domingo, 28 de diciembre de 2025

Ejercicios Espirituales Misioneros (tema 6)

Propuesta ética de San José Allamano 
para el comportamiento personal y misionero de sus Institutos

Curso de Formación Continuada para Misioneros - Bogotá, 2025

 San José Allamano no solo dio una estructura misionera a sus institutos, sino que dejó una propuesta ética clara para el comportamiento personal y misionero de quienes forman parte de ellos. Su legado no fue únicamente organizativo, sino profundamente espiritual, ético y humano. No concibió la misión como un simple encargo externo, sino como una vocación integral que implica todo el ser del misionero: su fe, su espiritualidad, su carácter y su comportamiento diario. Por eso, su propuesta ética no se limita a normas o deberes, sino que busca formar personas íntegras, santas y auténticamente misioneras, capaces de ser testigos creíbles del Evangelio.

1. “Primero santos, después misioneros” – La base ética
Esta frase, que resume su visión espiritual y ética, muestra que la calidad del misionero depende de la calidad de su vida interior. Para Allamano, la santidad no es una meta secundaria, sino la condición fundamental para la misión.
No basta con hacer el bien, hay que ser buenos para hacer el bien bien hecho – San José Allamano
Desde esta convicción, se puede trazar una propuesta ética con dos dimensiones inseparables:

2. Dimensión personal: el carácter del misionero
Allamano promovió una ética del ser misionero, no solo del hacer. Estas son algunas actitudes clave que propuso a sus misioneros/as:
§  Honestidad de vida: Vivir con transparencia, sin doblez, con coherencia entre lo que se cree, se dice y se hace.
§  Responsabilidad: Cumplir los deberes con seriedad, puntualidad y compromiso, respetando los tiempos, las personas y las tareas.
§  Pureza de intención: Buscar siempre la gloria de Dios y el bien de las almas, evitando el protagonismo o la búsqueda de intereses personales.
§  Humildad: Reconocer los propios límites y confiar en la gracia de Dios, sin orgullo ni autosuficiencia.
§  Docilidad: Saber dejarse formar, corregir y acompañar. Allamano insistía mucho en la obediencia consciente y responsable.
Formarse bien es prepararse a ser misionero por entero

3. Dimensión misionera: ética del envío y del encuentro
En cuanto a la misión, San José Allamano insistió en una ética del respeto, del servicio y del testimonio, que se manifiesta en los siguientes aspectos:
§  Respeto a las culturas: El misionero debe aprender la lengua, valorar la cultura local y nunca imponer su propia visión. Se trata de evangelizar, no de colonizar.
§  Compasión y consuelo: El misionero es enviado a consolar, como María Consolata. Esto implica una actitud de cercanía, empatía y ternura ante el dolor de los pueblos.
§  Trabajo bien hecho: El servicio misionero debe ser serio, profesional y constante. No se trata de hacer mucho, sino de hacerlo bien, con dedicación.
§  Colaboración y comunión: Trabajar siempre en comunión con la Iglesia local y en fraternidad con los hermanos/as de comunidad.
§  Pobreza evangélica: Vivir con sencillez, sin lujos ni privilegios, compartiendo la vida del pueblo, siendo signos del Reino.
Hay que ser todo de Dios, y todo de las almas – Allamano
 
4. Una ética alimentada por la espiritualidad
Para San José Allamano, la ética no es un conjunto de normas externas, sino una expresión natural de una vida espiritual profunda. Por eso insistía en:
§  La vida sacramental y la oración diaria
§  El amor a la Eucaristía como fuente de toda misión
§  La devoción a María Consolata como modelo de entrega silenciosa
§  La dirección espiritual como medio de crecimiento
La espiritualidad es la raíz de la ética: quien vive unido a Dios, actúa como Dios quiere.
 
5. Relevancia actual de su propuesta ética
Hoy más que nunca, la propuesta ética de San José Allamano sigue siendo necesaria y actual:
§  En un mundo marcado por la incoherencia, el misionero está llamado a ser testigo creíble.
§  Ante el individualismo, se propone una vida comunitaria fraterna y responsable.
§  Frente al activismo, se promueve una misión con alma, nacida de la oración.
En tiempos de crisis de autoridad, se vive una obediencia madura y discernida.

Conclusión
San José Allamano dejó a sus institutos más que una estructura: una forma de ser y vivir la misión, basada en una ética profundamente cristiana. Su legado sigue invitando a cada misionero/a de la Consolata a ser una persona íntegra, profundamente unida a Dios y entregada a los demás, viviendo con sencillez, responsabilidad y amor.

“Santos y misioneros”: dos palabras que resumen una vida coherente, fiel y fecunda. Un itinerario que pariendo de la fe, lleva a la felicidad: Fe + Confianza + Fiabilidad + Fidelidad = Felicidad.


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