lunes, 31 de diciembre de 2012

Constructores de la paz


MENSAJE DE SU SANTIDAD
BENEDICTO XVI
PARA LA CELEBRACIÓN DE LA 
XLVI JORNADA MUNDIAL DE LA PAZ
1 DE ENERO DE 2013


BIENAVENTURADOS LOS QUE TRABAJAN POR LA PAZ

Papa Benedicto_XVI__Papa

Cada nuevo año trae consigo la esperanza de un mundo mejor. En esta perspectiva, pido a Dios, Padre de la humanidad, que nos conceda la concordia y la paz, para que se puedan cumplir las aspiraciones de una vida próspera y feliz para todos.

En efecto, este tiempo nuestro, caracterizado por la globalización, con sus aspectos positivos y negativos, así como por sangrientos conflictos aún en curso, y por amenazas de guerra, reclama un compromiso renovado y concertado en la búsqueda del bien común, del desarrollo de todos los hombres y de todo el hombre.

Causan alarma los focos de tensión y contraposición provocados por la creciente desigualdad entre ricos y pobres, por el predominio de una mentalidad egoísta e individualista, que se expresa también en un capitalismo financiero no regulado. Aparte de las diversas formas de terrorismo y delincuencia internacional, representan un peligro para la paz los fundamentalismos y fanatismos que distorsionan la verdadera naturaleza de la religión, llamada a favorecer la comunión y la reconciliación entre los hombres.
Puedes continuar leyendo todo el mensaje del Papa  aqui.

El P. Luis Fernando Patiño Gaviria, Misionero de la Consolata, hace algunos comentarios al mensaje del Papa, desde su experiencia misionera en Colombia, España, la República Democrática del Congo y ahora en Italia:

