jueves, 22 de diciembre de 2016

Feliz Navidad!

Al ritmo del tiempo

Entre 
                          auroras y amaneceres

                                                                                                ocasos y atardeceres                                  
 La noche más larga del año (solsticio de invierno)

En el hemisferio norte marca el fin del Otoño y el inicio del INVIERNO. 
Para casi todos los Cristianos en el mundo, ésta es la última semana de Adviento, 
que antecede a la Navidad.

 Virgen de Guadalupe, "morenita" del Adviento en Amerindia

Ayer, como hoy
 "Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz" (Lc 1,78-79)
 "Bienaventurados los que lloran porque serán consolados" (Mt 5, 5).

"Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados y yo os aliviaré.
Cargad con mi yugo y aprended de mi que soy manso y humilde de corazón
y encontrareis vuestro desanso"
(Mt 11,28)
 Los Profetas anunciaron
Será 'luz de las naciones'
 (Isaías 49,6)

Jesus lo asumió 
"Yo soy la luz del mundo;
 el que me sigue no andará en tinieblas,
 sino que tendrá la luz de la vida" 
(Jn 8,12)

Los discipulos lo testimoniaro
“Os transmití en primer lugar lo que a mi vez recibí:
que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras,
que fue sepultado y que resucitó al tercer día según las Escrituras,
que se apareció a Cefas y luego a los doce...
(1 Cor 15,3-5)

Jesus está vivo! Dios lo resucitó!
(Hch 2,32) 

Nosotros creemos
y
Buscamos la LUZ para caminar 

Felices fiestas con el Emmanuel!

sábado, 17 de diciembre de 2016

Viva la vida que nace cada dia!


El Herodes de hoy 
sigue las dinámicas de la guerra y de la muerte
El Emmanuel   
(Dios con nosotros)  
resiste en y con  
las parteras de la vida, artesanos de la paz 


http://www.elmundo.es/internacional/2016/12/17/58545591ca474188388b465e.html

La ciencia militar gasta montañas de dinero en diseñar misiles guiados por láser, drones espía, cazas invisibles y bombas inteligentes. Pero hay algo que sigue sin poder resolver: la toma rápida de grandes ciudades sin pérdidas humanas. 

Alepo es la última de esas grandes ciudades en sufrir un largo asedio y de convertirse, a su pesar, en monumento al dolor y la resistencia. Desde el 10 de febrero de 2012, cuando se produjeron los primeros disparos en el contexto de la rebelión contra Bashar Asad, han pasado casi cinco años en los que la guerra se ha ido encanallando hasta superar cualquier norma establecida sobre respeto a los civiles. Se ha decapitado a prisioneros ante las cámaras, bombardeado escuelas y hospitales, se ha usado material prohibido como los letales barriles bomba o armas químicas y se ha llevado a una población al límite del hambre y la ausencia de medicinas para matarla lentamente. Más de 2.000 años de existencia han quedado reducidos a ruinas.


Hasta ocho fuerzas aéreas o ejércitos de ocho estados diferentes han participado de una u otra manera en su destrucción, además de milicias kurdas, cristianas, yihadistas, rebeldes y mercenarios extranjeros. La lista de muertos supera los 30.000, aunque dejaron de contarse el año pasado.
La violencia contra las ciudades como Alepo esconde una estrategia ideológica, demográfica y política. La memoria colectiva de sus símbolos, sus plazas públicas y sus calles son objetivos a destruir. Reducir a escombros los barrios residenciales de donde salen los rebeldes asegura que nunca puedan volver a sus casas. Es la manera contemporánea de matar las ciudades desde el bombardeo de Gernika en 1937, el gran ensayo de la guerra mecanizada actual. Los últimos testigos de esa destrucción en Alepo, unos cientos de sitiados, aún permanecen en el interior de dos distritos rodeados por el ejército sirio. Ayer, volvió a cancelarse su evacuación por enésima vez mientras que una niña bomba de siete años activaba su carga explosiva en el centro de Damasco hiriendo a más de 20 personas.

El urbicidio de Alepo, con varios asedios consecutivos, es el más largo de la Historia moderna y ha quedado a la altura de los sitios de Numancia, Troya o Siracusa. Su imagen polvorienta y agujereada, como de ciudad destruida por gigantes, quedará para siempre asociada a otros monumentos urbanos a la infamia.

Ven, ven que te esperamos! 

viernes, 25 de noviembre de 2016

Adviento, tiempo de conSOLación

El viento del Adviento



Al fin y al cabo viento y no ventarrón,
refresca, acaricia, filtra en el aire el mal olor.
Viento que viene y trae aliento,
adviento de nuevo tiempo.

Ven Viento del Adviento, ven a insuflar el Emmanuel!

Viento nuevo para la tierra asolada
adviento de cuidado y no de explotación.
Solaz de la madre en gestación del girasol,
semilla balsámica de la nueva creación.

Ven, Viento del Adviento, ayudanos a consolar la tierra asolada, ven!

Viento cálido de gratuidad donada,
adviento del hermano divino que se hace humano.
Compañía amable en el camino hacia la meta,
progreso en el amor hecho pan partido y repartido.

