sábado, 29 de julio de 2023

El camino es la meta

 Consolación en el camino



Caminamos pisando el suelo
marcando huellas en el sendero
¡Qué con-suelo!
Vamos junto a otros, solitarios, compañeros.
 
Detener el paso, parar para respirar
descansar y recobrar el aliento,
¡Qué consuelo!
Contemplar el paisaje, ver al otro, compañero.
 
Continuar hacia la meta, por el camino
entre descansos y pasos, sinodales y personales
¡Qué consuelo!
La compañía es la meta, está en el camino.
 
Felices los que caminan atraídos, no distraídos
con raíces en el suelo y alas surcando el cielo.
¡Qué consuelo!
Estar en tu Reino y trabajar para que venga.
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El consuelo está en el suelo que nos permite cultivar la cultura que nos da
identidad y comida
El consuelo está en ese respiro, descanso en el camino, que nos impulsa para continuar
El consuelo está en la compañía adecuada que no nos deja andar en soledad
El consuelo eres tú, Emmanuel, Camino para participar, desde ya, en el banquete final.

martes, 25 de julio de 2023

Encuentro que consuela

 Llanto de una pasión 

“Bienaventurados los afligidos pues serán consolados”

Lágrimas de soledad en búsqueda
“Llorando, como una magdalena”
estaba María de Magdala
Solitaria, llorando, en la soledad del hurto
fuera, junto al sepulcro.

Lágrimas de oscuridad sin visión
Inclinada, llorando, para mirar dentro
Viendo ángeles sentados, sin ver el cuerpo muerto
¿“Por qué lloras”?
No veo al Señor, se lo han robado y escondido.

Lágrimas de esperanza sin futuro
Dándose vuelta, ve al Señor allí, de pie, sin reconocerlo
“Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?”
Si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto,
yo me lo llevaré.
 

Alegría en el encuentro
Jesús la llama: “¡María!”
dando la vuelta, ella responde: “¡Maestro!”
Jesús sube la Padre, María va a los hermanos
“¡He visto al Señor!”, proclama.

Juan 20, 11-18

viernes, 21 de julio de 2023

Caminos de santidad

 Para creSer

Humanos - misioneros = santos

De la evaluación a la autoevaluación

Nos evalúan los padres, los profesores, los jefes y muchos más, pero llega la hora de la autoevaluación, cuando nos sentimos, aunque no lo seamos, autónomos, mayores podríamos decir. Cada persona, en su soledad acompañada por sí misma, hace un alto en el camino y, honesta y objetivamente, revisa sus propios procesos de crecimiento humano, espiritual, académico, apostólico y profesional.

 Parar para continuar

 Se retoman, por escrito, los objetivos perseguidos, explícitos o implícitos; se revisan los procesos emprendidos para lograrlos; se evalúan las estructuras de apoyo; se examina el rendimiento; se determinan los puntos fuertes y los débiles durante el proceso; se identifican las áreas a mejorar; se registran los logros durante un tiempo determinado (semana, mes, año o semestre).

La autoevaluación implica: reflexionar personal sobre las diferentes áreas o dimensiones del ser humano (física, espiritual, ambiental, social, afectiva, emocional, académica, laboral, etc.), identificando fortalezas y debilidades descubiertas en el camino-proceso y tomando conciencia de su estado actual; recordar (re-cor, cordis) el recorrido transcurrido, los objetivos propuestos, las metas alcanzadas y las frustradas o abortadas; optimizar el rendimiento y el autoconocimiento o mayor toma de conciencia de las fortalezas, debilidades, preferencias, estilos y métodos o formas de proceder, mientras facilita la identificación de aciertos y áreas de mejoría, la elaboración de planes y estrategias de acción para abordarlas con acierto; desarrollar habilidades metacognitivas, aprendiendo a autorregularse, planificar  y tomar decisiones más informadas sobre sus procesos de madurez, aprendiendo de los errores y mejorando constantemente sus desempeños.

 Pasos para realizarla

 1.      Define el propósito de la autoevaluación

2.      Escoge las áreas o dimensiones que quieres evaluar

3.      Identifica tus objetivos

4.      Reconoce tus logros y fracasos en cada campo

5.      Describe tu identidad y rol actual, en tu vida y acción

6.      Comenta como piensas ajustar tu vida seguir buscando tus objetivos

Conclusión

Es vital hacer una autoevaluación con frecuencia. Seremos peores si no nos autoevaluamos. ¿Cómo puedes crecer si no tienes ni idea de cómo estás, cómo te gustaría ser, qué tendrías que hacer o dejar de hacer para lograrlo y cómo lo podrías hacer? Implica algo más que examinar tus acciones, pues te detienes más sobre ti mismo que sobre lo que haces. 

miércoles, 5 de julio de 2023

Discípulos en la Escuela de Jesús

 Una escuela en la Escuela

 

“Vengan y vean”

Estábamos por ahí, en diferentes partes de Colombia y Paraguay, todos los 74 jóvenes que participamos, del 23 de junio al 3 de julio de este 2023, en la Escuela de Liderazgo Juvenil Misionero, en el Centro de Animación Misionera de los Misioneros de la Consolata, en Bucaramanga – Colombia. Algunos en vacaciones, otros desocupados y unos cuantos muy atareados. Alguien nos dijo, un amigo/a, familiar o conocido o por redes sociales, como Juan a sus discípulos: ¡Miren! ¡Ahí está el Cordero de Dios!Cuando los discípulos de Juan lo oyeron, siguieron a Jesús. Jesús miró a su alrededor y vio que ellos lo seguían. ¿Qué quieren?, les preguntó. Ellos contestaron: Rabí (que significa “Maestro”), ¿dónde te hospedas? Vengan y vean, les dijo (Jn 1,35-41).