"A mi modo de ver, es un texto amplio que quiere tocar la mayor parte de los aspectos de la vida humana y social. Sin ser exhaustivo, describe la situación actual y propone ideas para intentar cambiarla. Empieza haciendo sonar la alarma en diferentes aspectos que no permiten que hoy la humanidad viva en paz:
Patiño Gaviria P. Luis FernandoFocos detensión: “Causan alarma los focos de tensión y contraposición provocados por la creciente desigualdad entre ricos y pobres, por el predominio de una mentalidad egoísta e individualista, que se expresa también en un capitalismo financiero no regulado. Aparte de las diversas formas de terrorismo y delincuencia internacional, representan un peligro para la paz los fundamentalismos y fanatismos que distorsionan la verdadera naturaleza de la religión, llamada a favorecer la comunión y la reconciliación entre los Después hombres.”(N° 1).
Bienaventuranza: Después de presentar una definición de Bienaventuranza como “el cumplimiento de una promesa dirigida a todos los que se dejan guiar por las exigencias de la verdad, la justicia y el amor”, pasa directamente a describir la paz con sus diferentes elementos: interna y externa.
Citando la encíclica Pacem in Terris la define como “un orden vivificado e integrado por el amor, capaz de hacer sentir como propias las necesidades y las exigencias del prójimo, de hacer partícipes a los demás de los propios bienes, y de tender a que sea cada vez más difundida en el mundo la comunión de los valores espirituales. Es un orden llevado a cabo en la libertad, es decir, en el modo que corresponde a la dignidad de las personas, que por su propia naturaleza racional asumen la responsabilidad de sus propias obras” (N° 3).
Trabajo por la Paz: Así, el trabajo por la paz concierne a toda persona y a todas las instituciones, cada quien según sus posibilidades y su identidad o función en la sociedad. “Toda persona y toda comunidad –religiosa, civil, educativa y cultural– está llamada a trabajar por la paz. La paz es principalmente la realización del bien común de las diversas sociedades, primarias e intermedias, nacionales, internacionales y de alcance mundial. Precisamente por esta razón se puede afirmar que las vías para construir el bien común son también las vías a seguir para obtener la paz” (N° 3).
Defensa de la vida: El Papa hace hincapié en la defensa de la vida en sus dimensiones personal, comunitaria y trascendente, como elemento fundamental de la misión de quienes trabajan por la paz. Me parece muy interesante que el Papa recuerde en este punto no solo los compromisos personales y confesionales de los cristianos para respetar la vida, sino que tambien tenga un pensamiento para el Estado y sus instituciones.
El que trabaja por la paz debe tener presente que, en sectores cada vez mayores de la opinión pública, la ideología del liberalismo radical y de la tecnocracia insinúan la convicción de que el crecimiento económico se ha de conseguir incluso a costa de erosionar la función social del Estado y de las redes de solidaridad de la sociedad civil, así como de los derechos y deberes sociales. Estos derechos y deberes han de ser considerados fundamentales para la plena realización de otros, empezando por los civiles y políticos” (N° 4). Uno de los derechos y deberes sociales más amenazados actualmente es el derecho al trabajo.
Tal vez el punto en el cual el Papa ha expresado con mayor claridad sus propuestas para aprovechar este momento de crisis mundial y buscar un nuevo modelo económico y de desarrollo. Tiene palabras de ánimo para las personas y para las instituciones.
Para salir de la actual crisis financiera y económica, se necesitan personas, grupos e instituciones que promuevan la vida, favoreciendo la creatividad humana para aprovechar incluso la crisis como una ocasión de discernimiento y un nuevo modelo económico.
En el ámbito económico, se necesitan, especialmente por parte de los estados, políticas de desarrollo industrial y agrícola que se preocupen del progreso social y la universalización de un estado de derecho y democrático. Es fundamental e imprescindible, además, la estructuración ética de los mercados monetarios, financieros y comerciales; éstos han de ser estabilizados y mejor coordinados y controlados, de modo que no se cause daño a los más pobres” (N° 5).
La Familia: Sin repetir lo dicho en el númeoro tres del mensaje, el Papa recuerda que la familia y las instituciones educativas y culturales tienen un rol fundamental, no sólo en la formación de nuevos líderes, sino “en la renovación de las instituciones públicas, nacionales e internacionales. También pueden contribuir a una reflexión científica que asiente las actividades económicas y financieras en un sólido fundamento antropológico y ético” (N° 6).
Pedagogia de la paz: Concluye en Papa indicando la necesidad de proponer y promover una pedagogía de la paz, “Es fundamental que se cree el convencimiento de que « hay que decir no a la venganza, hay que reconocer las propias culpas, aceptar las disculpas sin exigirlas y, en fi n, perdonar »[7],de modo que los errores y las ofensas puedan ser en verdad reconocidos para avanzar juntos hacia la reconciliación. Esto supone la difusión de una pedagogía del perdón” (N° 7).
Conclusiones
Leyendo el mensaje se deduce que la gran contribución de la Iglesia en esta construcción de la paz, consiste en la promoción de la pedagogía de la paz. Sin embargo, yo creo que desde hace mucho tiempo y en diferentes lugares del mundo, tantos hombres y mujeres que han dedicado su vida a Dios y a los hermanos, están trabajando en cada uno de estos puntos, para construir la paz. Tantas estructuras educativas, sanitarias, de producción (cooperativas, microempresas, etc), educació cívica, etc., muestran este compromiso por la paz.
Tantos de estos y estas misioneras que han comenzado estas iniciativas, son originarios del continente europeo y en su niñez han vivido los horrores de la guerra. Su deseo es que no haya más guerras y que la tranquilidad, la calma, sea acompañada del respeto de la dignidad de cada persona y mejores condiciones de vida para superar la situación de miseria y abandono en la que se encuentran tantas personas en el mundo.
He mencionado a quienes son originarios de Europa, no porque sean los únicos, sino porque en el 2012 la Unión Europea ha sido premiada con el nobel de la paz porque entre otras cosas, ha logrado que desde hace sesenta años no haya más guerras entre los diferentes estados miembros. El cese al fuego ha sido acompañado del reconocimiento de otros derechos. En estos momentos en que hablamos de crisis, que estos derechos se ven limitados y en algunos casos, negados, este mensaje se convierte en un llamado a los responsables de las naciones a no abandonar las ganancias en humanidad y dignidad. Es tambien un llamado a todos los ciudadanos a compartir y a no cerrar las puertas a quienes siguen llegando porque en sus países de origen, la situación no les permite pensar en un futuro digno y humano.
La Carta de los derechos fundamentales de la Unión Europea, suscrita en Niza el 7 de diciembre de 2000 está apoyada en seis valores fundamentales: Dignidad, libertad, Igualdad, solidaridad, ciudadanía y justicia. Estos valores sintetizan los principios ideológicos de los diferentes Estados que comparten la Unión. Entre ellos, la dignidad, es una contribución cristiana. Este documento, creo yo, es una herramienta complementaria muy buena para reflexionar y trabajar por la paz, no sólo en Europa.
Es también, creo yo, un llamado a la misma Unión Europea, a que comparta con otros pueblos, su secreto para obtener la paz, a través de una cooperación sincera y sin dobles intenciones. Esto implica que por ejemplo la industrial armamentista, cese de llenar los mercados de tantos paíes pobres. La gente está cansada de las guerras. Son algunos líderes que buscando beneficios particulares, siguen incitando a la violencia y lo que es peor, al no respeto de la dignidad de las personas.
A los esfuerzos personales y de las organizaciones civiles y religiosas, debe corresponder un esfuerzo de los Estados, por la consecución de la paz. El hecho de no mencionar otros pueblos además del europeo, no quiere decir que estén al margen de esta necesidad de buscar la paz. Este es un trabajo de todos y cada quien está llamado a dar su contribución.
Creo que una buena forma de trabajar este mensaje consiste en compartir los esfuerzos de cada grupo humano por contribuir a la paz y concretamente en nuestro Istituto. Esta sería una buena forma de enriquecernos y valorar a nuestros misioneros y comunidades.
Para dialogar con el P. Luis Fernando: fer700206@yahoo.es