Ven, Viento del Adviento, humedece el corazón de la humanidad desolada, ven!

Viento que en los primordios inundaste la casa de vida,
adviento del árbitro para la danza del amor.
Fuerza que puede forjar arados con nuestras espadas,
convertir nuestras lanzas en podaderas. (Is 2, 2-5).

Ven, Viento del Adviento, asístenos en este parto de la Paz, ven!



Roma 25/11/2016


viernes, 11 de noviembre de 2016

Convivencia en la psz

La protección de la Amazonía y sus comunidades
es fundamental para
 la paz permanente y duradera

El Grupo de Trabajo Colombia (GTC), es una plataforma integrada por organizaciones de la red Cáritas de la Iglesia Católica en Europa y Estados Unidos, que junto al Secretariado Nacional de Pastoral Social- Cáritas Colombiana impulsan acciones en favor de la construcción de paz en Colombia.

Del 7 al 9 de noviembre, nos reunimos en Florencia, Caquetá, delegados del Grupo de Trabajo Colombia y del SNPS con la Diócesis de Florencia representada en sus organizaciones: Pastoral Social y Vicaría del Sur, con el Vicariato Apostólico de San Vicente del Caguán representado por FUNVIPAS, así como con líderes sociales y comunitarios de la región.


Escuchamos las preocupaciones y expectativas que se plantean sobre el futuro del territorio de cara a la etapa de postnegociaciones de paz en Colombia.

Valoramos y exaltamos el trabajo y procesos organizativos en favor de la construcción de la paz, la reconstrucción del tejido social y comunitario, así como los liderazgos surgidos de la población civil, el trabajo de la iglesia católica y la labor de las organizaciones de víctimas en el territorio.

También reconocemos el compromiso de las organizaciones sociales por la conservación y defensa de la biodiversidad del Departamento, que es una riqueza para Colombia y para el mundo.

En Caquetá, como en otras regiones del país, los vacíos de acción del Estado han perpetuado y reconfigurado violencias estructurales, exclusión y pobreza, con la afectación de derechos como la salud, educación, vivienda, agua y alimentación.

El Departamento del Caquetá ha sido un territorio históricamente afectado por el conflicto armado, que ha causado sufrimiento y destrucción del tejido social.

Valoramos los esfuerzos del gobierno colombiano y las FARC, para llegar a los acuerdos de fin del conflicto armado, dentro del consenso más amplio posible, para superar más de 50 años de confrontaciones. Es urgente alcanzar la salida negociada para avanzar hacia la implementación de los acuerdos.

Observamos con preocupación que el desarrollo de políticas minero energéticas y agroindustriales está generando nuevas formas de violencia.

Escuchamos testimonios sobre los últimos sucesos de Valparaiso, El Doncello, El Paujil y Morelia, donde se ha recurrido al uso inadecuado de la fuerza pública, en lugar del diálogo y la concertación con las comunidades en el desarrollo de actividades extractivas.

Respaldamos a los representantes de las comunidades, quienes nos han manifestado la necesidad de que los programas de desarrollo tengan en cuenta la voz de las comunidades y respeten la vocación forestal, hídrica y alimentaria del territorio caqueteño.

En consecuencia se espera que la construcción de paz territorial implemente una visión del desarrollo que garantice la transparencia en el manejo de los recursos públicos, la participación efectiva de las comunidades y el derecho a la libre expresión y la protesta social pacífica.

Observamos con preocupación la omisión de las autoridades frente al grave avance de la deforestación, documentada por las propias entidades estatales.

Es de vital importancia reconocer la pertenencia del Caquetá al bioma amazónico, así como garantizar su protección en los planes de desarrollo.

Nos comprometemos a acompañar los procesos de construcción de paz y reconciliación, la protección y defensa del Caquetá como territorio Amazónico y los derechos de sus comunidades.

Mencionemos esos pulmones del planeta repletos de biodiversidad que son la Amazonia y la cuenca fluvial del Congo … Es loable la tarea de organismos internacionales y de organizaciones de la sociedad civil que sensibilizan a las poblaciones y cooperan críticamente también utilizando legítimos mecanismos de presión, para que cada gobierno cumpla con su propio e indelegable deber de preservar el ambiente y los recursos naturales de su país, sin venderse a intereses espurios, locales e internacionales”. (Papa Francesco – Laudato Si, 38).

Firmado a los 09 días del mes de noviembre del 2016

GRUPO DE TRABAJO POR COLOMBIA -GTC 

lunes, 24 de octubre de 2016

Cuando los sueños son reales

 Estaba ahi en el dia y la hora 60

He celebrado el crecimiento de Jesus en ti, misionero
Como Francisco Javier, el viejo santo misionero de Jesus
Te he visto testimoniando en America, Africa y Europa
No te ha faltado recorrido.

Tuvo razón mamá Margarita:
Este se lo ofrezco al Dios de la misión
Su nombre es Francisco Javier

Y a los 60, no sin infidelidades, 
sigues Fiel, como papá Luis,
 a la "alianza" firmada.

