Propuesta ética de San José Allamano
para el
comportamiento personal y misionero de sus Institutos
1. “Primero santos, después misioneros” – La
base ética
Esta frase, que resume su visión espiritual y ética, muestra que la calidad del misionero depende de la calidad de su vida interior. Para Allamano, la santidad no es una meta secundaria, sino la condición fundamental para la misión.
❝No basta con hacer el bien, hay que ser buenos para hacer el bien bien hecho❞ – San José Allamano
Desde esta convicción, se puede trazar una
propuesta ética con dos dimensiones inseparables:
Esta frase, que resume su visión espiritual y ética, muestra que la calidad del misionero depende de la calidad de su vida interior. Para Allamano, la santidad no es una meta secundaria, sino la condición fundamental para la misión.
❝No basta con hacer el bien, hay que ser buenos para hacer el bien bien hecho❞ – San José Allamano
2. Dimensión personal: el carácter del
misionero
Allamano promovió una ética del ser misionero, no solo del hacer. Estas son algunas actitudes clave que propuso a sus misioneros/as:
§ Honestidad de vida: Vivir con transparencia, sin doblez, con coherencia entre lo que se cree, se dice y se hace.
§ Responsabilidad: Cumplir
los deberes con seriedad, puntualidad y compromiso, respetando los tiempos, las
personas y las tareas.
§ Pureza de intención: Buscar
siempre la gloria de Dios y el bien de las almas, evitando el protagonismo o la
búsqueda de intereses personales.
§ Humildad: Reconocer los
propios límites y confiar en la gracia de Dios, sin orgullo ni autosuficiencia.
§ Docilidad: Saber dejarse
formar, corregir y acompañar. Allamano insistía mucho en la obediencia
consciente y responsable.
❝Formarse bien es prepararse
a ser misionero por entero❞
Allamano promovió una ética del ser misionero, no solo del hacer. Estas son algunas actitudes clave que propuso a sus misioneros/as:
§ Honestidad de vida: Vivir con transparencia, sin doblez, con coherencia entre lo que se cree, se dice y se hace.
3. Dimensión misionera: ética del envío y del
encuentro
En cuanto a la misión, San José Allamano insistió en una ética del respeto, del servicio y del testimonio, que se manifiesta en los siguientes aspectos:
§ Respeto a las culturas: El misionero debe aprender la lengua, valorar la cultura local y nunca imponer su propia visión. Se trata de evangelizar, no de colonizar.
§ Compasión y consuelo: El
misionero es enviado a consolar, como María Consolata. Esto implica una actitud
de cercanía, empatía y ternura ante el dolor de los pueblos.
§ Trabajo bien hecho: El
servicio misionero debe ser serio, profesional y constante. No se trata de
hacer mucho, sino de hacerlo bien, con dedicación.
§ Colaboración y comunión:
Trabajar siempre en comunión con la Iglesia local y en fraternidad con los
hermanos/as de comunidad.
§ Pobreza evangélica: Vivir
con sencillez, sin lujos ni privilegios, compartiendo la vida del pueblo,
siendo signos del Reino.
❝Hay que ser todo de Dios, y
todo de las almas❞ – Allamano
En cuanto a la misión, San José Allamano insistió en una ética del respeto, del servicio y del testimonio, que se manifiesta en los siguientes aspectos:
§ Respeto a las culturas: El misionero debe aprender la lengua, valorar la cultura local y nunca imponer su propia visión. Se trata de evangelizar, no de colonizar.
4. Una ética alimentada por la espiritualidad
Para San José Allamano, la ética no es un conjunto de normas externas, sino una expresión natural de una vida espiritual profunda. Por eso insistía en:
§ La vida sacramental y la oración diaria
§ El amor a la Eucaristía
como fuente de toda misión
§ La devoción a María
Consolata como modelo de entrega silenciosa
§ La dirección espiritual
como medio de crecimiento
La espiritualidad es la raíz de la ética:
quien vive unido a Dios, actúa como Dios quiere.
5. Relevancia actual de su propuesta ética
Hoy más que nunca, la propuesta ética de San José Allamano sigue siendo necesaria y actual:
§ En un mundo marcado por la incoherencia, el misionero está llamado a ser testigo creíble.
§ Ante el individualismo, se
propone una vida comunitaria fraterna y responsable.
§ Frente al activismo, se
promueve una misión con alma, nacida de la oración.
En tiempos de crisis de autoridad, se vive
una obediencia madura y discernida.
Para San José Allamano, la ética no es un conjunto de normas externas, sino una expresión natural de una vida espiritual profunda. Por eso insistía en:
§ La vida sacramental y la oración diaria
Hoy más que nunca, la propuesta ética de San José Allamano sigue siendo necesaria y actual:
§ En un mundo marcado por la incoherencia, el misionero está llamado a ser testigo creíble.
Conclusión
San José Allamano dejó a sus institutos más que una estructura: una forma de ser y vivir la misión, basada en una ética profundamente cristiana. Su legado sigue invitando a cada misionero/a de la Consolata a ser una persona íntegra, profundamente unida a Dios y entregada a los demás, viviendo con sencillez, responsabilidad y amor.
San José Allamano dejó a sus institutos más que una estructura: una forma de ser y vivir la misión, basada en una ética profundamente cristiana. Su legado sigue invitando a cada misionero/a de la Consolata a ser una persona íntegra, profundamente unida a Dios y entregada a los demás, viviendo con sencillez, responsabilidad y amor.
“Santos y misioneros”: dos palabras que resumen una vida coherente, fiel y fecunda. Un itinerario que pariendo de la fe, lleva a la felicidad: Fe + Confianza + Fiabilidad + Fidelidad = Felicidad.

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