jueves, 27 de diciembre de 2012

Buscadores de la felicidad ...

FELIZ NAVIDAD!


Hola mi hermano Padre Salvador, un abrazo Fraternal y feliz Navidad. 
Espero que esta navidad haya alimentado aún mas su reflexión sobre la visión misionera en un mundo que con sus grandes desafíos espirituales y sociales demanda una misión que pueda adentrarse en las profundas fibras de la sensibilidad humana.  


Comparto con Ustedes, caminantes con el Sol que está en la ConSOLata, el testimonio de Oscar Mauricio, joven Ingeniero que busca, con pasión, el sentido de la vida en la misión del Señor Jesús.


La cosecha es abundante

Rueguen al dueño de la cosecha que envíen trabajadores
Màs de dos milenios han pasado desde que Jesús dijo estas palabras a sus discípulos, al ver a la multitud y al compadecerse de ellos porque estaban cansados y abandonados, como ovejas sin pastor “La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Por eso, rueguen al dueño de la cosecha que envíen trabajadores a recogerla” (Mateo 7, 37-38) Hoy debemos cuestionarnos profundamente cual debe ser la dinámica en el proceso de evangelización de los pueblos de la tierra, la cosecha es aún hoy más abundante que en aquellos tiempos, al igual que es muy abundante los grandes retos de la evangelización en nuestros días

¿Qué es ser misionero, hoy?
 por tanto la labor que muchas personas en el mundo hacen en pro de llevar el mensaje de Cristo, a ejemplo de ellos encontramos aquellos que en este tiempo han hecho la opción de ir a la experiencia de Navidad bajo la impronta y distintivo de la misión (los misioneros). Pero bajo esta categoría el cuestionamiento que hace algún tiempo me he hecho es ¿Qué es ser misionero?, ¿Cómo debemos entender en estos tiempos el significado y responsabilidad que encierra tal encomienda? Cómo debemos entender a Jesús cuando dijo a sus discípulos “vayan, pues, y hagan discípulos a todos los pueblos: bautícenlos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enséñeles a cumplir todo lo que yo les he mandado.” (Mateo 28, 19-20)A mi parecer y tal vez en mi desconocimiento, aún sigo buscando articular consecuentemente el significado de la misión. 

Misión es acompañar
Esta misión de navidad, en la vereda Berlín Caquetá, hablaba con un Hermano de la Anunciación con quien compartí la experiencia,  sobre el significado de la misión. Por lo cual busqué responder bajo una única palabra, que intentaba aliviar màs mi incertidumbre que la de mi compañero, "la misión es acompañar” y es que para mí, algunos momentos me interpelan sobre a qué vamos muchas veces a la misión, cómo logramos realizar la tarea de Jesús de hacer discípulos a todos los pueblo, o realmente de qué nos hablaba Jesús cuando encomendó tal tarea. Y es que tal vez acompañar a las comunidades sea el matiz un tanto escondido que significa el hecho mismo de la misión, en la sencilla labor de participar con las comunidades, se revela el gran trascendente de la misión muchas veces imperceptible a nuestros sentidos.

