencia de de los Obispos que acompañan las diferentes Iglesia locales. Presencia caracterizada por la sencillez y sobre todo la preocupación pastoral hacia los pueblos que habitan este inmenso territorio.
- En la relacionalidad que van tejiendo los diferentes delegados de la Pastoral de Fronteras y de la Pastoral Social de las tres Iglesias locales, poniendo de relieve las diferentes situaciones que caracterizan cada una de ellas.
- En el intercambio de experiencias entre los participantes, que manifiestan la vitalidad de un pueblo en marcha.
Una parte importante del Encuentro fue dedicada al conocimiento y reflexión de los mega-proyectos y diferentes proyectos socio-económicos que se están implementando en la región con la intención de unir los dos océanos aprovechando los ríos, abriendo y mejorando puertos y carreteras para extraer con mayor facilidad las riquezas del territorio como el petróleo, madera, etc., y promoviendo varios monocultivos.
Paradójicamente estos proyectos que miran a la integración de la región amazónica, en verdad terminarán provocando una desintegración, que puede ser monumental. Desintegración de los ecosistemas, de los pueblos indígenas, de las comunidades campesinas e inclusive entre paises vecinos. Las comunidades locales no han participado para nada en las tomas de decisiones ni son concientes de los efectos de dichos proyectos, traicionados por las alagadoras perspectivas económicas.
Las Iglesias reunidas en este encuentro quieren y buscan cómo responder, desde el Evangelio, a los desafios de los mega-proyectos económicos generando y alimentando lazos de solidaridad y comunión entre los pueblos y las mismas Iglesias locales.
Los Delegados de la Pastoral de Fronteras y los de la Pastoral Social deben multiplicar los esfuerzos para ofrecer una ayuda más cercana y solidaria en los diferente compromisos que van surgiendo en y desde estos encuentros.
El camino sigue y las Iglesias volverán a reconfirmar su camino de fraternidad el año próximo en Puerto Leguizamo, que, si Dios quiere, será ya Nuevo Vicariato de Puerto Leguizamo- Solano.
Esta profecía desde el Amazonas, es también una invitación a todos los constructores de fraternidad a comprometerse en el cuidado de nuestra casa común y planetaria para que la disfrutemos con responsabilidad.
Esta ha sido la experiencia, testimonial, del P. Armando Olaya, Misionero de la Consolata, quien venido del desierto Djibouti, en África Oriental, se sumergió en la hidrografia amazónica.
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