Por tu Fe, sumada a tu Fidelidad,
 has sido Fiable...
Qué Felicidad amigo, hermana y compañero!

Felicitaciones!
Salvador


viernes, 21 de octubre de 2016

Santa Laura Montoya, pedagoga del cuidado humano y de la "casa común"


Dachi Name Eôro ichiâdâyu



Protejamos a nuestra Madre Tierra
Desde los Embera Chami

La Madre Tierra… “Name Eôro”, es nuestro vientre sagrado, lugar de entrañas y de gracia, nosotros su fruto bendito. Ambos, ella y nosotros, una existencia única, resplandeciente, azul-blanca, compleja y bien ordenada.

Sin ella, nada es. Allí en las profundidades de sus cimientes, altar ancestral, hemos tomado forma y hemos crecido.

Inmortalizarnos en su universo, nosotros su semilla, anidando en su océano nutricio: germinamos, crecemos, maduramos, morimos y renacemos en forma de otra semilla.

Allí somos sus niños, su aroma y su perfume es nuestro aliento.

La voz del cielo con sus truenos y colores, la de sus manantiales y nacimientos como rugido de tambores que descienden de las espesuras estallando entre los matorrales de môdê dôcheke jûru (montañas y nacimientos) nos asombran y maravillan y el profundo silencio del telón de las montañas y los cañones con su larga zanja profunda y paredes escarpadas nos custodian y cobijan.

El coro de Ibana kâri (pájaros) y el canto de burru kâri (culebra)… son las caricias de “Name Eoro” que nos cosquillean en cascadas de risa, de placer y asombro. Y así crecemos y nos hacemos resistentes, soñamos y danzamos, avivando nuestra memoria lejos de los ruidos ajenos a su vientre.

Cuidamos los lugares sagrados, donde habitan los Jais: baa (trueno), dojura wuera (diosa del rio), jepaa (anaconda), kiraparamia (hombres azules), utumara (arcoíris del medio día), iuma (arcoíris), etc. Ellos nos protegen y bendicen, nos sanan y nos curan.

Contamos cuentos y leyendas, un culto generador de conciencia, historias que protegen o desbastan nuestros nidos, nos sorprenden y maravillan, entonces creemos.

Conversan y cantan nuestros jaibanas a “Name Eôro”, la consuelan y sanan sus heridas y dolores, o median con los Jais (espíritus) rebeldes cuando alteran y agreden la harmonía de su hálito creador.

Gemimos, clamamos y reclamamos al kapuria (mestizo) en nuestra “avanzada” civilización, cuando violentan su sacralidad, descapotando, excavando, erosionando e hiriendo terriblemente su piel y desgarrando su ombligo, memoria y vínculo entre “Name Eoro” con chi wârrâra, su prole.

Nuestro canto y nuestras danzas como un clamor al severo deterioro para que vuelva a florecer la vida de otros tiempos y generar el cuidado que necesitamos para vivir y traer alegría, reconciliación, paz perenne, obediencia y todos los derechos sobre la tierra.

Ella “Name Eoro”, nos convida a su mesa, y de ella tomamos lo necesario y nutrirnos con equilibrio de sus bondades, sin sobreexplotarla, amándola, atendiéndola, respetándola y venerándola. Sin acumular, ni almacenar, sin guardar compulsivamente. Cada día somos colmados y satisfechos desde el banquete siempre pronto, fresco y servido cada que se levanta el sol y se extiende hacia el oeste.

Y así agradecidos al anochecer, retornamos a las sábanas de Name Eôro, al descanso y a su arrullo, atentos a sisi kâri (canto del grillo) y de bôkôr kâri (canto de la rana) mientras se apagan… y antes de que el sol despunte, se escucha nuevamente a eter kâri (canto del gallo), que anuncia el saludo al nuevo día: Saa ebârisma! Buenos Días!

Texto de Carlos Alberto Zuluaga

jueves, 6 de octubre de 2016

Los artesanos de la paz no paran de trabajar

Colombia - la paz - el plebiscito

La paz se construye
los acuerdos se votan


Siempre lo dije, en todas las reuniones en las que me expresé sobre este tema: En Colombia no tuvimos y no tenemos un líder o una líder de paz. Las hondas cicatrices que 52 años de guerra y de atrocidades por ambos lados, han dejado en las almas de colombianas y colombianos no pueden sanarse sino desde una profunda espiritualidad del perdón. Nadie nos ayudó durante estos cuatro a construirla. El nombre de la paz se ha y se continúa invocando en vano. La paz es el camino, dijo un gran maestro en estos caminos: Mahatma Gandhi. Este proceso se ha realizado, no sólo al margen de la gente del común, sino entre líderes políticos que no viven ni la paz, ni el perdón, ni la reconciliación.
Durante este proceso la iglesia católica y las iglesias protestantes tienen que asumir sus responsabilidades desde su liderazgo espiritual porque no nos enseñaron el camino al encuentro del otro y de la otra. Los líderes evangélicos en su gran mayoría insisten machacona e ignorantemente en que “la ideología de género” va a acabar con la familia y no analizaron los acuerdos. En la iglesia católica se vivió por parte del conjunto una pretendida neutralidad y por parte de algunos una estrategia al sí, rotundamente equivocada, en la que se juzgó durísimamente a quienes tuvieran dudas. No vi por ningún lado -salvo grupos muy marginales- una teología del perdón, que habría sido enseñable desde las homilías dominicales.
Ahora bien, después de los resultados, surgen muchas cuestiones. Propongo las que a mi juicio pueden ayudar a explicar un resultado a todas luces desconcertante…
¿Por qué tan alto grado de abstención? En un plebiscito de esta naturaleza el país tendría que haberse volcado a la calle para participar y sin embargo hubo un 62% de abstención, es decir como tradicionalmente pasa, los resultados fueron decididos por una inmensa minoría. De esta abstención, escasamente el 1 o 2 % sería una abstención consciente. Podríamos pensar también que un porcentaje significativo pero minoritario no vota porque sus condiciones de aislamiento (campos, montañas, ríos…) y la nula presencia del Estado, no se lo permiten o le exigirían un viaje de día y medio para hacerlo…
Pero yo creo que hay otro factor que no se tiene muy en cuenta y a mi juicio es bastante definitivo: En Colombia las mayorías viven en la ciudad, la mayor parte de esta población vive en las periferias y los cordones marginales. Mucha de ella es gente desplazada por la guerra y NO ha perdonado, nadie les ha ayudado a lograr su perdón… Por otro lado para estas gentes el voto SÍ o el voto NO, no les cambia la vida. Su vida: sus problemas, su falta de salud, educación, dinero… sigue siendo la misma en el día antes y en el día después. Sus angustias y dolores no se minimizan con una votación. Aquí no hay una cultura ciudadana de participación… ¿Cómo lograrla, con un Estado tan descomprometido con la suerte de sus ciudadanos? Siempre dije que la campaña del sí no sabía responder a esta cuestión de la incidencia en las vidas cotidianas de todas y de todos, siempre se me contestó que “eso después”, que lo importante ahora era el sí…
Creo que sigue siendo importante una distinción que a los políticos y al presidente Santos no les interesó hacer: Una cosa es la paz y otra son los acuerdos. No se puede exigir un voto por la paz porque la paz se construye, los acuerdos se votan… Podemos entender que el plebiscito era un primer paso hacia esa construcción, pero faltó didáctica. Repito a Ghandi: La paz es el camino… y la campaña que acaba de terminar fue todo menos un camino de paz y de encuentro… se descalificó permanente al otro lado, se trató de acoger un enemigo (las FARC), pero se construyó otro enemigo: los partidarios del SI o del NO.
Y esto nos lleva a otro de los temas necesarios: En Colombia y creo que en muchos países de Occidente, las campañas se basan en mentiras, engaños, coacciones… la política no sólo ha renunciado a “servir al bien común” sino al debate de ideas, a la confrontación del pensamiento… La campaña del NO, recurrió a todo tipo de mentiras: afirmó que parte de las pensiones se irían a financiar el posconflicto, afirmó que como consecuencia el líder de las FARC sería el próximo presidente de Colombia, afirmó que los acuerdos nos llevarían al Castrochavismo, afirmó que los acuerdos acabarían con la familia… La campaña del SI, aseguró que al día siguiente -si no se aprobaban- las FARC atacarían las ciudades, que se levantarían de la mesa, que los cuatro años de conversaciones se perderían, se intentó deslegitimar cualquier interrogante… Todo un ambiente de engaños y neblinas que no contribuyó a despejar las dudas de quienes las tenían.

¿Qué nos queda al futuro en medio de tanto desconcierto?
En primer lugar no renunciar al sueño: Tiene que ser posible convivir en una nación en paz que sepa dirimir sus diferencias en mitad de los diálogos y consensos.
Esto supone entonces un segundo lugar, muy importante: Nos queda reconciliarnos. Una de las cosas más graves de estos resultados es que el país está fraccionado aparentemente en la mitad (Digo aparentemente porque no sabemos qué piensa el 62% que no se expresó). Tenemos un reto grande: desaprender la guerra, como dice la canción, tendernos la mano unos a otros… es decir empezar a construir el camino a la paz. Hay que desarmar el corazón.
Y finalmente buscar nuevas posibilidades para sellar unos acuerdos no sólo con las FARC sino con todos los actores del conflicto.

Carmiña Navia Velasco
Santiago de Cali, 3 de Octubre de 2016

domingo, 11 de septiembre de 2016

Compartiendo utopías

EL DESAFÍO DE SALIR DE LA PROPIA TIERRA
Reflexión en Memoria de la Hna. Isa Sola
Isabel Solá en Haití, foto de las Religiosas de Jesús y María
La hermana fue recientemente asesinada en Puerto Príncipe (09/09/2016)
El verdadero sentido de nuestro ser comunitario es la llamada a ser mediación de comunión en la humanidad
La vida, y por lo tanto la Vida Religiosa que buscamos, no es algo estático, no es un punto de llegada, un resultado que pretendemos conseguir. Es movimiento, es camino hecho de aprendizaje y fidelidad. Un continuo salir hacia lo desconocido, fiados en la promesa de que algo bueno está aconteciendo. "La tierra que yo te mostraré" es esa tierra prometida que ya nos habita y que se nos irá mostrando en la fidelidad de la búsqueda.
Se nos invita a vivir haciendo camino hacia nuestras raíces. La vida religiosa nace de un deseo, de un anhelo, de una seducción, en momentos en los que el cristianismo tiende a oficializarse. Nace como protesta que intenta ser propuesta humilde de vida cristiana en la desnudez y la intemperie del desierto, de la periferia y de la frontera, confesando de este modo lo absoluto de Dios por encima de los ídolos que oprimen y quiebran la humanidad.

Un camino de purificación de lo que todavía nos queda de una espiritualidad dualista y triunfalista, basada en el privilegio de una elección, en la suficiencia de lo cuantitativo, mucho más cercana a la del fariseo que a la del publicano del evangelio, para adentrarnos en una espiritualidad más pascual, más profundamente humana, más conectada con la vida.

Un camino, que es una continua salida hacia otros lugares geográficos y simbólicos que, en alusión a la conocida evocación de Jon Sobrino, podríamos expresar como un triple desplazamiento: 
  • Hacia el desierto,
  • la periferia 
  • la frontera.

  1. HACIA EL DESIERTO: desde loa superficial hacia lo hondo
El desierto es el lugar simbólico y geográfico de la soledad, de la prueba, de la experiencia de Dios en la desnudez de lo esencial. Salir hacia el desierto nos habla de una manera de vivir contemplativa, en la que vamos dejando lo acomodado en lo superficial, para acoger la realidad y nuestro propio ser desde lo hondo. Una manera de vivir desde dentro, desde la soledad y autenticidad de la búsqueda, que nos introduce en un proceso humanizador permitiendo que nuestro ser entero se vaya polarizando en el Dios del Mundo.
Esto supone un camino interior que va dejando caer miedos, racionalizaciones y deseos que paralizan para irnos abriendo a la experiencia de Dios desde nuestra verdad desnuda. Un camino contemplativo que nos abre a la realidad, nos lleva a taladrar lo superficial y nos permite intuir el misterio de la realidad misma: el latido humanizador de Dios en las ansias profundas de la humanidad y en los gritos de la naturaleza.

La salida hacia el desierto es una experiencia que lentamente va unificando y fortaleciendo nuestra existencia y haciendo posible la libertad y la osadía para obedecer y desobedecer, para decir sí y para decir no cuando la causa de Dios lo requiere. Va afinando nuestra sensibilidad para acoger y acompañar los desiertos de inhumanidad y sufrimiento y abriendo las "antenas" de nuestro ser para percibir y apoyar la esperanza de que "otro mundo es posible".

  1. HACIA LA PERIFERIA: desde los centros de poder hacia los lugares de impotencia
Las periferias son esos lugares geográficos y simbólicos desprotegidos, donde se respira, se palpa la impotencia de personas y colectivos, a quienes se les niega todo poder, incluso el de poder ser y vivir dignamente.
Salir hacia la periferia es una manera de vivir desplazándonos existencialmente hacia los márgenes, dejando alianzas con el poder económico, social, eclesial y con las causas que siempre benefician a los de arriba. Supone apostar decididamente por la causa de la justicia y la paz, entrelazar nuestras vidas con la gente sencilla, con los que no tienen voz, con las personas y los colectivos que luchan cada día por la supervivencia.


Para tener garra profética en el "centro de la ciudad", para poder tener una palabra creíble, la vida religiosa necesita llevar muy viva en el corazón la herencia de los márgenes y la llamada de los que buscan una nueva esperanza. En estos lugares periféricos, en la reciprocidad del dar y recibir, a los religiosos y religiosas se nos ofrece un precioso regalo: se nos devuelve la memoria peligrosa de Jesús.



  1. HACIA LA FRONTERA: desde la seguridad de lo conocido hacia la intemperie de la mediacièon
Las fronteras son esos lugares geográficos y simbólicos en los que lo diferente entra en contacto. Así hablamos de fronteras entre países vecinos, entre el norte y el sur, entre razas, ideologías, religiones y culturas, entre creyentes y no creyentes, mujeres y varones, homosexuales y heterosexuales, entre un tú y un yo. Las fronteras son lugares de cruce de posibilidades y conflictos: verja, muro, separación, lucha, muerte... o lugares de encuentro, diálogo, comunión, en los que puede nacer algo nuevo.
La salida hacia las fronteras supone arriesgarse a lo desconocido, es una manera de vivir que resiste la intemperie de la mediación que supone un continuo descentramiento y aprendizaje de relación en reciprocidad. Una forma de vivir que pertenece a la esencia misma de una vida religiosa lleva en su seno la vocación a la comunión: la comunidad como forma de estar en la vida. A menudo tenemos el peligro de reducir esta vocación a un ámbito encerrado y sólo nuestro.
Sin embargo, el verdadero sentido de nuestro ser comunitario es la llamada a ser mediación de comunión en la humanidad: estar en las fronteras de la vida suscitando, encarando conflictos y apoyando el enriquecimiento mutuo desde el que puede surgir lo nuevo.


En esta triple y única salida, en este proceso circular real y utópico y en el modo de vivir al que nos invita, podemos descubrir el "ecosistema" adecuado para la vida religiosa. Ese lugar, geográfico y simbólico, en el que esta planta exótica, algo rara y tan delicada que somos, encuentra su propia tierra, su propio "lugar en el mundo".

Cuando la vida religiosa es trasplantada a modos de vivir superficiales, se acomoda en centros de poder o se instala en la seguridad de lo ya conocido, poco a poco se va perdiendo de sí misma y la memoria peligrosa de Jesús de la que es portadora, se va convirtiendo en memoria domesticada, tranquilizadora, mantenedora de lo que hay y puede llegar a ser más "administradora de penuria" que vigía atenta y comprometida del Dios de la Vida.
CARLOS ALBERTO ZULUAGA
carlozuluaga@gmail.com
Fecha: 10 de septiembre de 2016,


jueves, 25 de agosto de 2016

Colombia, un pais en proceso de paz

Comunicado con ocasión de la conclusión de los diálogos
 en La Habana


Los obispos católicos de Colombia, tras el anuncio de la conclusión de los diálogos entre el Gobierno nacional y la guerrilla de las FARC-EP en La Habana, manifestamos a la opinión pública que:
1. Recibimos con esperanza la oportunidad que se abre de poner fin al conflicto armado que ha marcado la historia del país durante más de cinco décadas.

2. Reiteramos el llamado a que se implemente una pedagogía de los acuerdos, de modo que todos puedan comprender los alcances de lo pactado en los diálogos y prepararse conscientemente para participar en el próximo plebiscito.

3. Entramos en una etapa de debate sobre los acuerdos, por tanto invitamos a los líderes políticos, organizaciones ciudadanas, responsables y animadores de los medios de comunicación y al pueblo colombiano en general a promover una reflexión serena, en clima de diálogo y respeto, animada en todo momento por el compromiso con la construcción de la paz, pensando siempre en el bien del país, por encima de intereses sectoriales o particulares.

4. Reafirmamos la invitación que hicimos al terminar nuestra 101 Asamblea Plenaria: "Convocamos al pueblo colombiano a participar en la consulta sobre los Acuerdos de La Habana, de manera responsable, con un voto informado y a conciencia, que exprese libremente su opinión, como ejercicio efectivo de la democracia y con el debido respeto de lo que la mayoría finalmente determine".

5. Hacemos un llamado a las comunidades católicas -jurisdicciones eclesiásticas, parroquias, congregaciones religiosas, seminarios y casas de formación, grupos y pequeñas comunidades eclesiales- a intensificar la oración por la paz en nuestro país y a discernir a la luz de la Palabra de Dios el camino que nos lleve a ser artesanos de paz.

6. De igual manera, animamos a todos nuestros hermanos y hermanas de buena voluntad a asumir el reto de aportar a la superación de toda forma de violencia y a trabajar unidos en la construcción de una Colombia reconciliada y en paz.

Luis Augusto Castro Quiroga
Arzobispo de Tunja Presidente de la Conferencia Episcopal
Bogotá, D.C., 24 de agosto de 2016

miércoles, 10 de agosto de 2016

Comunión en la oración

ORACIÓN 
Para el XIII Capitulo General 
Misioneros de la Consolata
 Dios, Padre de misericordia, 
envía sobre nosotros al Espíritu Santo
para que acojamos el Capítulo como un don y un compromiso 
para continuar el camino de la misión de Jesús.

Concédenos la sabiduría y la profecía de los apóstoles para ser, 
como Pablo y Bernabé,
capaces de reconocer la obra siempre nueva a la que nos llamas y 
disponibles para realizarla con valentía. 

Haz que los participantes en el Capítulo estén animados, 
a ejemplo del beato José Allamaro, 
por la pasión por el Reino de Dios y por el amor a nuestra familia misionera. 

Que la Virgen Madre Consolata 
ayude a cada uno de nosotros 
a custodiar en el corazón la experiencia del Señor resucitado 
para ser sus auténticos testimonios en el mundo. 
Amén

CALENDARIO 

Lugar y fecha de las Asambleas pre-capitulares 
  • Asia: en Seúl, del 10 al 12 de octubre. 
  • Europa: en Roma, del 28 de noviembre al 4 de diciembre de 2016. 
  • África: en Sagana, del 12 al 17 de diciembre de 2016. 
  • América: en Bogotá,  del 9 al 14 de enero de 2017. 
Fecha y lugar del XIII CAPÍTULO GENERAL 
  • El Capítulo será celebrado en Roma, en la Casa General, del 22 de mayo al 20 de junio de 2017 orientativamente, sin olvidar que la duración  efectiva será determinada por el Capítulo mismo.

jueves, 4 de agosto de 2016

Contemplación entre atardecer y manecer

Un encuentro con la naturaleza 
 
Señor de los lirios, de las aguas, de los pueblos, de las estrellas, del cielo, te agradezco. Padre de las flores, de las hormigas, de los caracoles, yo te agradezco por esa experiencia en Amazonia, mejor dicho, en las orillas del río Putumayo, con la comunidad de Puerto Ospina. Gracias, Señor, por haberme regalado el tiempo y tantas maravillas. Yo sé que estabas ahí, Señor, cuando bajábamos el rio, mientras atardecía y los colores llenaban mi corazón.