Misiòn es acompañar y dar vida
Pero, ciertamente dejar la misión como un simplemente acompañar se queda corto para la acción y encomienda de Nuestro Señor Jesús. Ante esto, recordé que Un gran amigo me dijo una vez que la misión se traducía en vida, ir a acompañar y dar vida. 
Aquí tal vez pueda redondear la idea incompleta de ver la misión como solo un acompañar, sino que significado con el hecho de dar vida, de alimentar la esperanza en la simple sobriedad y sencillez de las cosas simples y pequeñas, como por ejemplo reunirse unos cuantos alrededor de un pesebre cantando villancicos bajo el escenario desolador de los inmensos pastizales Caqueteños y sus selva desafiante. 
Como Jesús al nacer en la simplicidad de un pesebre rodeado seguramente de animales, nos demuestra que la vida hay que vivirla con la pasión de lo grande pero también de lo pequeño e ínfimo, de lo cómodo pero también de lo incómodo, de lo sofisticado y tecnológico pero también de lo inmediato y básico. 
Unas pajas resultaron suficientes para María y José en el nacimiento del niño amado.

Seguir buscando
Por tanto, es necesario seguir buscando encontrar en la misión, en la simplicidad de sus acciones todo aquello que alimente y signifique su labor, de manera que logremos hacerla efectiva a la luz de la fe y también a las exigencia de este mundo que busca que los hombre se comprometan reflexivamente y materialmente en la tarea evangelizadora.


viernes, 21 de diciembre de 2012

Una Iglesia con rostro y corazón indígena


Benedicto XVI

En el centenario de la Carta encíclica "Lacrimabili statu indorum" de san Pío X, la Iglesia en Colombia ha organizado, del 18 al 20 de septiembre en Bogotá, un encuentro en el que participan sacerdotes, religiosos y catequistas indígenas. Benedicto XVI ha enviado al arzobispo de la capital y presidente de la Conferencia episcopal colombiana el mensaje que publicamos a continuación. 


Al venerado hermano
Monseñor Rubén SALAZAR GÓMEZ
Arzobispo de Bogotá y
Presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia

Me ha alegrado saber que en Colombia se ha programado este año celebrar el centenario de la Carta encíclica Lacrimabili statu indorumfirmada, el 7 de junio de 1912, por mi predecesor san Pío X, y me complace en esta fausta circunstancia enviarle a usted y a todas las Iglesias particulares de esa amada Nación mi cordial saludo en el Señor.

El mencionado documento, en continuidad con la Carta encíclica Inmensa pastorum, del Papa Benedicto XIV, había puesto de manifiesto la necesidad de trabajar más diligentemente por la evangelización de los pueblos indígenas y la constante promoción de su dignidad y progreso.

El recuerdo de este magisterio es una ocasión extraordinaria que se nos ofrece para continuar profundizando en la pastoral indígena y no dejar de interpretar toda realidad humana para impregnarla de la fuerza del Evangelio (cf. Pablo VI, Exh. apostólica Evangelii nuntiandi, 20). Así es, la Iglesia no considera ajena ninguna legítima aspiración humana y hace suyas las más nobles metas de estos pueblos, tantas veces marginados o no comprendidos, cuya dignidad no es menor que la de cualquier otra persona, pues todo hombre o mujer ha sido creado a imagen y semejanza de Dios (cf. Gn 1, 26-27). Y Jesucristo, que mostró siempre su predilección por los pobres y abandonados, nos dice que todo lo que hagamos o dejemos de hacer «a uno de estos mis hermanos más pequeños», a Él se lo hacemos (cf. Mt 25, 40). Nadie que se precie, pues, del nombre de cristiano puede desentenderse de su prójimo o minusvalorarlo por motivos de lengua, raza o cultura. En este sentido, el mismo apóstol Pablo nos ofrece la oportuna luz al decir: «Todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo» (1 Co12, 13).

Con vivos sentimientos de cercanía a esos pueblos, me uno de buen grado a cuantos, alentados por los mensajes de mis predecesores en la Cátedra de san Pedro, están llevando a cabo una benemérita obra en su favor, ven con gozo las gracias que cada día comparten con ellos y se empeñan con valentía en seguir acompañándolos con miras a la construcción de un futuro luminoso y esperanzador para todos.

