domingo, 19 de junio de 2016

20 de junio fiesta de la Consolata

Consolata è il suo nome


Consolata
Donna di Nazaret, il tuo nome è Maria:
Benedetta tu sei fra tutte le donne!
Lo spirito di Dio abita e opera in te,
Donna amata, giovane amabile: María Consolata.


Impariamo da te il dono dell'armonia e l'integrità personale

Madre della Consolazione
Figlia di Sion, parte attiva del popolo fedele
Vergine preparata per la nuova creazione:
Sia fatta in me la tua azione divina!
Il Dio della vita assunse la tua carne: Maria Consolata.

Impariamo da te la libera obbedienza per l'opera di Dio.

Consolatrice 
Sposa del Dio buono e del giusto Giuseppe:
vostro figlio è l'Emmanuele.
Madre del discepolo amato ai piedi della croce,
animatrice del diaconato nelle nozze di Caná.

Impariamo da te la presenza nella via della croce nella festa dell'umanità.

Discepola missionaria
Discepola in preghiera nel cenacolo di Gerusalemme:
animata dal fuoco e portata dal vento.
Arrivaste al Mondo e veniste in America
Grazie per il SOLE di Consolazione-Liberazione!

Impariamo da te, o Consolata, la santità e la missione.
Amen

Traducción del Español: Alberto Cancian 
Gracias!

viernes, 10 de junio de 2016

Oración de hijo

Madre querida

Quisiera escribirte esta carta, mejor dicho, esta oración. Escúchame otra vez, Consolata, pues te necesito, necesito tu ternura, necesito tu mano. Te hablo, Madre, desde los colores de esta tierra, con los negros, los indígenas y mestizos. Te hablo, Madre, desde un pasado, desde una historia hecha de sangre y flores, de guerras y encuentros, de amores y odios. Te hablo, Madre, desde los plantíos de yuca, de maíz, de papas, de bananos, del café y del chontaduro. Te hablo, Madre, desde las montañas, las cordilleras, los ríos, las cumbres. Te hablo, Madre, desde la cultura donde habito, pues yo sé, Madre, que me has invitado desde esta cultura a abrirme para el mundo. Te hablo, Madre, porque, también tú y yo estamos inmersos en esta cultura americana.

Te hablo desde Colombia, Madre, desde las tierras de Cali, desde la pastoral afro descendiente, desde la comunidad formativa. Te hablo, Madre, desde los rincones de mi corazón, donde empieza a crecer el sonido de la Marimba, del cununo, del guasa. Es tan lindo Madre, escúchanos, es tan hermoso María, es tan bueno saber que nos escuchas desde lo que somos. Ves, Madre, allá vienen nuestros ancestros, porque, también ellos te amaron. Ves, Madre, allá están nuestras raíces, nuestra cultura y allá está tu hijo, Madre .Otra vez Él nos llama, pero la barca donde ahora vamos es nuestra forma de ser, es lo que somos, es la cultura, Madre.

Ya no te encuentro en el santuario, Madre, pero te encuentro en nuestras mesas, en nuestra danza, en nuestras celebraciones, en las mingas y alabados. Ya no te busco en las iglesias, Madre, pero te contemplo en el caminar de la gente, en los pasos cansados de los trabajadores, en los jóvenes yendo a la universidad, en los vendedores de la calle, en el habla del pueblo, en los acentos, en las tardes calientes. Te veo, Madre, y te descubro en los rostros de los hombres y mujeres que encuentro en el camino. Ya no te busco en los libros de teología, Madre, mejor dicho, ya no sé la teología de los libros; mi teología lleva el sudor de los días, la violencia, las guerras, las luchas, el sufrimiento. Es que otra vez, Madre, tu hijo va a ser crucificado por aquí, en tantos hombres y mujeres cuyas vidas son quitadas, cosificadas, traficadas. Mi teología, Madre, comprende todo esto, pero, también, lleva el atardecer, el olor de las arepas, el sabor del sancocho, las noches estrelladas, las montañas del valle, el rio Cauca, en el canto del ballenato, el abrazo de los misioneros, el vuelo de las mariposas, el olor de las flores y la música del Pacifico.