Nos quedamos 10 días con él

Descubrimos que no habíamos sido nosotros a buscar el Maestro sino él a invitarnos para que estuviéramos con él, escuchándolo, aprendiendo y entrenándonos para ir, enviados más allá de nuestras fronteras, a compartir la verdadera Consolación con los humanos desolados y la asolada madre tierra (cfr. Mc 3, 14).



Al final, el último día, después de cursos, seminarios, talleres, experiencias espirituales individuales, comunitarias y sociales, con metodologías y dinámicas lúdicas y pedagógicas, fortaleciendo el sueño de ese “otro mundo posible”, el Reino de Dios, desafiados como artistas, acróbatas, bailarines, músicos, cantantes y payasos a reimaginar ese otro mundo posible que buscamos, en donde y cuando la conclusión resulta ser apenas el principio, nos escuchamos con respeto, admiración y gratitud:


“Yo concluyó, dijo Johan, que durante estos 10 días de escuela hemos aprendido muchas cosas las cuales nos van a ayudar a ser mejores líderes, mejores discípulos y así poder formar y enseñar a otras personas para que entre todos, como una familia, podamos ser la mejor iglesia en salida llevando en cada uno de nuestros corazones la mejor actitud y alegría para alumbrar esos lugares que se encuentran en oscuridad y crear así un mejor mundo posible” (estudiante de bachillerato, grado 11)

“Yo concluyó, dijo Manuel, que en la ELJM 2023 he recibido herramientas de Formación Espiritualidad y Pastoral, con las que el Dios de la vida nos irá acompañando en la cotidianidad de los distintos lugares y condiciones donde nos encontremos, tomando principalmente la clave de la felicidad que se nos plantea mediante el amor del corazón. Junto a sus pálpitos nos enseña a agarrarle el paso a la vida, gozando cada paso que marca nuestro latido hacia Otro Mundo Posible” (estudiante de Ingeniería Eléctrica, U. Nacional).

“Yo concluyo, dice Alejandro, que el liderazgo no es simplemente mandar a los demás o dirigir masas. Se trata de ser un guía y un misionero que aprende con el trabajo en equipo, como un solo bazzar y sin
divisiones, sirviendo a la comunidad, en una iglesia en salida, con fervor, humildad y formación espiritual. Porque si se está en paz consigo mismo y con Jesús, se puede facilitar el camino de más personas que no estén búsqueda de fuertes emociones efímeras y pasajeras, sino de esa luz pequeña pero que nunca se apaga, de la mano de Jesucristo” (estudiante de derecho en la U. Nacional).

“Yo concluyó, dice Carlos, que está escuela me ayudó a reconocer cuál es mi verdadera vocación, a sacar esa frontera que me cegaba y ver más allá de ella y no perder la esperanza de que existe otro mundo posible” (estudiante de contaduría pública, paraguayo).

“Yo concluyo, dice Claudia, que el discípulo misionero es un árbol. Busca un buen camino para sembrarse y florecer. Expande sus raíces para reconocer las realidades. Forja un gran tronco que mantiene su construcción de una iglesia en salida. Da consuelo en forma de sombra. Extiende los brazos hacia el cielo, tal como ramas, para abrirse ante las propuestas de Jesús y seguir con un proyecto de otro mundo posible, con Dios entre nosotros -  ñandejara” (estudiante de bachillerato, grado 11).

“Yo concluyo, dice Oscar, que la ELJM es una propuesta formativa, evangelizadora y consoladora para el joven y todo aquel que quiera hacerse parte de ella, como yo, la cual abre a una esperanza nueva tanto como para la Iglesia y la sociedad. Además, concluyo que cada uno de los jóvenes aquí presentes serán semilla del Reino en sus realidades particulares a donde con alegría e inquietudes regresarán prontamente (sacerdote misionero de la Consolata).

Testigos de lo que vivimos

Sin transcribir los otros que escuchamos, nos abrazamos y abandonamos la ciudad de los parques. Partimos para el Caquetá, los Santanderes, la Costa Atlántica, Bogotá, Caldas, Tolima, Antioquia y Paraguay a continuar el camino de la vida como “Andrés (que, después de la experiencia vivida con el Maestro) fue a buscar a su hermano Simón y le dijo: “Hemos encontrado al Mesías” (que significa “Cristo”).