martes, 30 de septiembre de 2025

Biblia "A la mano"

 La Biblia: Luz, Consuelo y Fuego misionero

Centro de Misión y Culturas José Allamano

Un grupo de Laicos Misioneros se reunió este sábado 27 de septiembre, en el Centro de Misión y Culturas José Allamano – CMC, con el acompañamiento de algunos Misioneros de la Consolata. Oraron, reflexionaron sobre la Palabra de Dios como Luz, Consuelo y Fuego para la vida y la misión de cada uno, inspirados en el legado de San José Allamano.

Septiembre mes de la Biblia

El mes de septiembre, mes de la Biblia, lo conocemos así los católicos porque en él se celebra la festividad de San Jerónimo (día 30), quien dedicó su vida al estudio y a la traducción de la Biblia del griego y el hebreo al latín, la lengua del pueblo, versión conocida como Vulgata. El motivo es para acercarnos más a ella y profundizar en su aporte a la vida de cada discípulo misionero (laico, consagrado u ordenado) y de cada comunidad de fe, institución o movimiento eclesial centrados en la persona de Jesús, Palabra encarnada en la humanidad y sus contextos.

Propuesta de San José Allamano  

El fundador de los Misioneros y Misioneras de la Consolata inspiró su vida y ministerio en la Palabra de Dios. Sus conferencias, cartas y charlas de formación a los misioneros aparecen sustentadas con citas bíblicas y testimonio de muchos santos. Les insistía en la formación bíblica profunda: "La Biblia debe ser nuestro pan cotidiano. Si no la conocemos, ¿cómo anunciaremos a Cristo?". Promovía, como lo hace hoy el Pueblo de Dios a través de las Comunidades Eclesiales de Base – CEBs, en América Latina, una relación viva con la Biblia, no como conocimiento teórico, sino como herramienta para transformar corazones y realidades, con enfoque liberador y contextual.

La misión nace del corazón de Dios y la viven aquellos que “escuchan la Palabra, la meditan en el corazón y dan fruto con perseverancia” (Lc 8,15).  El Fundador y Formador Allamano quería a sus misioneros “santos, sabio y trabajadores”. Capaces de convivir, en “espíritu de familia” y trabajar concordes, con “espíritu de cuerpo”. Amigos y discípulos de María Consolata. Respetuosos compañeros de las personas y los Pueblos a donde son destinados, para trabajar con ellos en la transformación personal y de sus ambientes. Para vivir una vida así entendida necesitamos una espiritualidad bíblica misionera, sólida y práctica.

Juntando las dos fuentes espirituales, inspiradas y sostenidas en la Palabra de Dios, la de José Allamano y la del Pueblo de Dios (Iglesia) en nuestro continente, encontramos el agua necesaria para calmar la sed en el camino de la vida - misión y el pan vivo, suficiente para resistir el camino y el trabajo, sin desfallecer. Allamano nos la ofrece como Luz, Consuelo y Fuego y las Comunidades Eclesiales de Base (CBs) nos la brindan como Palabra viva que ilumina la vida de los pobres, anima la comunidad y mueve a la liberación personal y social.  

Cada uno de los participantes al Encuentro, en el Centro de Misión y Culturas José Allamano, recibimos del P. Juan Gabriel Acosta, joven Misionero de la Consolata, doctorando en Biblia en la Universidad Javeriana de Bogotá, la siguiente Carta, simbólicamente enviada por San José Allano.

 

Ponente P. Juan Gabriel Acosta

Queridos misioneros y misioneras

 Al acercarse el centenario de mi Pascua, quiero dirigirme a ustedes con las mismas convicciones que animaron toda mi vida. Si algo deseo repetir hoy con fuerza es esto: la Sagrada Escritura debe ser su primer estudio, su alimento diario, la luz de su camino.

La Biblia no es un libro entre otros; es la voz misma de Dios que acompaña, corrige, consuela y enciende el corazón. Yo mismo les dije muchas veces: “La Escritura será su consolación en la misión”. Y hoy lo repito: también será su consolación, su fuerza y su esperanza en el trabajo que realizan.

Cuando el cansancio o la dificultad los visite, abran la Palabra y encontrarán ánimo. Cuando la misión parezca dura o estéril, dejen que ella sea fuego en su interior. ¿No ardía acaso el corazón de los discípulos de Emaús cuando Jesús les explicaba las Escrituras? Así también arderá el de ustedes si la meditan con humildad y fe.

Les invito a hacer de la Biblia su libro cotidiano. No basta leerla superficialmente; hay que meditarla, rumiarla, gustarla, escrutarla. Ella es, lo he dicho y lo digo de nuevo, una “mina de riquezas” y un “pozo profundo” del que siempre se puede beber.

Acérquense a la Palabra con pureza de vida, para que lo que escuchen lo puedan vivir. Léanla siempre con oración, pidiendo la luz del Espíritu Santo. Y háganlo con sencillez y humildad, sabiendo que es Dios mismo quien les habla.

Se lo repito con el corazón de padre: amen la Sagrada Escritura. Hagan de ella su alimento de cada día. Allí encontrarán la fuerza para perseverar, la alegría de servir y la luz para iluminar a las comunidades a las que son enviados.

Que este año 2025 sea un tiempo de gracia, en el que toda la Familia Misionera de la Consolata redescubra la centralidad de la Palabra de Dios, para que al celebrar el centenario de mi Pascua en 2026, puedan decir con verdad:

“Hemos hecho de la Biblia nuestro consuelo, nuestro fuego y nuestra guía en la misión”.

Con afecto y mi bendición,

                                                          San José Allamano


No hay comentarios: