Soy proyecto
No tengo un proyecto, soy
proyecto: ser vivo lanzado hacia adelante (pro – iacere) desde el vientre de
Ester, el 25 de septiembre de 1949, en el Alto del Volcán – Aguadas – Caldas –
Colombia, recibido por Doloritas Orrego, partera de la Vereda.
Años adelante, caminando
impulsado por ese primer lanzamiento, revisé los acontecimientos transcurridos
y re-cordé, agradecido, la “noche buena” de aquella Navidad, 25 de diciembre de
1948, cuando fui engendrado en el encuentro de mamá con papá Camilo. La
conciencia de este acto humano me inundó de energía vital o divinidad sexual
genital, don para ser aceptado, integrado y donado como amor, me enseñó, en la
fraternidad, que no soy hijo solitario sino hermano acompañado, hijo y hermano
al mismo tiempo.
Mientras avanzaba y crecía me
vino inspirando el nombre que me dieron, ratificado en la pila bautismal, en la
Parroquia de la Inmaculada, por el Párroco Rubén Mejía: José Salvador Medina
Gómez.
José judío que se hace cristiano, hombre justo y fiel,
administrador previsivo de Egipto, reconstructor de fraternidad; custodio
responsable y cariñoso de la Familia de Nazaret; compañero, “apto para
consolar”, discípulo con los discípulos de Jesús y con Pablo de Tarso en la misión hacia los
gentiles; bienhechor solidario, aunque escondido, ofreciendo el sepulcro para
el crucificado; presbítero diocesano, con visión y actitud misionera ad gentes,
fundador del IMC; acompañante de los presos en el cuerpo y el espíritu, allá en
Turín; teólogo de la liberación en la escuela del Brasil.
Salvador cristiano que fue judío, sal - va – dor, en acción
misionera de salvar, confiada al enviado Jesús: siempre saliendo y yendo a
lugares diferentes para sanar, salvar, dar sabor y saborear, prioritariamente,
en donde hay dolor.
Medina, ciudad árabe, sepultura de Mahoma el de Alá musulmán.
Proyecto procesual
Humano – religioso y espiritual:
tres religiones conviviendo y dialogando en mi nombre y mi corazón de Misionero
de la Consolata que, hoy ya no tiene, 75 años, pero que “está”, con la
pedagogía y la espiritualidad de la presencia.
Estar en el tiempo y el lugar es
mi proyecto actual, como Jesús con María, madre y maestra.
Bogotá, junio 5 de 2024
1 comentario:
Willer Hernández Rodriguez
Algo que siempre me agradó de la consolata, del Allamano y de ud salva, su fiel representante, fue la apertura hacia el otro. En mi ignorancia sobre el tema, me parece que es lo más parecido al evangelio.
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