En este quehacer nos sirven de modelo el arrojo apostólico de insignes obispos, como Toribio de Mogrovejo o Ezequiel Moreno, la caridad sin fisuras de religiosos como Roque González de Santa Cruz o Laura Montoya, y la sencillez y humildad de laicos tan ejemplares como Ceferino Namuncurá o Juan Diego Cuauhtlatoatzin. No podemos olvidar tampoco las numerosas congregaciones e institutos de vida religiosa que nacieron en el continente americano para afrontar los desafíos de esta misión. Y cómo no recordar en este mismo contexto el testimonio preclaro y las significativas obras apostólicas emprendidas por tantos hombres y mujeres que, con gran espíritu de comunión y colaboración eclesial, se entregaron denodadamente a llevar a estas gentes el nombre de Jesucristo, valorando aquello que les es propio, para que en el Evangelio descubrieran la vida en plenitud a la que siempre habían tendido.

Deseo exhortar a todos a considerar esta efeméride como un momento propicio para  dar un nuevo impulso a la proclamación del Evangelio entre estos queridos hermanos nuestros, incrementando el espíritu de mutua comprensión, de servicio solidario y de respeto recíproco.

Al abrirse a Cristo, ellos no sufren detrimento alguno en sus virtudes y cualidades naturales, antes bien la obra redentora las vigoriza, purifica y consolida. En su divino Corazón, podrán encontrar una fuente viva de esperanza, fuerzas para afrontar con tenacidad los retos que tienen planteados, consuelo en medio de sus dificultades e inspiración para descubrir los caminos de superación y elevación que están llamados a transitar. Al anunciarles el mensaje salvador, la Iglesia sigue el mandato de su Fundador, y en él se fundamenta para secundar los genuinos anhelos de estos pueblos, a menudo truncados por la frecuente falta de respeto hacia sus costumbres, así como por escenarios de migración forzada, violencia inicua o serios obstáculos para defender sus reservas naturales.

Con hondo amor hacia todos, y en consonancia con la doctrina social de la Iglesia, invito a escuchar sin prejuicios la voz de estos hermanos nuestros, a favorecer un verdadero conocimiento de su historia e idiosincrasia, así como a potenciar su participación en todos los ámbitos de la sociedad y la Iglesia. La actual coyuntura es providencial para que, con rectitud de intención y configurados a Jesucristo, Camino, Verdad y Vida para todo el género humano, crezca entre los pastores y fieles el deseo de salvaguardar la dignidad y los derechos de los pueblos originarios y éstos a su vez estén más dispuestos a cumplir con sus deberes, en armonía con sus tradiciones ancestrales.

Suplico al Omnipotente que, ante todo, sea tutelado el carácter sagrado de su vida. Que por ningún motivo se coarte su existencia, pues Dios no quiere la muerte de nadie y nos ordena amarnos fraternamente. Que sean protegidas debidamente sus tierras. Que nadie, por causa alguna, instrumentalice o manipule a estos pueblos, y que éstos no se dejen arrastrar por ideologías que los atenacen nocivamente.

Como prenda de copiosos dones celestiales, y a la vez que invoco la poderosa intercesión de María Santísima, Madre del Creador y Madre nuestra, sobre todos los que participan en las diferentes iniciativas previstas para conmemorar el centenario de la Carta encíclica Lacrimabili statu indorum, imparto a todos una especial Bendición Apostólica, que ayude a los pueblos indígenas a sentir cada vez más la Iglesia como casa para madurar en todo aquello que los enaltezca moral y religiosamente y como hogar de comunión para vivir auténticamente y unidos a Cristo su condición de hijos de Dios.

Vaticano, 15 de junio de 2012


San Pio X y los Amerindios


San Pío X
 A los Arzobispos y Obispos de América Latina, para
poner remedio a la miserable condición de los indios
7 de junio de 1912

