Consolata
Un recorrido por su significado
Presento aquí, con la certeza que se trata de un esquema a ser
desarrollado y completado, siete aspectos o anillos de la linda cadena de
oro para ser colgada en el cuello de la amable y admirable Consolata. Ella es:
1. Un verbo
La forma dialectal del Piamonte italiano “Consolà”,
corresponde
en la lengua italiana a Consolata, participio pasado de genero
femenino del verbo consolé – consolare, y entonces con significado pasivo: “consolada”.
El origen, en definitiva, viene del verbo consolare,
que
a su vez proviene
de consule, que en latín tiene
diversos significados: consul = cuidar de... velar por... (te consuelo).
Esta expresión verbal transitiva, activa, pasiva y
refleja se le aplicó a Maria de Nazaret,
consoladora porque consolada y viceversa. Ella es la Consolata, “nuestra Consolata” dirían los piamonteses y con ellos
José Allamano y sus Misioneros/as.[i]
2. Una obra de arte
El Icono pertenece al grupo de la Brephocratousa (= “aquella que lleva el niño” y corresponde a la “Madre con el niño”), en la versión de
la Odigitria (= “conductora”, “guía”,
“la que muestra el camino”) que
es precisamente Cristo Jesús,
indicado por María con su mano derecha.
Este
apelativo deriva el topónimo del convento de los Odigi, en donde se veneraba el
retrato original de María, pintado, según la tradición, por San Lucas que, la
emperatriz Puchera, habiéndolo recibido de Jerusalén, lo confió a una comunidad
de monjes que vivían junto a una fuente de agua, en donde Nuestra Señora ya
hacía muchos milagros, especialmente en favor de los ciegos, a los cuales los
mismos monjes les servían de “guía”, conduciéndolos de la mano, como los
“pedagogos” griegos, hasta la fuente milagrosa.[ii]
3. Un nombre
Consolata es, no solo uno de los tantos nombres de
María la Virgen, sino el nombre
del Santuario oficial de la
ciudad de Turín – Italia: Santuario del Emmanuel: “Dios con
nosotros”, con la compañía de José, en Belén. Vientre de la Familia Misionera
de la Consolata, con la compañía de José Allamano. Es también el nombre de los Institutos Misioneros de la Consolata, formados
en la Consolatina: espacio de formación e
información para la misión, casa de la ternura y la fortaleza familiar y de tantos
otros lugares, templos y obras esparcidos por el mundo. Nombre que da identidad y exige identificación,
para poder llegar a ser lo que nos identifica y denomina: Misioneros de la
Consolata.
4. Una devoción
Como devoción, sinónimo de amor, fervor y
veneración, la Consolata es celebrada litúrgicamente por los católicos el 20 de
junio de cada año, en infinidad de lugares y con variadísimas y riquísimas
expresiones culturales y espirituales.
5. Un principio bíblico
Entendemos por “principio bíblico” una manera
específica del ser y el actuar del Dios de la Biblia, que aparece en todo el proceso histórico de la salvación y que permanece presente y activo a lo largo de
él y le da una impronta humano divina, espiritual y activa, orientada a todos
los pueblos y la creación.
La Antigua
Alianza y entonces el libro hebraico o Antiguo Testamento
esta tejida con este hilo del consuelo: Noé, del término hebreo nóaj, significa
descanso; de la misma raíz proviene el nombre del profeta Najum (Nahum),
lo mismo que el de la ciudad de Cafarnahum o Cpernaum, Kfar Najum; el mismo
nombre de Menahem, rey de Israel hacia el 790 aC., significa, en hebreo,
“consolar”. Conjugados todos, se relacionan con la palabra, la práctica
y la experiencia “consuelo”.
Ese mismo hilo
continua en el tiempo de los Profetas: "¡Consolad, consolad a mi pueblo!”, dice vuestro Dios. "Hablad al corazón de Jerusalén; decidle a voces
que su tiempo es ya cumplido (Is 40-66) y otros de antes del destierro y
después del mismo, hasta Jesús. Igualmente lo encontramos atravesando los
escritos de sabiduría y de legislación del pueblo de Israel.
La Nueva Alianza y entonces las escrituras cristianas o el Nuevo Testamento, aparece tejido con el mismo hilo del consuelo o de la consolación: Simeón, hombre justo y piadoso, “parte del resto fiel”, esperaba “La consolación de Israel” y Ana, mujer anciana que servía al Señor día noche, esperaba la liberación de Jerusalén. Cuando sus padres entraron con el niño Jesús … Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: “… mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel” (Lc 2, 25-49); José, apodado Bernabé, arameo “barnabyā” que significa “hijo de consolación” o “apto para consolar” (Hch 4,36-37).
El mismo Jesús, en la proclamación de su carta magna,
enseña: Bienaventurados los que lloran, porque serán consolados” (Mt 5,
4; cfr Lc 6, 21). Pablo, el teólogo y testigo de la consolación de Dios en su vida
y ministerio, reconoce a Dios como Padre de misericordias y Dios de toda
consolación (2Cor 1, 3), que nos consuela para que podamos consolar con el
mismos consuelo.
6. Una Espiritualidad
Como
espiritualidad y entonces estilo de vivir, pensar, sentir y actuar, la
Consolata, de la mano con José Allamano, se hace maestra, pedagoga, conductora
y orientadora hacia las fuentes del agua de la salvación, hacia la energía que fortalece, calienta e ilumina, hacia su Hijo Jesús, camino y luz.
Esta
espiritualidad, sin pertenecer a una de las escuelas clásicas de
espiritualidad, tiene una clara, novedosa, segura y actual propuesta de vida
misionera, de consolación-liberación. Se fundamenta en la Trinidad (comunidad -
familia de “consagrados”): Dios, Padre maternal, fuente de toda consolación; Dios,
Hijo primogénito encarnado y hermano donado, el Emmanuel (Dios con …); Dios,
Paráclito enviado por el Padre y el Hijo, para entrar dentro …, permanecer al
lado … y caminar con. Se apoya en María (servicio - gratuidad) Consolata:
consolada (santa) y consoladora (misionera). Se expresa en la Misión Ad gentes,
Ad vitam, Ad extra, Ad pauperes.[iii]
7. Una
Misión
La consolación que nosotros aprendemos de María, “nuestro modelo y guía, nuestra inspiradora y Madre”
(XCG, 20) y Fundadora, orienta de modo significativo la vida cotidiana de
nuestro carisma ad gentes. El estilo materno de la Consolata informa y
plasma nuestro modo de ser y de hacer misión. “La Consolata es para nosotros
más que una devoción o un título. Inspira el modo de realizar nuestro carisma. En
la tradición que se deriva del Fundador, llevar el gozoso anuncio del
Evangelio es mirar al bienestar y la felicidad de las personas, liberarlas de
toda tristeza y sufrimiento, del miedo y de la opresión”.[iv]
[i] cfr. GASCA QUEIRAZZA Giuliano, La
Consolà – La Consolata: il titolo caratteristico della devozione alla Madonna
di Torino, Studi Piemontesi, novembre 1972, vol. I, fasc. 2, pp. 41-63.
[ii] cfr. BORDA Fabiana, La Consolata prima e
dopo 1714. L'immagine quale strumento di diffusione della devozione, in 330
Anni Patrona: La Consolata, la sua città, la sua gente, a cura di Lino Ferracin,
La Consolata, Torino 2014, p. 55.
[iii] XI CG
53.
[iv] XCG
21.
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