miércoles, 25 de marzo de 2009

El Espíritu del Dios de la Vida está soplando en la Frontera

DIOS PADRE GOZANDO EN MEDIO DE SUS HIJOS AMADOS
En el hermoso valle del Sibundoy, tierra sagrada de los Kamentsa Biya, los Ingas, el sol de los Pastos y los Killansigas, se realizó el Segundo encuentro Fronterizo de Espiritualidad indo-Cristiana, los días 20,21 y 22 de Marzo del 2009.
Se hicieron presentes en este acontecimiento representantes de los Pueblos Indígenas que habitan en los territorios de las Iglesias Particulares, autodenominadas "Iglesias Hermanas", presentes en la Frontera Colombo-ecuatoriana: los Vicariatos Apostólicos de Puerto Leguizamo y Sucumbios, además de la Diocesis de Mocoa-Sibundoy.
¡Soy Feliz de ser Indígena!
Este ha sido el Lema del encuentro vivido, todo él, en un ambiente de alegría y gozo al experimentarse, todos los participantes, amados del Padre Dios, desde siempre.
Amor reconocido en tantos dones y regalos que El hace permantemente a sus hijos.
Puesto que todos esos regalos, como el Yagé, la Coca, el Tabaco, la Yuca, vienen de Dios, son considerados sagrados y así mismo deben ser tratados y usados.
Con la gratitud en el corazón y la alegria enele ambiente se habló, se danzó, ofertó y se comió con respeto y dignidad.

“Los Indígenas, la población más antigua del Continente, están en la raíz de a primera identidad latinoamericana, y exigen respeto y reconocimiento.
La Iglesia los acompaña en las luchas por sus legítimos derechos. Este es un kairos para profundizar el encuentro de la Iglesia con ellos, tomarlos en cuenta con su cosmovisión, sus valores y sus identidades particulares (DA 88.89.91)




Compañeros en el camoino de la vida
Celebremos entonces al Dios de la Vida y de todos los Pueblos como discípulos-misioneros de Jesuscristo, el Hermano universal, como lo han hecho varios miembros de la Iglesia a lo largo de la historia y desde el inicio de la conquista.
Juntémonos a esos que se han han opuesto y han levantado la voz frente a la conquista, material y espiritual, y después a la colonización de los Pueblos indígenas en nombre de su fe cristiana, y por eso compartieron la suerte de los Pueblos indígenas, sufriendo persecuciones y hasta martirio.


Retomando el grito y la acción de estos “profetas”, la Conferencia de Santo Domingo (1992), animada por el papa Juan Pablo II, hizo la opción por una evangelización inculturada y liberadora de los Pueblos indígenas, fundamentándola sobre el reconocimiento de los Pueblos indígenas como sujeto de su historia, y sobre el reconocimiento de sus valores religiosos y de sus culturas.

En la nueva etapa que están viviendo los Pueblos indígenas, que los está colocando progresivamente como protagonistas en el proceso de cambio de las estructuras coloniales del Continente y de construcción de “otro mundo posible”, alternativo al modelo de la globalización capitalista neo-liberal, la Iglesia en sus documentos y muchos cristianos en la práctica han asumido la decisión de hacerse compañeros de los Pueblos indígenas y de establecer un diálogo sincero con sus culturas, sus religiones y su espiritualidad.

La Familia Consolata presente en el encuentro
La Hna. María Gracia y el P, Peter Ssecayugo de Puerto Leguizamo, el P. Armando Olaya y Kabiru Kibara Samuel de Sucumbíos peregrinamos hacia ese santuario, tierra sagrada del Valle del Sibundoy y volvimos fortalecidos por la firmeza que Taita Dios ha puesto en el corazón de nuestros hermanos indígenas.
Gracias al P. Armando Olaya imc por compartir su experiencia.