Venerables Hermanos: Salud y bendición apostólica

1.  Iniquidades que padecen los indios.
   Vehementemente conmovido por el penoso estado de los indios de la América inferior, Nuestro ilustre antecesor, BENEDICTO XIV, trató su causa con gran preocupación, como bien lo sabéis, en su Carta Encíclica "Immensa Pastorum" aparecida el día 22 del mes de Diciembre del año 1741, y como casi lo mismo que él lamentó en aquella carta también Nosotros debemos deplorarlo en muchos lugares, llamamos ahora solícitamente vuestra atención hacia la misma. En ella se queja entre otras cosas de que, aún cuando la Sede Apostólica mucho tiempo hace que se preocupa de aliviar la afligida situación de aquéllos, no obstante existen aún "cristianos que como si hubieren olvidado totalmente el sentido de la caridad derramada por el Espíritu Santo en nuestros corazones, a los pobres indios no sólo carentes de la luz de la fe, sino también a los limpios por el bautismo, los reducen a la esclavitud, los venden como esclavos, los privan de sus bienes, y realizan con los mismos tales obras de inhumanidad que ¡os apartan principalmente de abrazar la fe de Cristo, y sobre todo hacen que se obstinen en su odio para la misma".
   De todas estas cosas indignas, empero, aquella que es la peor, o sea la esclavitud propiamente dicha, poco después, por obra de Dios misericordioso, ha sido abolida totalmente; y para su abolición pública en el Brasil y en otras rregiones  mucho  contribuyó  la  maternal instancia de la Iglesia ante hombres esclarecidos que gobernaban esas Repúblicas. Y de buena gana confesamos que, si no lo hubiesen impedido muchos y grandes obstáculos, las resoluciones de aquéllos hubiesen tenido muchísimo mayor éxito. Sin embargo, aún cuando algo se ha hecho en favor de los indios, no obstante es mucho lo que resta por hacer. En verdad cuando examinamos los crímenes y las maldades, que aún ahora suelen cometerse con ellos, ciertamente quedamos horrorizados y profundamente conmovidos. Pues  ¿qué puede haber de  más y  de  más  cruel y de más bárbaro,   que   el  matar los  hombres a azotes,  o  con  láminas de hierro ardientes, por causas levísimas a veces o  por el mero placer de ejercitar su crueldad, o impulsados por súbita violencia conducir a la matanza de una vez cientos y miles, o devastar pueblos y aldeas para realizar matanzas de indígenas; de lo cual hemos recibido noticia que en estos pocos años han sido destruidas casi totalmente algunas tribus? Para excitar de tal manera los ánimos influye en alto grado el inmoderado deseo de lucro; pero no menos también el clima y la situación de esos lugares. Así pues, estando aquellas regiones sujetas a un clima ardiente, que penetra hasta lo más íntimo del ser, y destruye la fortaleza de los nervios, estando alejados  de la Religión, de la vigilancia de los que gobiernan y casi puede decirse, de la misma sociedad, fácilmente ocurre que, si los que si hasta allí han llegado no tenían aún depravadas sus costumbres,  en  breve tiempo comiencen a tenerlas, y por lo lo tanto, quebradas las barreras del deber y del derecho, se entreguen a todas las depravaciones de los  vicios.   Ni  tampoco se perdona por estos el sexo ni la   debilidad  de  la  edad:   avergüenza realmente referir la infamia y los crímenes de aquellos en comprar y vender a las mujeres y a los niños; siendo realmente  sobrepasados  por  ellos  los peores ejemplos de salvajismo.

2. Certeza de esas iniquidades.
   En realidad  Nosotros,   al  recibir   algunas veces rumores de estas cosas, pusimos en duda la certeza de hechos tan atroces, ya que parecían increíbles. Pero, habiendo llegado a la certeza por medio de testigos muy seguros, esto es, por medio de muchos de vosotros, Venerables Hermanos, por los Delegados de la Sede Apostólica, por los misioneros y por otras personas de entera fe, ya no Nos es lícito tener ninguna duda de la veracidad de estos hechos. Por lo tanto, es el momento de que movidos por esta preocupación intentemos poner término  a tanto  mal,   suplicando humildemente a Dios, quiera mostrarnos benignamente algún camino para poner   remedio   oportuno   a   esto.   El, pues, que es el Creador y el Redentor amantísimo de todos los hombres, como Nos inspirara el trabajar a favor de los indios, ciertamente nos inspirará aquello que mejor se acomode a Nuestro propósito. Entre tanto mucho Nos consuela,  el que aquellos  que  gobiernan esas Repúblicas, intenten en todas formas arrojar esa ignominia y mancha de as  dominios;  por cuya preocupación mucho podemos alabarlos y aprobarlos. Aunque ciertamente en aquellas regiones,  como están muy alejadas de las sedes   del   poder  y  muchísimas   veces inaccesibles, estos intentos de la potestad civil, llenos de humanidad, ya sea por la astucia de los malhechores, que rápidamente  pasan   los  límites,  o  ya por la inercia y perfidia de los administradores, a menudo tiene poco efecto, y no raramente también cae en la nada. Por lo cual, si a la labor del gobierno se uniese la de la Iglesia, entonces ciertamente se obtendrían muchísimo mejores frutos.