¿Sabes, Señor, hay un riesgo en la vida misionera: el activismo? Nosotros, Padre, nos hemos acostumbrados a hacer muchas cosas, pero nos hace falta tiempo. Allí, Señor, por fin, el tiempo se me volvió un regalo. El ejercicio de contemplar me hizo regresar a lo más hondo de mi corazón. Allí, la música de la naturaleza se hizo también la música de mi corazón. Estoy seguro que Tú acariciaste mi cabeza, cuando empezó a llover mientras yo me bañaba en el rio. 
 
Padre, cómo no pensar en Latinoamérica y sus pueblos originarios, cuando mirábamos en las orillas del rio los pequeños pueblos. ¡Ellos resisten, Señor, a duras penas, pero resisten! Nosotros creemos que ellos son pobres, pero, en realidad, ellos son ricos. Tienen todo lo que necesitan, con su simpleza y su humildad .¡Son tantos los nombres, tantas las historias, tantos los idiomas!. Quizás, Padre, el Dios de las aguas, como me dijo un señor mientras llovía, sea también el Verbo. ¡Fue lindo vivir cerca del río por algunas semanas!

En los días que allí estuve, pude contemplar la vida. Pensé mucho en la frontera, que parece que siempre divide. Sabes, Señor, el río se encuentra en la frontera Colombia- Ecuador. Sin embargo, las aguas que mojan a Colombia son las mismas que acarician a Ecuador, así como el cielo es el mismo, Señor. La naturaleza no tiene fronteras. También nosotros, la Humanidad, aunque tengamos nuestras diferencias somos los mismos. En ese tiempo, donde las diferencias son cada vez menos aceptadas, quizás el rio sea el ejemplo de unidad. Nosotros no deberíamos tener fronteras para hacer el bien, para respetar a los otros, para la paz, para el amor, para hacer todas aquellas cosas que nos vuelven plenos. 
 
Allí, Padre, el tiempo se me volvió una canción. Todas las tardes, yo me ponía a contemplar el atardecer, mientras por la mañana me ejercitaba y veía a los niños que jugaban en el colegio. En ese momento, Tú me dijiste que la esperanza no se ha acabado.

Fue lindo hacer las oraciones mirando las estrellas, quizás en una de ellas, Tú descansabas el corazón, mirando con ternura a los hombres de la tierra, entre ellos, a aquél que intentaba hablarte. Fue en una de esas oraciones, cuando la noche avanzaba, que escribí en mi diario: “la naturaleza es un regalo, quizás fue ella el primero sagrario de Dios” y recordé cuando las estrellas conducían a los pastorcitos hasta tu encuentro. 
 
Sabes, Padre, los hombres modernos dijeron que estábamos arriba de la naturaleza, pero esto no es verdad, Señor. En realidad, nosotros somos naturaleza, somos tierra, estamos hecho de matas, flores, animales, piedras, estrellas, aguas. Es por esto, Padre, que, cuando yo dejaba la comunidad en silencio, te dije:_ No me dejes caer en la tentación del antropocentrismo, pero enséñame a hacerme también parte del todo, dame la gracia de aprender a cuidar de la Madre Tierra. Cada vez más, yo deseo ser la Tierra que siempre fue. Me acuerdo, Señor, que cuando llegué por allí, le había preguntado al misionero acerca de lo que íbamos a hacer y él me contestó que íbamos a vivir.

Fue así, Padre, yo he vivido en la naturaleza, fue el mayor encuentro que tuve en esta experiencia misionera. Dios de las aguas, muchas gracias, pues eres también el Dios de los humanos.

Sandrio Candido ( IMC)

viernes, 29 de julio de 2016

Desde la puerta...

Por un instante ante la Amazonía

 Serpenteando como lo hiciera la víbora, así el rió lo hace por aquella llanura poblada de verde intenso. Desde el segundo piso de la casa parece tan gigante e imponente, y con la mirada atónita, se vislumbra la pasividad y el misterio de la espesa selva que lo rodea. Es como una vena gigante que nutre una parte de la existencia, y la amazonia se jacta de su elegancia, donde el agua corre como suspendida, nutriendo y dejándose nutrir por ser la misma vida. Sin la neurosis que produce el móvil, ni la luz parpadeante que indica la voracidad de las redes, ni los ruidos intranquilizantes que cortan el encuentro con lo sublime, por un momento puedo conectarme, así fuera de forma intermitente, con el misterio de la verdad no definida. Creí que vivía conectado, agotando las posibilidades de lo inimaginado, pero en aquel momento de silencio mirando el río, era como si Dios me pusiera ante el Edén revelado no imaginado, y como si las cosas no desearan ser nombradas sino simplemente admiradas, como la primera vez que fueron encontradas.
 