Te hablo, Madre, desde los sonidos que empiezan a habitar en mi corazón y no quisiera pedirte nada, solo invitarte, Madre. Ven, Consolata, junto a tu hijo ven a bailar con nosotros. Ven, Madre, y baile nuestra salsa, nuestro bunde, nuestro currulao, todos nuestros ritmos. Ven, Madre, pues acá te esperamos, acá te necesitamos. Mira cómo es linda esta danza, Madre, cómo lucen nuestros jóvenes, oye cómo cantan los abuelos, cómo acá te celebramos... Madre Consolata, no se haga presente sólo en nuestra labor, en nuestro luto, en nuestro sufrimiento, sino, también, en nuestra fiesta. Madre del señor, acá danzamos, tomados de las manos, bailemos y caminemos.

Sândrio Cândido ( IMC)
sandriocp@yahoo.com.br

jueves, 2 de junio de 2016

El nombre: identidad y misión

Consolata es tu nombre


Consolada
Mujer de Nazaret, tu nombre es María:
¡Bendita tú eres entre todas las mujeres!
El Espíritu de Dios habita y obra en ti,
mujer amada, joven amable: María Consolada.

Aprendemos de ti el don de la armonía y la integridad personal
Madre de la Consolación
Hija de Sión, integrante activa del resto fiel
Virgen preparada para la nueva creación:
¡Hágase en mí tu divina acción!
El Dios de la vida asumió tu carne: María Consolada.

Aprendemos de ti la obediencia libre para la obra de Dios

Consoladora
Esposa del Dios bueno y del justo José:
vuestro Hijo es el Emmanuel.
Madre del discípulo amado al pie de la cruz,
animadora del diaconado en la boda de Caná.

Aprendemos de ti la presencia en la vía de la cruz y en la fiesta de la humanidad
Discípula misionera
Discípula orante en el cenáculo de Jerusalén:
animada por el fuego y llevada por el viento.
Fuiste al mundo y viniste a América
¡Gracias por el SOL de Consolación-Liberación!

Aprendemos de ti, oh Consolata, la santidad y la misión.
Amén


Un poco de historia
Cuenta la tradición que fue San Eusebio de Vercelli , desterrado a Palestina por el emperador Constancio, en el año 354, quien al regresar le trajo a su amigo San Máximo una imagen de la Virgen María que, según se decía, había pintado San Lucas. Máximo colocó el cuadro en una capilla, al lado de una templo dedicada a San Andrés.
Afue como el pueblo de Turín - Italia, comenzó a venerar a la Virgen María bajo el título de Consoladora y hasta le cambio el nombre, llamándola Consolata.

El nombre Consolata
Ese lindo nombre, un participio pasado regular del verbo consolar en Español, cargado de significado teológico, le viene dado por el pueblo de Turin, que en su lengua dialectal, el Piamontes, la llamó “Consulà”, que en Italiano corresponde al participio pasado Consolata, genero femenino, del verbo “consolé – cons olare”, en su voz pasiva: “aquella que es consolada”1

No tiene ningún valor, afirma el lingüista clásico Queiraza, el débil argumento que siendo deponente, en el Latín clásico, el verbo consolor, su participio pasado pueda haber conservado su significado activo, porque la flexión deponente desaparece de un momento a otro. Además, en el Latín popular y con mayor razón en los dialectos populares neolatinos, como es el caso del piamontes y más específicamente el turines, no existen formas con esas características.

Tampoco se puede considerar la palabra consolà como una reducción, en la fonética dialectal, de la palabra latina consolatrix. El acusativo consolatricem, según la tradición popular, se transforma en consolatriss (it. Consolatrice), como lo vemos en el uso dialectal moderno con Ausiliatriss (it. Ausiliatrice) de auxiliatricem...”2

Así siendo, el participio consolata y la advocación mariana La Consolata contienen en un solo término o palabra, la voz pasiva (it. consolata = ep. Consolada) y la activa (it. consolatrice = ep. consoladora).