3. Urgente  solución del problema.
    Por lo tanto, antes que a nadie, apelamos a vosotros, Venerables Hermanos, a fin de que aportéis cuidados y resoluciones peculiares a esta causa,  que pertenece a lo más  digno de vuestro pastoral oficio y cargo. Y dejando de lado las demás cosas de vuestra solicitud e industria, os exhortamos encarecidamente ante todo, que todas aquellas cosas   que  en  vuestras  diócesis  están instituidas para el bien de los indios, la promováis con toda vuestra preocupación, y al mismo tiempo cuidéis de instituir aquellas  otras  que  parezcan necesarias a la misma causa. De aquí que aconsejaréis con toda diligencia a vuestros pueblos acerca de su propio oficio de ayudar a las sagradas expediciones a los indios, que habitan primeramente ese suelo americano. Sepan por lo tanto que deben ayudar en esto principalmente con una doble acción: por la limosna y por la oración, y que esto lo hagan no sólo por la Religión, sino porque lo exige la Patria misma. Vosotros empero, en todos aquellos lugares de educación, como ser,  en los Seminarios, en los Colegios, en los internados de niñas, principalmente religiosos, haced que no cese en ningún momento ni el consejo ni la predicación de  la caridad cristiana, que obliga a todos  los  hombres,   sin  distinción  de nacionalidad  ni   de  color,  como  hermanos, hijos de un mismo Padre;  la cual debe probarse no sólo con palabras sino con hechos.  Igualmente, no debe dejarse de lado ninguna ocasión de demostrar, siempre que se ofrezca, cuan indecorosos son para el nombre de cristiano   estos   hechos   indignos,   que demostramos.   En  cuanto  a  lo   que  a Nosotros respecta, teniendo no sin causa  una  gran  esperanza  del  consentimiento  y  el  favor  de   las  potestades públicas,   tomamos   principalmente   el cuidado para que  podamos aumentar el campo de  la acción apostólica, en estas inmensas latitudes, el disponer de otras puertas misionales, en las cuales los indios encuentren un refugio y un amparo para su salud.

4. Acción de la Iglesia en ese campo.
   La Iglesia Católica nunca fue estéril en hombres apostólicos, quienes urgidos por la caridad de. Cristo estuvieron prontos y preparados aún para dar su propia vida por sus hermanos. Y hoy, cuando tantos odian la Fe, o la dejan, el ardor por diseminar el Evangelio entre los salvajes no sólo no ha decrecido entre los hombres de todo el Clero y de las religiones, sino que crece y aún más se difunde, por virtud principalmente del Espíritu Santo, el cual protege en las cosas temporales a la Iglesia, su Esposa. Por lo cual estas ayudas que, por beneficio divino, Nos han sido concedidas, juzgamos necesario usarlas tanto más copiosamente con los indios para librarlos de la esclavitud de Satanás y de los hombres perversos, cuanto más los apremia esa necesidad. Por lo demás, habiendo los predicadores del Evangelio empapado esta parte de la tierra no sólo con sus sudores sino también a veces con su misma sangre, confiamos en el futuro, que de tantos trabajos de cristiana humanidad alguna vez la alegre mies florezca en inmejorables frutos.

5. Condena de los reos de este crimen.
   Además, para que todo aquello que vosotros, o por vuestra iniciativa o por consejo ejecutéis para utilidad de los indios, tenga la máxima eficacia dimanante de Nuestra apostólica autoridad, Nosotros, recordando el ejemplo de Nuestro Antecesor, condenamos y declaramos reo de inhumano crimen a cualesquiera que, como él mismo dice: "a los predichos indios pongan en esclavitud, los vendan, los compren, los cambien o regalen, los separen de sus mujeres o de sus hijos, se apoderen de sus cosas o de sus bienes, o de cualquier manera los priven de su libertad niéndolos en esclavitud; también a los que para tales cosas dan su consejo, auxilio, favor y acción cualquiera sea el pretexto y cualquiera sea su color a que enseñen o aconsejen que esto es lícito o en alguna otra forma o pretendan cooperar a lo yadicho... Por lo tanto queremos que la potestad de absolver de estos crímenes a los penitentes en el fuero sacramental sea reservada a los Ordinarios del lugar.  