Ante la vista conectada con la magnífica Amazonía, los estruendos del interior van ahogándose en la presencia de un silencio que al principio parece aterrador, pero que libera el corazón y lo sana como caricia de madre. No he de nombrar el río, como se suele hacer, porque todo se quiere dominar con las palabras, como si no fuera suficiente la mirada. Es que no hablo solo de este río y de este pedazo de selva, hablo de toda ella, la cual es gigante pero cada vez más pequeña. Es además de lo que significa ella sin pretender significarla, y de la posibilidad de entrelazarse a su misterio por un instante. Porque llamarla solamente selva es a su vez decir un universo de cosas. Es decirse también de mí, de ti, de aquel o de aquella, de eso, de nosotros, de lo que es y de lo que no es, de lo que vive y de lo que muere, de lo que se mueve y se aquieta, de lo que suena y de lo que solo susurra. Salidos de su interior, solo necesita el influjo de Dios para que encarne el reflejo del misterio eterno.
 
Y se es mi madre ¿por qué me olvido de sus entrañas? La amnesia nos atraviesa con violencia para volvernos contra quien nos ha parido.  Como en el Edén Dios nos forma con esa tierra y con esas
raíces para hacernos a su imagen y semejanza, pero el olvido parece más fuerte que la gratitud. No hay dudad entonces que Dios y ella se han unido en el amor y el fruto de aquella fidelidad eterna es el misterio de la vida. Y cuando la contemplo en el reflejo tenue del color marrón del río, me doy cuenta que no solamente de su interior hemos salido, sino también que nos da la medicina contra el miedo y la apatía, contra lo que mata lentamente dejando solo despojos con deseos insaciables y vidas sin sentido. No soy yo el que por instantes al contemplar al río atrapo su misterio, es ella que me ha atrapado entregándose sin reservas, como la madre cuida entre sus brazos a su pequeño.  Por un momento entonces soy libre, por un instante mi mente, mi corazón y mi espíritu siente la frescura de lo sublime. Y no es que sea solo una narcosis del instante, como si ella fuera mezquina y egoísta como los hombres, sino que el enfermo corazón y la mente calcinada sufre la melancolía de lo enfermizo, porque ya no encuentra sentido si no tiene la lástima que trae consigo el saberse esclavo de lo que ha vivido. Entonces ¿Cuándo vendrá la conversión? ¿En qué momento Dios nos dará nuestro propio Pentecostés? ¿Es que todo ser humano no necesita una caída del caballo como Saulo de Tarso? Quien no se lo pregunte es porque el hielo de la pasividad ha hecho metástasis en todo su interior y solo le queda esperar la inminente opacidad de la vida. 

Ante ella, la Amazonia, con la mirada fija, sin los recalcitrantes sonidos de la modernidad, aunque solo fuera por un instante, sentía como era sanado, como era filtrado en la esperanza de una "nueva creación" La cual, ya estando allí, solo la podía contemplar por instantes, como el Edén perdido, escondido a los ojos de la mayoría de los mortales, y derramado ante la vista de los sencillos, de aquellos que la siguen amando sin reservas, de los que se amantan de su "leche" sin agotarla y lastimarla.    Estando en aquella humilde vivienda con sus moradores, al lado del río, los ladridos de los perros alertaban la posibilidad del alimento. Como llamados por la misma naturaleza para ser saciados, saltaron al vote porque ya venía bajando por el rio la boruga o también conocida Wanta. Alegría para grandes y pequeños, ya que el chico de siete años ponía sobre su hombro el regalo que la madre tierra les había dado. Y no muy lejos de allí, otro joven padre de familia advertía en una noche lluviosa, como sus perros habían atrapado algo. De nuevo la Amazonia premiaba, pero ahora con el armadillo y nosotros los visitantes éramos igualmente saciados. ¡Hasta los perros te ponen la comida en la mesa! Era nuestro clamor de asombrados.
 
¿Cómo no sentirse sanado?  ¿aunque sea por un instante? Ante ella, la Pachamama, vestida de inigualables ropajes, y en aquel instante con el traje multicolor de la verde vida. Porque si en otra parte se cubre de otros ropajes, he tenido la dicha de verla vestida de Amazonía. No me olvido de aquel momento, ante el inmenso río, porque, aunque solo fuera por un momento, para luego volver a la tensión de la existencia y la lucha por conciliar los "demonios del interior", sentía que Dios me la había entregado como madre y como sanadora, como fraterna consejera y como el Edén perdido; como un momento de conversión en el camino hacia la patria de Dios, en la que Pentecostés anhelado y la caída del caballo buscado, se va dando en la medida en que amamos y nos dejamos amar por esa vida dada por Dios en la creación.
 
Oscar Hernández IMC.
Sucumbíos 29 de Julio de 2016 
oscarhernandezm@ustadistancia.edu.co