El origen de todo está en el verbo consolare (en Español consolar) que proviene de consule, que en el mismo Latín tiene diversos significados, entre otros: consulo, o sea proveer a favor de (= te consuelo). Ese consuelo, proviene a su vez de “cum-solus”, ser o estar solo con otros, en compañía. Esta etimología que contiene en sí una contradicción, expresa exactamente lo que significa consolar: estar “cum” (complemento de compañía), juntos, o sea con. Tener compañía, ser consolado/a, pero permaneciendo “solo”, o sea sí mismo, único e irrepetible, idéntico.

Santa María de la Consolación, titulo primitivo de la Virgen con el Niño se va trasformando y vemos como la historia etimológica del termino Consolata explica que la Virgen Consoladora, portadora de consolación, se consuela con la participación de los fieles, convirtiéndose así en Consolata, “Consolà” en piamontes”3. Se enriquece con la doble dimensión: la que es consolada y que por eso mismo consuela.

Esto se entiende desde el estudio de las lenguas, que, como toda construcción humana, son vivas y dinámicas. En el caso del verbo transitivo italiano consolare (consolar) indica un movimiento activo, pasivo y reflexivo al mismo tiempo. En su forma sustantivada, consolazione (consolación), contiene al mismo tiempo el efecto de consolar y el estado de quien es consolado y de quien consuela.

Se trata entonces de un movimiento personal (yo consuelo y me consuelo) y recíproco, de alteridad, de ida (yo consuelo) y vuelta (soy consolado), de intercambio, que en María, como en cada uno de nosotros se da o efectúa en cuatro dimensiones antropológicas, las mismas que conforman la cultura4:
  1. María esta sola, pero con, en la presencia (compañía) de sí misma (identidad – unicidad – autenticidad): “Mi espíritu se alegra en Dios mi salvador, porque a mirado la humildad de su sierva. De ahora en adelante todas las generaciones me llamaran bienaventurada (feliz)” (Lc. 1, 47-48).
  2. Permanece sola, pero con, en la presencia (compañía) de Dios (el Otro, diferente): “Alégrate María, llena de gracia, el Señor está contigo” (Lc 1, 28).
  3. Permanece sola, pero con, en la presencia (compañía) de los otros (diferentes pero iguales: personas individuales, familias, comunidades, pueblos, antepasados, etc. ): “en aquellos dias levantándose María, se fue de prisa a la montaña… entrando en la casa de… saludó a Isabel… permaneció con ella cerca de tres meses...” (Lc 1, 39); “tres dias después, hubo un casamiento en Cana de Galilea y allí estaba la madre de Jesús...” (Gv 2, 1); “estaba junto a la cruz de Jesús su madre...” (Jn 19, 25); “… regresando a Jerusalén… estaban Pedro… junto con… María la Medre de Jesús...” (Hechos 1,12-14).
  4. Permanece sola, pero con, la presencia (compañía) de la creación (las otras criaturas, “la comunidad de la vida”, como se denomina el Cosmos en la Carta de la Tierra).
1Como sucede con la palabra salvador, traducida como un participio (“amado”), pero que si es un verbo deponente (verbos que tiene forma pasiva, pero que se traducen en activa), se traduce como un gerundio en español (“amado”).
2GASCA QUEIRAZZA Giuliano, La Consolà – La Consolata: il titolo caratteristico della devozione alla Madonna di Torino, Studi Piemontesi, novembre 1972, vol. I, fasc. 2, pp. 41-63. Gasca Queirazza es un jesuita, estudioso de filologia romantica y de lengua piamontesa, que ha buscado identificar a través de textos históricos que expresan el sentimiento religioso del pueblo del Piamonte, un aspecto de su devoción como manifestación de espiritualidad, en una perspectiva amplia de orden cultural, los momentos y las motivaciones que llevaron a esas gentes a dar este apelativo de “la Consolà”, que remite inmediatamente al tradicional Santuario de la venerada imagen o de la Santísima Virgen Consolata.
3BORDA Fabiana La Consolata prima e dopo 1714. L'immagine quale strumento di diffusione della devozione, in 330 Anni Patrona: La Consolata, la sua città, la sua gente, a cura di Lino Ferracin, La Consolata, Torino 2014, p. 55

4La palabra cultura, según el Documento de Puebla No. 386, “indica el modo particular como, en un pueblo, los hombres cultivan su relación con la naturaleza, entre sí mismos y con Dios”.