6. Exhortación final.
   Siendo conformes a Nuestra paterna voluntad también continuando lo hecho por muchos de Nuestros Predecesores, entre los cuales también debe conmemorarse nominalmente a LEÓN XIII, de feliz memoria, hemos querido escribiros estas cosas a vosotros, Venerables Hermanos, sobre la causa de los Indios. De vosotros empero será el luchar con todas vuestras fuerzas, para que Nuestros deseos se cumplan con todo éxito En estas cosas os habrán de favorecer ciertamente los que gobiernan las Repúblicas; no faltarán tampoco, entregándose con toda actividad al trabajo y al estudio, aquellos que pertenecen al Clero, y principalmente los dedicados a las Sagradas Misiones, y por último están sin ninguna duda todos los buenos, que ya por sus obras, los que pueden,ya por otros oficios de caridad ayudarán a la causa, en la que se unen al mismo tiempo razones en pro de la Religión y de la dignidad humana. Porque realmente al que gobierna se agrega la gracia de Dios omnipotente bajo cuyo auspicio, Nosotros, como testimonio también de Nuestra benevolencia a vosotros, Venerables Hermanos, y a vuestra grey impartimos solícitamente Nuestra Bendición Apostólica.

Fuente: http://www.oocities.org/ar/magisterio_iglesia/pio_10/LacrimabiliStatuIndorum.html

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Maria de Nazaret en México

 Acontecimiento Guadalupano
 
Todo 12 de Diciembre, en la Iglesia Católica, se celebra la Fiesta de la Virgen de Guadalupe y se hace memoria de sus apariciones en la colina del Tepeyac, integrada hoy a la grande ciudad de México DF y de los encuentros entre la maternal y pedagógica Señora y el indio Juan Diego Guauhtlatoatzin, canonizado el 31 de Julio de 2002 por el hoy Beato Juan Pablo II. Igualmente se recuerda los encuentros entre Juan Diego y el Obispos de México Fray Juan de Zumàrraga, lo mismo que la Imagen de la Virgen impresa en la Tilma de Juan Diego, verdadero códice deL Evangelio encarnado e inculturado en esa "Señora transformada en Sol, porque lleva en su seno al Niño-Sol, al Sol Nuevo".
 
En estos tiempos de Nueva Evangelización, el Acontecimiento Guadalupano aparece como paradigma de Una Evangelización Perfectamente Inculturada, tal como nos lo ayuda a reconocer el Beato Juan Pablo II en la Exhortaciòn Apostòlica Ecclesia in America
 
"La aparición de María al indio Juan Diego en la colina del Tepeyac, el año 1531, tuvo una repercusión decisiva para la evangelización.
 
Este influjo va más allá de los confines de la nación mexicana, alcanzando todo el Continente. Y América, que históricamente ha sido y es crisol de pueblos, ha reconocido "en el rostro mestizo de la Virgen del Tepeyac, [...] en Santa María de Guadalupe, [...] un gran ejemplo de evangelización perfectamente inculturada".
 
Por eso, no sólo en el Centro y en el Sur, sino también en el Norte del Continente, la Virgen de Guadalupe es venerada como Reina de toda América".
 
El Acontecimiento Guadalupano fue la respuesta de gracia a una situaciòn humanamente sin salida: el des-encuentro entre los indios y los conquistadores.
 
El indio Juan Diego fue el esalbòn entre el mundo antiguo mexicano y la propuesta misionera cristiana. El fue el enviado, el embajador, de Santa Maria de Guadalupe", como lo llama el "Nican Mopohua".
 
Juan Diego es el misionero elegido por Dios para este encuentro en el que el Emmanuel se encarna en una humanidad cultural concreta a través de la mediaciòn de Maria.

Algo similar, aunque en menores proporciones, està sucediendo hoy en ISAMIS, Iglesia de San Miguel de Sucumbios - Ecuador con la creaciòn de una Parroquia Personal bajo la protecciòn de San Juan Diego y la Virgen de Guadalupe, confiada al cuidado de los Misioneros de la Consolata.
 
La presencia de Maria continua en medios de los pueblos, discreta, atenta y creativa como en la fiesta de la vida, como en Canà de Galilea (Jn 2, 1-12), solidariamente resistente y disponible, junto con otras mujeres y discipulos del Crucificado, en los calvarios de la historias (Jn 19, 25-27).
 
Aqui en Roma, en donde tengo la gracia de vivir actualmente, se ha reunido una Conferencia (9-12/12/2012) de gentes de la Iglesia Catòlica de todo el continente america, promovida por La Comisión Pontificia para América Latina y los Caballeros de Colónpara tratar  diversos aspectos de la Iglesia en América, incluyendo temas tales como la nueva evangelización, el papel de la Iglesia en la educación, el papel de la Iglesia en la caridad y su opción preferencial por los pobres y el papel de la Virgen María en encaminar a los cristianos de América hacia Cristo.